Supimos de Nando Pinzón a través de sus hijos Nandín y Jaime, quienes
se cruzaban la franja de monte entre el Barrio Militar y el aeropuerto, para
venir a jugar softbol y futbol en el campito de la bonga. Eran muy buenos
deportistas, pero, lo más importante, eran rosqueros y colaboraban cuando se formaban
peleas con los del 7 de Agosto y Santamaría y era necesario mostrarles
carácter y unas buenas manos, para que
no se nos apropiaran del campo.
Ayer al medio día Nando decidió irse. Se fue
como si solo se tratara de uno de los
tantos viajes que emprendía en sus buenos tiempos de lobo de mar. Iba sonriente
y se despidió de todos: su esposa, sus hijos, nietos y familiares que lo
acompañaban. Iba tranquilo y con la satisfacción del deber cumplido, después de
una larga vida de trabajo, forjando valores, ayudando a su comunidad y sacando adelante una de las familias mas
tradicionales, respetadas y queridas de Crespo: Los Pinzón.
Los hermanos y hermanas Pinzón hicieron tan
buenas amistades con la muchachada de los alrededores del campito de la bonga y
se entusiasmaron tanto con el ambiente de deportes y fiesta del sector del aeropuerto, que al poco
tiempo el “Viejo Nando”, como le decíamos cariñosamente, se vino con toda su gente a vivir, nada mas y
nada menos, que a la reconocida y emblemática calle 71. Allí se estableció con su esposa y sus 8 hijos,
en una casa que, con el correr de los
tiempos, se convertiría en el epicentro de las actividades cívicas,
culturales y deportivas de todo este importante sector del Barrio de Crespo.
Nada alegraba y ponía mas contento a Nando que
ponerse al frente de todas las
actividades, que pudieran significar
ayudar a sus vecinos y a la comunidad en general. Por allá a mediados de
los años 60 del siglo pasado fundó, en compañía de otros patriarcas del barrio,
el famoso Comité Cívico de Crespo, organización pionera y aguerrida, que en una
época sirvió para combatir a los ladrones, que se metían en las casas a plena
luz del día, a robarse planchas y mangueras; en tiempos mas tranquilos defendió
a todo el sector de las amenazas de la ECA, que pretendía expropiar a los
vecinos para montar el aeropuerto sobre el barrio y, en épocas mas recientes,
apoyó a líderes y organizaciones mas jóvenes, que lucharon y siguen luchando
por el disfrute del campito de la bonga.
Tenía la ventaja de que con sus seis hijos varones, podía formar
fácilmente equipos de cualquier deporte, así que no tuvo problemas para iniciar
desde mediados de los 70, la organización de actividades deportivas en el barrio,
en donde el equipo la 71, no solo era el mas controvertido y mejor organizado,
sino que era el que casi siempre nos ganaba. Sus hijos, que heredaron la
vocación para la organización deportiva, lo reemplazaron durante mucho tiempo
en estas actividades y aun hoy, cuando las nuevas generaciones ni siquiera
conocen el origen histórico y familiar del campito, el equipo de la 71 sigue
siendo el emblema que representa a la familia Pinzón en todos los campeonatos.
Ayer al medio día se nos fue Nando. Iba
tranquilo y sonriente, con la satisfacción del deber cumplido. A esta hora ya
se habrá encontrado con el Pollo Molina, Fermín Tous, Igapé, Rafael Pereira y
estarán recordando esas noches de ronda, en compañía del Roro Baena, Roberto Vega
y Daniel Díaz, cuando con sus escopetas de fisto y los cuchillos de cocina,
espantaban a los ladrones que no dejaban en paz a los vecinos de Crespo. Vete
tranquilo “Viejo Nando”, hiciste un buen trabajo, la semilla cayó en tierra
fértil, tu esfuerzo no fue en vano, tu familia y tus amigos seguiremos tu
ejemplo y seguiremos luchando por lo que siempre defendiste: la armonía, la tranquilidad
y la coexistencia pacífica y feliz de los
vecinos del barrio de Crespo….. Buen viento y buena mar “Viejo Nando”.
Artículo publicado el 6 de Febrero de 2013
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