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jueves, 11 de diciembre de 2014

El General Papaya

Hace un poco mas de 12 años, un General de nuestras Fuerzas Armadas publicó un librito ilustrado y didáctico, en el que se presentaban algo así como 90 situaciones en las que una persona podía ser secuestrada. Tenía un nombre sugestivo y lapidario que no daba lugar a equívocos. “No dé  Papaya: 90 consejos para evitar que lo secuestren”.

Para la época en que se publicó el librito, el secuestro era endémico en el país, y los secuestrados se contaban por miles, aunque existían fuertes discrepancias en las cifras reportadas, especialmente en las presentadas por el gobierno. Aunque no se enfatizó mucho, en el ambiente quedó la sensación de que el libro del General era una respuesta a la situación que se presentó, cuando la Candidata presidencial Ingrid Betancourt y su asistente de campaña, a pesar de ser advertidas, penetraron a la recién desmontada zona de distensión y fueron secuestradas.

Se puso entonces de moda la Papaya y algunas variantes, todas ellas acuñadas con el ánimo de molestar y burlarse de los ingenuos, de los descuidados y de quienes cometían errores pendejos: “el undécimo mandamiento es no dar papaya”, se les decía a quienes eran robados en la calle, o el barbarismo: “papaya ponía, papaya partía”, para los descuidados, o los crédulos que les pintaban pajaritos en el aire. Ni se imaginaba mi General, el engendro que había creado con su librito y con su forma sesgada de analizar a la ligera un problema de marca mayor y de connotaciones impredecibles.

Como sin querer queriendo, el práctico y aparentemente bien intencionado libro del General, había dado origen a uno de los mas absurdos e injustos paradigmas de la forma como nuestras autoridades militares y algunos altos ejecutivos, conciben el manejo de la seguridad de los ciudadanos: en Colombia los ciudadanos somos responsables de los delitos que sobre nosotros ejecutan los delincuentes. Así como lo oye: usted tiene la culpa de que lo secuestren, si visita determinada zona. O, a usted le robaron el celular porque lo sacó para hablar en la calle. Y, la peor de todas: a usted la violaron o fue víctima de abuso o maltrato, porque usaba ropas provocativas.

Esta forma atravesada de concebir la responsabilidad de la víctima en la conducta delincuencial, está tan entronizada en el análisis oficial, que el propio Presidente de la República al ser informado del secuestro del General Papaya, estalló en improperios de carretillero y disparó un trino que le dio la vuelta al mundo: “bueno y ese “carajo” que hacía en bermudas, desarmado y sin escoltas dando papaya en los terrenos de Chaverra?” Al mejor cazador se le va la liebre.


Se le olvidaba al Presidente que  nuestros Generales, a pesar de su bravura proverbial, su voz robótica y estentórea, su indumentaria de pacotilla cinematográfica y sus formas señoriales y grandilocuentes, son de una ingenuidad de carpintero bíblico, se enredan en tejemanejes de la vida cotidiana y los pierden los amores  desatinados y tenaces.

@rododiazw

viernes, 21 de noviembre de 2014

With Their Backs to the Sea

A few friends that arrived from Barranquilla to attend the famous parade of the "Proclamation" of the traditional festivals of November in Cartagena, returned to the House, wet, wallow and smeared in white and blue, but happy, talking up to the ears and pondering the joy and rejoicing of the people at parties: 'shit crazy what a great stuff '.

 A lady who took her son, for the first time,  to see the same "Proclamation", return ranting, cursing and promising that she would not ever return to this madness. Her child got a slimy and sticky foam in an eye and from that moment, did not stop complaining and crying because: "it burns, it burns".

Those are the current celebrations of November, which are now called independence, probably because it occurred to some official that changing the name, maybe he would pass to the history of Cartagena. Something like if the October revolution of Russia, overnight, changes its name to "Revolution of the desperate".

Normally everybody tells about of the dance, depending on how they have fared.  The same happens with the parade of the "proclamation": for those who get drunk, hopefully without paying, throw maizana, squibs, foam, and they don't see anything, Proclamation is the best. For those who suffer stamps on, get rob, get   rare stuffs in eyes and neither watch anything, Proclamation is a fetus of the demon, the empire of the vulgarity and vandalism: a well organized disorder.

This year  "The proclamation" was with their backs to the sea, something that is becoming fashionable in the city and that some attribute to a strange Thalassophobia of the Mayor Velez, who hates the sea from when he saw the Spielberg film: shark.  The stands to watch the parade of the Queens were installed so that attendees were left with their backs to the sea and the Queens paraded through the tunnel that was left between the walls and the bleachers.  No one could understand so much trickery, when we all know that what they really wanted was to hide the disaster in which lane of the Avenida Santander, bordering the sea, have turned.

Dra. Luisa Romero Mendoza is right when she says that those who disbelieved the story of Gabriel Garcia Marquez, of the Central American satrap who sold the sea, are about to convince themselves. A few days ago, this same Thalassophobic Mayor, gave half a kilometer of beach to some slovenly contractors, who, with an infamous hill, blocked forever the idyllic sea of Marbella, where Noro Vanella and Farías Cabanillas, walked around their loneliness, searching for the tanned cartageneras. 


While the local leadership is shouting ensuring, by media, enslaved to the official advertising guideline, that decadent festivities were the best of the history, the airport and transport terminals overflow of passengers which, terrified, fleeing the city, looking for solace, peace and tranquility that never found in Barranquilla, the old Michael, father of the Master Adolfo Pacheco. 

@rododiazw

lunes, 17 de noviembre de 2014

De Espaldas al Mar

Unos amigos que llegaron de Barranquilla para asistir al famoso desfile del “Bando” de las tradicionales fiestas de Noviembre de Cartagena, regresaron a la casa felices, mojados, revolcados y embadurnados de blanco y azul, pero dichosos, hablando hasta por las orejas y ponderando la alegría y el regocijo del pueblo en las fiestas: “erda loco que vaina efectiva”.

Una señora que fue a llevar, por primera vez a su hijo a ver el mismo “Bando”, regreso echando pestes, maldiciendo y prometiendo que no volvería jamás a esa locura. A su niño le cayó una espuma babosa y pegajosa en un ojo y desde ese momento no dejó de quejarse y llorar porque: “me arde, me arde”.

Esas son las actuales fiestas de Noviembre, que ahora se llaman de la Independencia, seguramente porque a algún funcionario se le ocurrió que, cambiándole el nombre, a  lo mejor pasaba a la historia de Cartagena. Algo así como si a la Revolución de Octubre de Rusia, de la noche a la mañana le cambiaran el nombre por  “Revolución de los Desesperados”.

Dicen que la gente cuenta del baile, dependiendo de cómo le haya ido.  Igual pasa con el “Bando”: para quienes se emborrachan, ojala “de cachete”, tiran maizena, buscapiés, espuma, y no ven nada, el bando es lo máximo. Para los que sufren pisotones, los atracan, les tiran vainas raras en los ojos y tampoco ven nada, el bando es un engendro del demonio, el imperio de la chabacanería y el vandalismo: un desorden bien organizado.

Este año “El Bando” estuvo de espaldas al mar, algo que se está poniendo de moda en la ciudad y que algunos atribuyen a una extraña Talasofobia  del Alcalde Vélez, quien odia el mar desde cuando vio la película de Spielberg: Tiburón. Las graderías para ver el desfile de la reinas se instalaron de forma que los asistentes quedaron con las espaldas hacia el mar y las reinas desfilaron por el túnel que quedó entre las murallas y las gradas.  Nadie pudo entender tanta superchería, cuando todos sabemos que lo que se trataba era de esconder el desastre en que está convertido el carril de la Avenida Santander, que bordea el mar.

Tiene razón la Dra. Luisa Romero Mendoza cuando afirma que quienes no creyeron la historia de Gabo, del sátrapa centroamericano que vendió el mar, están a punto de convencerse. Hace unos días, este mismo Alcalde Talasofóbico, le entrego medio kilómetro de playa a unos contratistas chambones, quienes, con una loma infame, tapiaron para siempre el idílico mar de Marbella, donde Noro Vanella y Farías Cabanillas, paseaban su soledad, buscando a las cartageneras morenas.


Mientras la dirigencia local se desgañita asegurando, por los medios esclavizados a la pauta oficial, que sus fiestas decadentes fueron las mejores de la historia,  el aeropuerto y las terminales de transporte se desbordan de pasajeros que, despavoridos, huyen de la ciudad, buscando el consuelo la paz y la tranquilidad que nunca encontró en Barranquilla, el viejo Miguel, padre del Maestro Adolfo Pacheco.

@rododiazw

jueves, 23 de octubre de 2014

Una Nueva Chambonería

La ingeniería colombiana está en deuda con la Heroica Cartagena de Indias. No se si toda la ingeniería, pero si la Ingeniería civil en Particular: esa que se encarga de construir puentes, túneles, vías, aeropuertos y demás obras de infraestructura. Para la muestra varios botones.

En 1960, los VIII Juegos Atléticos Nacionales se inauguraron con el “barro a los tobillos”, porque ninguna de las obras planeadas e iniciadas, de los escenarios deportivos, fue terminada. Por orden del Presidente Lleras Camargo, los juegos se realizaron en escenarios prestados y en ciudades vecinas. Las obras se concluyeron 50 años después, cuando otro Presidente de la república encargó, a ultima hora, a la Ingeniería Militar, para que terminara lo que nuevamente parecía una catástrofe por las demoras y el acostumbrado despelote de la construcción de obras en la región.

Cuando el desastre de los Juegos Nacionales, ya la Avenida Pedro de Heredia llevaba varios años construyéndose y, aunque algunos dicen que esta avenida se terminó a mediados de los setenta, hay quienes afirman que en realidad nunca se terminó de construir. Fue sobre esta emblemática vía donde se construyó la famosa “loma de Bazurto”: esperpento inútil, burla de los cartageneros y vergüenza de la ingeniería criolla.

A mediados de los sesenta y por otra orden presidencial se inició la ampliación del aeropuerto de Crespo. Había que alargar la pista de aterrizaje y, como el caño Juan de Angola se atravesaba en su recorrido, a nuestra ingeniería le pareció fácil bloquearlo, causando el más grande daño ambiental de que se tengan noticias en esta comarca: al suspenderse la circulación natural, Ciénaga de la virgen, Caño Juan de Angola, Bahía, mar, se produjo la muerte del propio caño y la de todos los cuerpos internos de agua de la ciudad. Por esto nadie ha pagado.

Unos años después, también desde los Andes, nos vino la Avenida Santander, obra importante y necesaria que, igualmente nunca se concluyó: no se construyeron andenes, desagües y obras complementarias, por lo que, año tras año, debe ser reemplazada la capa asfáltica que se deteriora por la acumulación del agua de las inundaciones. Como si fuera poco, para construir la avenida, se eliminó la capa vegetal que fijaba la fina arena, lo que ha dado origen al arenero que cada temporada de brisas, se mete hasta en las orejas de quienes por allí pasan. En esa época no había estudios de impacto ambiental, ni permisos de la Dimar, que hoy, aunque existen, son igualmente inútiles ya que se expiden como dicen, “dependiendo del marrano”.

Todavía faltaban las chambonerías de los puentes: Los puentes del Anillo Vial, Cartagena Barranquilla, construidos con la técnica de terraplenes de entrada y salida y que al poco tiempo estaban mas altos, por el asentamiento de los terraplenes. Los puentes de la vía perimetral, que sufren del mismo mal de asentamiento de terraplenes, el puente del corredor de carga que al terminar la construcción, no coincidía con la calzada de salida y, por supuesto, la joya de la corona: el Puente Heredia que al mes de construido  se vino abajo, y que nos convirtió en el hazmerreir de todo el país. Fue tan grande el susto y creemos tan poco en ese puente mal hecho, que nunca nos atrevimos a demoler el puente viejo.

Estoy casi seguro que me he quedado corto en esta enumeración, ya que no he mencionado al eterno Transcaribe ni a los paraderos, que construyó un alcalde alucinado, cuando todavía no tenía ni las vías ni los buses y ni idea de que iba a hacer con esos mamotretos, que sigilosamente desaparecieron en medio de la burla de este pueblo ingenuo y pendejo, pero mamador de gallo a morir.


Así que Señores Ingenieros: No joda, respeten un poco a Cartagena y a los cartageneros, como es posible que después de tanta chambonería vengan a decirnos que ese túnel y esa porquería de puente que están construyendo en Crespo y Marbella son la clase de obras que esta ciudad se merece? Como quieren que les creamos después de tanta ineptitud. Está bien que seamos pacientes y tolerantes, pero todo tiene su límite. Por favor cartageneros reaccionemos. Así también tampoco …

@rododiazw

jueves, 9 de octubre de 2014

El Brazo Peludo

El Alcalde de Cartagena de Indias D.T. y C. Utiliza varias estrategias para enfrentar  el descontento popular, sin que hasta ahora se haya podido identificar cual de ellas es peor. Es más, creo que él ni siquiera sabe que las  usa y mucho menos como estrategias, ya que en realidad parecen conductas reflejas, escondidos en su interior después de largos años de malacrianza, y de hacer lo que le da la gana.

Una de las tantas, y quizá la peor, es la de demostrar que el tema no le interesa, que es poco importante, de poca monta y que solo se trata de alborotos de gente ignorante y maleducada. Se muestra arrogante y poderoso y después de varias semanas de mutismo, cuando finalmente se digna pronunciarse sobre la situación, lo hace tangencialmente, en el curso de una celebración, o de un homenaje y simplemente se enfoca superficialmente en el problema, anunciando que todo está bien y todo lo tiene controlado. Es muy enfático y valiente defendiendo a empresarios y contratistas privados y con mucha facilidad, descarga la responsabilidad en otras entidades estatales.

Hay ocasiones en que la actuación no es direccionada por sus motivaciones personales, sino por el impulso administrativo de la alcaldada, del que manda, manda, aunque mande mal. Entonces, a velocidad meteórica, se produce una resolución imponiendo, prohibiendo o decidiendo, resolución que con igual velocidad que se expide, debe ser recogida, para corregir, adicionar o anular, debido a las inconsistencias propias de las vainas hechas a la carrera, sin planeación y sin la sindéresis debida a las cosas importantes, como son la relación entre un Alcalde y sus dirigidos.

A las anteriores hay que sumarle otras actuaciones que llevan el sello inconfundible del direccionamiento de los asesores, especialmente de aquellos de extracción empresarial. Es el truco administrativo conocido como : “técnica del brazo peludo”, y que consiste en creer que la gente es pendeja y que se va a entretener en detalles triviales y de fácil solución, olvidándose de los  vitales y complejos.  Aunque hay varias versiones del origen de esta técnica, parece que la más aceptada es la de un publicista que en un lado de la fotografía, dejaba ver una parte de su brazo peludo. El jefe tan pronto veía la obra, desahogaba su poder corrector, haciendo ver el error del brazo peludo en la foto, a lo que el diseñador asentía dándole la razón al iracundo jefe. Corregido el evidente error el proyecto era aprobado sin mas revisiones.

En términos administrativos esta técnica se concreta por ejemplo: en pasar un presupuesto de vigencias futuras, incluyendo 123 mil millones de gastos de funcionamiento, que obviamente no pueden ser presupuestados como vigencia futura por ser parte del presupuesto anual. El Concejo tan pronto recibe este presupuesto se enfoca en la discusión de la inclusión indebida de los gastos de funcionamiento en las vigencias futuras, a lo que el Alcalde y sus asesores responden admitiendo el error y retirando el rubro cuestionado y todos contentos. Pero se logró lo planeado: el Concejo no miró el resto del presupuesto. Esta es una falta de respeto que el Concejo seguramente castigará poniéndole la lupa a cada peso que apruebe.

Con la protesta popular se hace lo mismo: el descontento por la construcción de una loma en las playas de Marbella, fue respondido con una resolución prohibiendo el uso de las mismas playas. Aunque extemporánea, toda vez que los trabajos en el área marina se suspendieron hace rato y las playas venían usándose sin que a nadie le preocupara, lo cierto es que el interés de la protesta se dirigió hacia la prohibición del uso de las playas, olvidándose por el momento de la loma. Se creen muy vivos, o creen que la gente es boba. ESA LOMA NO VA.


Alcalde, todavía el pueblo tiene en la memoria la imagen de un muchacho cordial y cálido, que iba de barrio en barrio pidiendo que votaran por el y que en nada se compara con la del ogro que  hoy en día no se digna dirigirle la palabra, para responder a inquietudes y problemas sentidos. Deje la “sobradera”, usted no es tan bueno como cree y menos bueno de lo que  dicen sus aúlicos. Arriésguese un poco y aléjese de esos asesores malos.

@rododiazw