Así como van las vainas, parece que, a estas alturas del partido, hay que aceptar que las protestas pacíficas, infiltradas y a veces un poco movidas, han comenzado a producir resultados y cada día que pasa, mientras el presidente bravuconea en televisión y redes, poco a poco, ha ido desmontado el tinglado opresor que dio origen al movimiento.
La primera víctima fue la Reforma de Transformación Social Sostenible, eufemismo propio del calvilustrismo capitalino, con el que se pretendió embolatar a la gente y que no era otra cosa que una reforma tributara, infame, regresiva e impopular, pero, sobre todo, planeada sobre bases tan endebles, que valorizaba la docena de huevos a 1800 pesos, información suministrada ingenuamente por el despalomado ministro, que de paso firmó su sentencia con este dislate mayúsculo.
El retiro de la reforma por parte del presidente, no le significó reconocimiento alguno y mucho menos logró calmar a los jóvenes en sus protestas y a los miles de colombianos que los respaldan. Grupos de opinión y twitteros se pronunciaron criticando la demora en el retiro del proyecto, ya que, de haberse hecho a tiempo, hubiera evitado al país decenas de muertes y cientos de heridos. Otros grupos fueron más contundentes al felicitar a los protestantes por el logro y advertir que la inconformidad y el movimiento ciudadano siguen vivos.
El segundo resultado de las protestas, fue el de haber logrado tumbar a un ministro de hacienda que se consideraba inamovible y que, si bien es cierto, debía tener en sus planes salir por la puerta grande, después de aprobada su tercera reforma tributaria en esta administración, nunca se imaginó salir como “pepa de guama”, a sombrerazo limpio y utilizado como chivo expiatorio, para tratar de apaciguar la protesta más contundente, multitudinaria y violenta de los últimos tiempos. A pesar del amplio respaldo, por parte del presidente, el malogrado ministro, tuvo que enfrentar la inquina del pueblo colombiano y pagar en un solo contado, todas las viejas deudas, especialmente la de la reforma de 2019, a la que se responsabilizó de ser la causante del actual hueco fiscal, al entregar exenciones por 9 billones a las empresas. Aunque dicen que seguro se cae para arriba, lo cierto es que: “yéndose, aunque le vaya bien”.
El siguiente triunfo de las jornadas, que pronto completarán su primer mes, fue el de lograr el archivo de la reforma a la salud, polémico proyecto de ley al sistema de salud en Colombia, que silenciosamente venía tramitándose en el congreso y que no logró avanzar como esperaban sus defensores. Con una votación de 27 por el sí y 5 por el no, las comisiones séptimas de Senado y Cámara archivaron el proyecto de ley que pretendía reformar el sistema de salud colombiano y lograr profundizar la privatización, para que la salud se consolidara como negocio, y no como un mandato estatal de estirpe constitucional. Las asociaciones médicas, principales abanderados de la derrota de esta reforma, habían alimentado las protestas, aclarando que lo que se buscaba era un bloqueo de la atención primaria a la salud, lo que conducía a que el acceso a los servicios médicos fuera cada vez más difícil.
Por último, pero no por eso menos importante, fue el coletazo de las protestas que se llevó en banda, la realización de la Copa América de futbol en el país y que, probablemente, de carambola, le de la oportunidad al presidente de cambiar, al que hasta ahora había sido, un buen ministro de deportes. Esta semana que termina se supo que la Conmebol anunció, que rechazó el pedido del Gobierno colombiano de aplazar nuevamente la Copa América, asegurando que la salida no era viable por razones relacionadas con el calendario internacional de competiciones y logística del torneo.
El ministro del Deporte, en entrevista de radio, reconoció que el torneo se cayó, entre otros motivos, debido a las protestas del paro nacional y a la imposibilidad de tener aforo en los escenarios por las dificultades crecientes de la pandemia. También mencionó que, las tendencias en redes y las protestas fuera de los estadios, causaron mella en las intenciones del Gobierno de sostener la sede de Colombia para el torneo continental. Hay que anotar que con este rechazo a realizar la Copa America, se convierte Colombia en único país del mundo en rechazar la realización de una Copa Mundo y una Copa Continental.
Por otra parte, y como una ñapita de todo este proceso ciudadano, el programa televisado del presidente, Prevención y Acción, se dejó de trasmitir desde el pasado 4 de mayo, sin otra explicación que la de negociar con el Comité del Paro Nacional.
Querámoslo o no, hay que aceptar que el movimiento hasta el momento acumula grandes logros y tiene al gobierno, aunque de mala gana, negociando otros puntos de importancia para los cambios propuestos. No hay peor ciego que el que no quiere ver y de esa materia están hechos quienes siguen, desde su zona de confort, estigmatizando el movimiento y asustando bobos, con los espectros del castrochavismo, el petrismo y otras necedades.
Más bien copiemos el modelo y traigámoslo para la heroica y, con un movimiento serio, ordenado y firme, acabemos con las arbitrariedades e iniquidades del régimen absurdo y torpe, que agobia a nuestra ínclita ciudad.
CARTAGENA MAYO 31 DE 2021