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lunes, 28 de junio de 2021

LA ALIANZA REGIONAL

    Las circunstancias por las que atraviesa nuestro país, no son más que el resultado de la acumulación histórica de inequidades y desigualdades, derivadas de la aplicación de un modelo económico que, sistemáticamente, ha privilegiado el enriquecimiento de una minoría capitalista, en detrimento de una cada vez más creciente clase baja, empobrecida y marginada.  Esto se ha hecho evidente, especialmente después de varias décadas de casi nula aplicación de una Constitución, en teoría desarrollada para un modelo de Estado Social de Derecho, con autonomía regional, pero con una vocación práctica de neoliberalismo y centralismo a ultranza.

 

    El estallido social, largamente reprimido, y desnudado por la pandemia del Covid 19 y que, a duras penas, el gobierno ha podido contener con estrategias de represión, dilación y diálogos inanes, no es más que otra muestra de las deficiencias estructurales persistentes de nuestro modelo, generadas por la incapacidad del estado para desarrollar, aplicar o cumplir, la propuestas sociales y económicas de la, ya obsoleta, Constitución de 1991. 

 

    Es evidente que en el desarrollo del modelo de estado consagrado en la carta del 91, no se han dado respuestas al  compromiso adquirido para la estructuración de   un proyecto de sociedad, definido por la existencia de un Estado de Bienestar, caracterizado por un conjunto de seguros y servicios, destinados a garantizar la igualdad de oportunidades y la cohesión social.

 

    Sea lo primero destacar la carencia total de políticas activas de empleo orientadas a evitar que se consoliden el subempleo, el empleo indigno o el desempleo de larga duración, todos cuota inicial de la pobreza estructural que nos identifica.  A esto se añade la incapacidad del sistema para establecer, el seguro de desempleo como mecanismo de protección de las personas y de las familias, ante la pérdida a veces obligada, a veces consentida del empleo.

 

    Otra de las grandes deudas  de la Contitución del 91, con el Estado de Bienestar en Colombia, es el no haber logrado consolidar un sistema de salud eficiente, efectivo y universal. La universalización del sistema de salud en colombia no es solo un objetivo para la cohesión y el bienestar social, sino también para el control de los costos de salud resultantes del poco control a la industria farmaceútica y de la mercantilización pauperizadora e indigna de la salud, que nacen con la ley 100.

 

   El tercer elemento que requiere una revisón a fondo, para conformar un verdadero estado  de Bienestar, son los sistemas públicos de pensiones. La presión para pasar a sistemas privados, ha sido muy fuerte durante los últimos años, por el interés de las entidades financieras y por la supuesta inferioridad de los sistemas públicos. A esto se suma la deficiencia sistemática en proteción social a sectores en inferioridad de condiciones, como son   las personas mayores y los enfermos crónicos no hospitalizados, así como el apoyo financiero a las familias con hijos, que es a menudo una condición para que las mujeres puedan tener hijos, sin renunciar a su actividad laboral.

 

    La educación universal y gratuita si bien, no es parte en su totalidad  del Estado de Bienestar, si es indudablemente un rasgo de las sociedades desarrolladas, y un instrumento fundamental para la igualdad de oportunidades que se pretende garantizar en el Estado de Bienestar. Además, no es un secreto, que en los actuales procesos de cambios y restructuraciones  económicas,  la formación y la cualificación son la mejor inversión que un país puede hacer para su desarrollo económico.

 

    Un Estado de Bienestar como este que hemos analizado nos llevaria al modelo de sociedad que la ciudadanía nos está señalando y que necesariament tendría un fuerte impacto sobre nuestra economía, especialmente sobre el sistema fiscal. Un Estado de Bienestar fuerte y eficiente requiere de un manejo fiscal progresivo y justo, dentro de un modelo económico  dinámico, competitivo y transparente, con alta productividad y un fuerte desarrollo e incorporación de  tecnológias innovadoras.

 

    Saludamos con mucha expectativa, la conformación de la Alianza Regional, grupo de dirigentes políticos de diferentes departamentos del país, con amplia experiencia en el manejo exitoso de lo público, especialmente en el plano regional y con una extraordinaria vocación de servicio, ya demostrada en su paso por las diferentes gobernaciones a las que han sido elegidos. Este grupo, en el que podemos mencionar a Luis Pérez, Dilian Francisca Toro, Alex Char Y Dumek Turbay,  se ha reunido en la Heroíca el pasado 26 de junio, y   tiene como objetivo la definición de una metodología electoral y como ejes estructurantes de su paltaforma programática, la valorización de la autonomía regional, frente a las deficiencias históricas impuestas por el centralismo acaparador y una intervención a fondo en la solución de los problemas sociales que exige el pueblo colombiano, por encima de partidismos, divisiones y extremismos.

 

    La Alianza Regional, como grupo político comprometido con los desarrollos  que vive nuestra sociedad, y de cara a las procesos de cambio  social, que se vienen  exigiendo en forma perentoria,   propone como metodología estratégica, frente a las actividades electorales que se avecinan, conformar un equipo amplio de líderes, dirigentes y ciudadanía en general, que, por encima de partidismos y diferencias, asuma la vocería y defensa de  la sociedad colombiana y proponga las reformas constitucionales, administrativas, politcas y económicas, de fondo, que el Estado de Bienestar exige y nuestra sociedad ya reclama con urgencia.

 

En Cartagena de Indias, cabe la lapidaria frase, de la que nadie se hace dueño: “El circo sigue mientras haya quien  aplauda a los payasos”


Cartagena, junio 28 de 2021

 

lunes, 21 de junio de 2021

ALCALDES POR UN DÍA

Algunos amigos, muy bien intencionados, me sacaron de mi escondrijo y sitio de confinamiento sanitario, para llevarme a un taller de liderazgo que, el Centro de Pensamiento y Liderazgo: LIDERAZGO CARIBE, realizaba en Cartagena con una masiva participación de personas de diversos sectores, interesados, sin lugar a dudas, en la sensata y prometedora agenda propuesta por la organización del evento.

 

Había exgobernadores, congresistas, concejales, aspirantes a corporaciones, académicos, investigadores y líderes de diferentes sectores. Llamaba la atención la gran asistencia de jóvenes y mujeres, el ambiente de cordialidad y camaradería y, por supuesto, la gran expectativa por lo que la jornada depararía, especialmente en estos tiempos convulsionados, de pandemia y reflexiones.

 

No pasó mucho tiempo antes de que se dieran cuenta de mi presencia y que alguien comentara sobre mi participación en el proceso de revocatoria del alcalde, que finalizara abruptamente, por razones por todos conocidas. Una joven se acercó al sitio donde me encontraba observando la jugada y sin más, me sacó de mi silencio, afirmando en voz suficientemente alta, como para que todos escucharan: “Fíjese doctor que usted tenía la razón en todo lo que decía. El tractor salió buche y pluma y lo único que le sirve es la reversa. Las cosas han pasado tal cual, ¡puro na! Ya llevamos año y medio y de aquello nada. Pero ajá, usted sabe como somos los cartageneros: cualquiera viene y nos embolata y después nos vamos es en pura changonga y vacile”.

 

Además de causarnos mucha risa la espontaneidad de la líder popular, nos tranquilizó saber que no estábamos equivocados y que, a no ser por la intervención del gobierno central, para enredar la pita y negar la recolección de firmas con pretextos de bioseguridad, probablemente, hoy día el alcalde de Cartagena sería noticia nacional, al ser el primer alcalde de una ciudad grande en ser revocado. Es más, si en estos momentos se hiciera un referendo en la ciudad para definir su permanencia, muy seguramente sería retirado del cargo.

 

No se si fue por lo expresado por la líder o porque ya forma parte de nuestro ADN, lo cierto es que, al poco rato, estábamos discutiendo acaloradamente sobre ¿que haríamos si nos tocara ser alcaldes de Cartagena por un día? Escuchamos de todo: desde los fantásticos proyectos de construir un puente entre Bocagrande y Tierra Bomba, con urbanización de tierra bomba incluida, y un túnel desde Bocagrande hasta Manga, hasta los casi imposibles de, construir un nuevo Aeropuerto y sacar la Sociedad Portuaria de la Ciudad. Alguien dijo que en toda ciudad que se respete estas instalaciones se encuentran alejadas de los centros urbanos y que aquí, por el contrario, su permanencia en barrios residenciales, nos mantiene bloqueados.

 

Luego apareció el grupo de los que bajaron sus expectativas y expresaron que estarían felices, con que se realizaran los proyectos que tienen más de 30 años de estar dando lata y que, ni los anteriores alcaldes, ni mucho menos el actual, han hecho algo por ellos. Hablaron de la Avenida Bicentenario, de Los Famosos Drenajes Pluviales, del Traslado del Mercado de Bazurto, de la Quinta avenida de Manga, de La Perimetral, en fin, de todos nuestros fracasos y frustraciones como realizadores de esas obras indispensables, para que una ciudad funcione al menos adecuadamente. Hubo algunos que se entusiasmaron tanto que alcanzaron a proponer: el Centro Administrativo Distrital en Chambacú y un Parque de Diversiones, en el sitio que dejaría el mercado, al ser cambiado de sitio.

 

Por último, aparecieron los más aterrizados, que dijeron que se conformarían con que a la ciudad se le cambiara ese aspecto de basurero que hoy presenta: Que la malla vial medio se “emparapete”, así sea con contratos raros, que se recojan las basuras, que el DATT ordene el trafico, que se cambien las luminarias quemadas, que los semáforos no anden cabeza para abajo, que se destapen los canales a tiempo y no, después de las inundaciones, que las resoluciones no haya que cambiarlas tres veces, que el gabinete de lujo por fin salga con algo e invierta el presupuesto, que la pandemia se maneje con rigor científico y no con artificios de mala índole, que los rateros honrados devuelvan el 70% del presupuesto del 2020, que no se perdió pero tampoco aparece,  y, por unanimidad, la solicitud de no dejar morir el Laguito de Bocagrande, que agoniza ante la mirada complaciente del estado y los esfuerzos titánicos de algunos héroes, que intentan salvarlo apunta de  pico y pala.

 

Los asistentes salieron muy contentos con el enriquecedor y productivo taller, especialmente los desarrolladores de planes de gobierno para futuras campañas, quienes sin querer queriendo, se fueron con el trabajo prácticamente elaborado.

 

Muy seguramente de estos escenarios de reflexión, análisis, estudio y formación de líderes inspirados, saldrán los dirigentes del futuro que tanta falta nos hacen y ¿porque no? el alcalde que la heroica lleva años esperando.

 

John Quincy Adams, expresidente americano decía: “Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y convertirse en algo más, entonces eres un líder”.


Cartagena junio 21 de 2021

 

 

lunes, 14 de junio de 2021

REQUIEM POR EL PARQUE

Parece que el péndulo del Parque Espíritu del Manglar, vuelve a su lado más oscuro. Hay noticias de muy mal presagio, que señalan que, desde que fue regresado su manejo al Distrito de Cartagena, se encuentra cerrado, abandonado y en estado crítico. Se dice que el icopor, las ratas y los malandros, que son primos hermanos de los malandrines, ya acechan nuestro querido y emblemático refugio ecológico, familiar, cultural y social.

 

Ese pedazo de tierra, ubicado en uno de los sectores mas codiciados y costosos del mundo y que milagrosamente escapó de la voracidad de los amigos de rellenar, cercar y urbanizar, no ha tenido a través de su historia, un desarrollo completamente pacífico y auspicioso y, si bien es cierto, en épocas ha gozado del cariño y cuidado de muy buenos mecenas, en otras, ha sido menospreciado, maltratado y quien sabe con que oscuros fines, abandonado a su suerte.

 

Construido a comienzos de siglo, fue finalmente dado al servicio en 2003, con dos objetivos ambientales fundamentales: servir como pulmón renovador del oxígeno para el Centro de la ciudad y usarse como zona de amortiguamiento de las escorrientías de los barrios Nariño y Torices, para así regular las aguas del caño Juan Angola. Pretendía además valorizar la presencia del manglar como filtro biológico y  servir de habitat a la gran la variedad de fauna nativa de garzas, pericos, perezosos, mapaches y culebras boas, lo que daría mayor encanto al lugar, en su utilización final como parque y sitio de esparcimiento de propios y visitantes.

 

Pero la emoción duró poco: Ya en 2004, era abandonado el parque por la administración distrital de turno, después de que fuera vandalizado  e incendiadas algunas de sus instalaciones, en una refriega entre policía y manifestantes, quienes perseguidos por un grupo de rabiosos efectivos del  SMAD, terminaron refugíandose en el. Estos hechos unidos a la poca voluntad del alcalde, para asumir el manejo de unas obras, realizadas por su antecesor y contrincante político, llevaron al Espíritu del manglar a una de sus más largas etapas de desamparo y descuido. 

 

Este largo período de abandono culminó en 2012, cuando un grupo de aproximadamente 45 jóvenes entre 18 y 35 años, pertenecientes al grupo ambientalista Rainbow, provenientes de 17 países, estuvieron acampando en el parque y realizaron labores de limpieza, lo que coadyuvó a que , mediante comodato, fuera asumido por la Gobernación de Bolívar a cargo de Juan Carlos Gossaín, quien adicionalmente apádrinó otros parques importantes de la ciudad y, con una inversión cercana a los 4500 millones de pesos, lo restauró construyendo islas, paseos e instalando estatuas de personajes locales reconocidos y destacados. Recibido por el distrito, después de terminado el primer comodato con la gobernación, volvió a caer en el olvido y a cerrar sus puertas.

 

Una nueva etapa llegó con el arribo a la gobernación de Bolivar de Dumek Turbay Paz, quien de inmediato tramitó un nuevo comodato, estableció una estructura administrativa, de mantenimiento y vigilancia del parque y emprendió la segunda  fase que incluyó:  la realización de nuevas zonas verdes, una ludoteca para los niños, zonas de recreación, un sendero cultural, la isla de la tertulia, seis zonas de wi-fi,  espacios de descanso y avistamiento de aves en medio del manglar, pesceras interactivas, un patio de juegos para niños, zona de picnic, baños y muelles de observación. Adicionalmente, se mejoró el cerramiento y parqueaderos  y, quizá lo más importante, se definió   una programación permanente y variada para niños y adultos, que lo convirtieron en polo turistico, sitio obligado y punto de encuentro y esparcimiento para visitantes de la ciudad y el país. La acogida y el éxito del parque fueron tan impactantes, que hubo que establecer turnos para las visitas de grupos e instituciones educativas, llegándose a contabilizar un promedio de cerca de 20000 viistantes semanales.

 

Todo parece  indicar que en una de las primeras peloteras del nuevo alcalde, cuando pidió al nuevo gobernador, “no metersele al rancho”, fue cancelado tácitamente el comodato vigente con la gobernación y, como quiera que la pandemia ha sido excusa y motivo para no hacer nada, nuevamente ha quedado el parque en un limbo administrativo, huérfano y abandonado, corriéndose el riesgo de que habitantes de la calle y amigos de lo ajeno hagan de las suyas. 

 

Pero si por el espíritu del Manglar llueve, por los demás parques no escampa: El Cangrejo Azul y El Lineal de Crespo, reportan igualmente serios estados de postración y, si esto ocurre con las joyas de la corona, no quisieramos imaginarnos lo que pasa en los otros parque mas alejados y con menos renombre. 

 

Hace unos días vimos que, de rapidez, le estaban haciedo una especie de “jua jua” al parque, ante las primeras protestas ciudadanas por el cierre y abandono más reciente. En ralidad lo que se espera es que, de una vez por todas, se defina una política clara y efectiva de manejo de parques de la ciudad, que garantice su atención y administración  eficiente y permanente y que evite que a cada rato se vean sometidos y convertidos en sujeto de las arbitrariedades, veleidades y malacrianzas de los alcaldes y administraciones de turno.

 

Como dice Helen Rappaport en su saga de los Romanov: “EN EL DESIERTO PARQUE ALEXANDER SOLO QUEDABAN LOS GATOS.”


Cartagena, junio 14 de 2021

 

 

domingo, 6 de junio de 2021

RESPETO POR FAVOR

Nuevamente el gobierno colombiano incurre en la patanería de despedir, con cajas destempladas, a un organismo internacional de derechos humanos que, con toda razón y en uso de competencias ratificadas por nuestro Estado, mediante múltiples convenios, toca a nuestras puertas preocupado por el estrépito mundial, que da cuenta de flagrantes violaciones de derechos antes, durante y seguramente, después de las protestas.

 

Decimos que nuevamente, porque no es la primera vez y, en realidad, se trata de una especie de deporte del gobierno y algunos medios nacionales, y cuyo trofeo principal se entregará a aquel que peor trate a los organismos internacionales, que cometen la ingenuidad de mostrarnos deficiencias, recomendarnos correcciones y señalarnos violaciones.

 

Hace unos años en medio de una de tantas crisis y ante declaraciones del alto comisionado regional de las Naciones Unidas por la situación indígena en el Catatumbo, un presidente prácticamente gritó en la televisión, que estaba considerando seriamente, retirar de Colombia la oficina de las Naciones Unidas para los derechos humanos, por que ya no se necesitaba. Habrase visto semejante despropósito? Les confieso que nunca en mi ya larga vida, había escuchado una barbaridad tan grande, sobre todo en boca de un Presidente, que se hacía  llamar “demócrata” y defensor a ultranza de la Paz y los DDHH. Las naciones Unidas es quizá el más importante organismo multilateral jamás creado, con 70 años de vida en la lucha por la paz mundial y los derechos humanos, com más de 200 países miembros y al cual Colombia le debe acatamiento y una especial deferencia, por los más de 60 tratados, protocolos, pactos y acuerdos vigentes, que hemos firmado y que han sido ratificados por el pueblo colombiano a través del congreso.

 

La Corte Internacional de Justicia de la Haya, fue otra de las víctimas de nuestras repelencias, cuando emitió el fallo con respecto al diferendo limítrofe con Nicaragua. Todos recordaremos la tragedia nacional cuando se produjo la decisión y nuestro presidente con lágrimas en los ojos y el nacionalismo exacerbado, anunció el retiro de Colombia de este tribunal, al que se le acusó de corrupto, vendido y chanchullero.

 

 Se contrataron los bufetes más caros del mundo para que nos defendieran, obviamente a costos elevadísimos en dolares, y a  la final nada: San Andrés, Providencia, Santa Catalina  y los Cayos, siguen igual de abandonados, los peces siguen pasándose por debajo del agua de un país para el otro y todo igual. Se trataba en realidad de ocultar los fracasos de una diplomacia de pacotilla y unos negociadores acartonados, que históricamente han perdido el país a pedazos, mas reconocidos por sus apellidos andinos y las glorias de sus antepasados, que por sus conocimientos, en los vericuetos y trapisondas del Derecho Internacional y del Mar.

 

Si es por el lado de las ONG´s internacionales de verificación e información sorbe el manejo de los derechos humanos, la situación es aun peor y muestra lo mal que estamos en todo lo que tiene que ver con la concepción, que de los Derechos Humanos, han mostrado nuestros últimos gobernantes.  No es sino que “Human Rights Watch”, en su informe anual, sugiera que en Colombia se debe mejorar en algún tema relacionado con los Derechos Humanos, para que de inmediato salte el gobierno a insultar y descalificar el informe y a la prestigiosa ONG.  Human Rights Watch es una de las organizaciones no gubernamentales líderes en el mundo, dedicada a la investigación, defensa y promoción de los Derechos Humanos. Su sede se encuentra en Nueva York, y cuenta con oficinas en Beirut, Berlín, Bruselas, Chicago, Ginebra, Johannesburgo, Los Ángeles, Moscú, París, San Francisco, Tokio, Toronto y Washington.

 

Así que el rechazo a la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la OEA, es solo otra travesura  de nuestros gobernantes y una confirmación más de nuestra tradición de país matrero y malcriado, especialmente cuando sabemos que los organismos vienen después de haber  recibido miles de solicitudes, por parte de distintos representantes de la sociedad civil, movimientos sociales, estudiantiles, académicos, juristas, representantes políticos, entre otros,  para llevar a cabo una visita de observación, con el fin de monitorear y dar respuesta a la situación de derechos humanos en Colombia. 

 

La Comisión y la Corte interamericanas de Derechos Humanos, son nuestras víctimas preferidas en cuanto a rechazo e inaplicación de medidas cautelares y sentencias y, aunque el presidente y la vicecanciller hayan tratado de remendar la embarrada con explicaciones trasnochadas e incoherentes, lo cierto es que, a esta hora, no hay quien dude de la veracidad de las violaciones de derechos humanos en Colombia, al ver la terronera que le causó al gobierno, la sola mención de que alguien viniera a meter las narices en el conflicto y observar  las arbitrariedades del régimen.

 

Según la vice canciller, las visitas se recibirán después de que nuestros órganos de control internos investiguen y definan responsables y apliquen las sanciones correspondientes. Es decir:  ¡NUNCA!

 

PD: Pesar, tristeza e impotencia, al ver el rumbo que ha tomado el manejo de  la pandemia en nuestra ciudad. Nuestro más sentido pésame a los familiares de los que nos han dejado. En esta ocasión me toca lamentar la absurda  y pronta partida de los amigos Jorge Majana, Ivan Sierra y el Vizo Gutierrez de Piñeres. RIP.


Cartagena, junio 6 de 2021