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jueves, 29 de agosto de 2013

Gobierno cretino ...


Si algo hemos aprendido los colombianos en esta última semana, es que nuestro actual gobierno es un gobierno cretino, pero cretino en el sentido del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es decir: Estúpido, idiota o falto de talento.

Y díganme si no es una verdadera idiotez, hacer el espectáculo en televisión de llamar a gritos a los negociadores de La Habana, porque los señores de las Farc pidieron una suspensión, para analizar la propuesta de un Referendo para validar los acuerdos logrados, y luego devolverlos a los dos días, cuando las Farc anunciaron que ya había terminado la suspensión? Para que los llamó? Que cambios o modificaciones se dieron a raíz de este llamado? Nada, puro show mediático. Demostraciones trasnochadas de un poder cada vez más esquivo. Azaroso futuro le esperan a unas negociaciones de uno solo, donde todo está definido de antemano, en donde solo uno propone y en donde el grupo negociador del gobierno cretino, se diluye cada vez más, “marionetizado”, por el afán de protagonismo de un Presidente y unos Ministros  locuaces  e incontinentes, que no han terminado de hacer una propuesta en La Habana, cuando ya la están desechando desde Bogotá.

Aceptemos, en gracia de discusión, que el presidente en campaña dijo que “solo los imbéciles no cambian”. Pero no era para que se lo tomara tan en serio. No puede ser que amparado por esa respuesta inventada para salir del paso, haya impuesto un gobierno de tropezones, decisiones absurdas y reversazos de última hora, casi siempre dirigidos a complacer a todos y a quedar bien con esa masa amorfa de partidos, grupos y grupúsculos, que lo llevan en andas, a través de su inseguridad y sus embarradas. Por muy presidente que sea, es obvio que el pueblo comienza a perderle credibilidad, confianza y hasta el respeto. A la gente no se le olvidan las fallidas reformas a la justicia y a la educación, la reforma tributaria que prometió nuca hacer, el fuero militar, la propuesta de extender a 6 años el período presidencial y todas las locuras de la política internacional.

Lo del paro agrario es cosa aparte. Ahí sí la sacaron del estadio. Sin proponérselo, este gobierno logró, por fin, poner de acuerdo a la opinión pública colombiana: Primero, que este es de lo peor que hemos visto en gobierno, y cuando digo gobierno me refiero al Presidente, sus Ministros y sus Asesores. Segundo, que los medios de comunicación nacionales,  y hasta locales, en forma vergonzosa, están al servicio de ese gobierno cretino, mintiendo descaradamente, trasmutando la realidad y ocultando las arbitrariedades del régimen. Y tercero, que las redes sociales, cada vez adquieren mayor importancia en el proceso de formación de una opinión pública madura, que no traga entero y que con unidad y criterio, está  librando una lucha cada vez mas importante y efectiva,  que sirvió para verle las orejas al lobo y la catadura despótica a un presidente que se gastó tres años haciéndonos creer que era bueno.

En el mes de Mayo un grupo de campesinos paperos fueron al congreso y expusieron los problemas estructurales de su sector: altos precios de insumos, altos costos de transporte, y, como si fuera poco, la saturación del mercado con productos importados subsidiados y, por lo tanto, de menores precios.  Otro tanto ha venido ocurriendo con cafeteros, lecheros y transporte. Cuando se aprobó en el congreso el presupuesto de 2014, la Contralora Morelli dijo que no entendía como habían bajado las partidas asignadas para el sector agrario. Así que la crisis del sector agrario era conocida, al igual que las peticiones de los campesinos, para que el gobierno los escuchara y se hicieran unas mesas para discutir sus problemas. Nos les parece el colmo de la estupidez  esperar a que se hiciera el paro, se perdieran vidas, productos, se paralizara el país y se gastaran ingentes sumas en un aparato represivo, diseñado para  la guerra, pero reprogramado para masacrar a la población civil, para luego decidir hacer las mismas mesas que se estaban pidiendo antes del paro?

Hace 50 años Martin Luther King tuvo un sueño que dividió la historia de la humanidad. Quien sabe cuantos años faltarán para que se cumpla nuestro sueño de Paz y Justicia. Por ahora y para comenzar ….. no votemos más por los mismos cretinos.

@rododiazw

jueves, 22 de agosto de 2013

El retorno del Talión...?



Cuando Caín mató a Abel, a Dios le tocó realizar el primer proceso penal de la historia y, contrario a lo que pudieran pensar los restantes tres habitantes del mundo, Dios no mató a Caín, sino que únicamente lo condenó a “esconder su faz de las miradas de los otros hombres”. O sea que desde el primer crimen, Dios definió el programa de lo que sería la penalidad social. Es claro que si la sociedad creyera en Dios, es decir, fuera Deísta, no mataría. Otro tanto ocurriría si fuera Cristiana, ya que a no matar, fue lo que enseñó Jesucristo, seguramente guiado por el V mandamiento de la ley de Dios.

Pero parece que la gente no compró mucho la idea Deísta de no matar, porque al poco rato ya se estaban inventando la tremenda teoría retributiva del delito, representada en la infame Ley del Talión, muy seguramente proveniente de la Ley 229 del código de Hammurabi, o del Blutrache o venganza de sangre de los germánicos. La ley del Talión ingresó subrepticiamente al Antiguo Testamento,  aparece con su claridad lapidaria de “ojo por ojo y diente por diente”, en el Éxodo, el Levítico y el Deuteronomio y continuó matriculada en el cristianismo, hasta que Jesús le puso su "tatequieto" en el Sermón del Monte, cuando después de las bienaventuranzas, dice “haz a otros lo que quieres que te hagan a ti”. Esto es mas conocido como: “ética de la reciprocidad”.

La Ley del Talión, fue la inspiración jurídica de los dictadores y déspotas de las Edades Antigua y Media y mantuvo vigencia hasta el siglo 18, cuando las luces de la ilustración  y las revoluciones liberales, comenzaron a vislumbrar las primeras ideas de humanismo y derechos humanos, dentro de un nuevo concepto del delito y la pena. Dentro de nuestra actual mentalidad, la Ley del talión nos parece una barbaridad. De hecho,  solo en algunos ordenamientos jurídicos, quedan reminiscencias de estas primitivas manifestaciones del deseo de venganza,  como es por ejemplo la “Sharia” musulmana, que exige cortar la mano al ladrón u otras formas de ajusticiamiento, como el hacer morir al condenado o la condenada por apedreamiento. No es de extrañar entonces que cuando alguien se atreve a proponer penas de corte retributivo, del tipo ojo por ojo, sea considerado retrógrado, oscurantista y medieval.

El 7 de mayo de 1907, fue fusilado el juez chocoano Manuel Saturio Valencia, acusado de incendiar la calle principal de Quibdó. Fue el último colombiano a quien se le aplicó la pena de muerte, que venía vigente desde la constitución de 1886 y que sería abolida por la constituyente, que reformó la carta en 1910. Desde esa época Colombia ingresó al club de los países abolicionistas y, en la constitución de 1991, quedó consagrada la prohibición de pena de muerte en el artículo11, mientras que en  el artículo 12  se prohíben las penas crueles, inhumanas o degradantes.  Como si fuera poco, Colombia tiene firmados cerca de 60 tratados, convenios y protocolos, para la protección de los Derechos Humanos, de los cuales, dos son  tratados específicos que prohíben la implantación de la pena de muerte. Así que cuando alguien pide pena de muerte: o tiene mucha rabia, o está “mamando gallo” o simplemente, no sabe de que está hablando.

A nivel mundial, Amnistía Internacional es una organización que lleva más de 30 años observando los acontecimientos relacionados con el uso de la pena de muerte y haciendo campañas por su abolición. En 1977, sólo 16 países habían abolido la pena de muerte para todos los delitos. En diciembre de 2010, esa cifra era de 96, actualmente son 140 los países del mundo que han abolido la pena capital en la ley o en la práctica. De los 58 países que aun la mantienen, sólo 21 han llevado a cabo ejecuciones desde  2011.

Los asociados tenemos todo el derecho del mundo de solicitarles a los gobernantes, explicaciones y aclaraciones sobre cambios inesperados o propuestas desmesuradas, sin que esto sea necesariamente motivo de molestias, resquemores y mucho menos estigmatizaciones. Atender a los gobernados es su función constitucional, la que juró cumplir fielmente, so pena de ser castigado por Dios y por la Patria. Flaco favor le hacen, el grupo de áulicos y aduladores oficiosos, sociedad de mutuos elogios, que salen a defender lo indefendible, en lugar de brindar una asesoría juiciosa y efectiva, acorde con las circunstancias.

@rododiazw

jueves, 15 de agosto de 2013

Arranque Alcalde...


El nuevo Alcalde ya completó un mes de elegido y un poco más de tres semanas de posesionado, y aun cuando todos quisiéramos que ya el hombre hubiera “disparado” dos o tres decisiones de impacto, que estremecieran la ciudad, la verdad es que su actividad ha sido parsimoniosa, de bajo perfil y altamente pensada y consultada.

A pesar de que en su campaña mostró gran dinamismo y deseos de llegar, para arrancar “de una” con los cambios, hasta ahora  su ejecutoria se ha limitado a desgranar lentamente la mazorca del nuevo gabinete, realizar algunos viajes, aparentemente exitosos, a Bogotá y aparecer en algunas actividades de corte social. Sin embargo, tienen razón quienes exigen que al Alcalde se le de el correspondiente compás de espera, ya que las actividades propias de un empalme traumático toman su tiempo y el vencer la inercia de una maquinaria oxidada y abandonada, es una labor que tiene sus bemoles. Además hay que aceptar que por algo fue ubicado en el cuarto lugar del Ranking mundial, con tan solo una semana de posesionado.

Pero siendo objetivos, también hay que escuchar a los que ya comienzan a impacientarse, pues de una u otra forma, el nuevo burgomaestre, ha pasado de “agache” algunas promesas, hechas en campaña, para el arranque de su gobierno, así como también ha tomado decisiones controversiales, al momento de definir sobre su equipo de trabajo. Nadie ha entendido la demora y los inconvenientes para conformar su gabinete, si desde los debates había anunciado que tenía un grupo de excelentes colaboradores, con las mejores calidades y, sobre todo, sin ligaduras ni vínculos con la vieja estirpe politiquera que venía gobernando a su antojo la ciudad, desde los tiempos del ruido.

A contrapelo de lo anunciado, la conformación del gabinete ha sido vacilante,  y complicada, y sin explicaciones ni razones, se han hecho nombramientos que sembraron incertidumbre y despertaron suspicacias, en una ciudadanía desconfiada y alerta. Traer dos secretarios de Barranquilla, condujo a pensar que el Alcalde desconoció a buenos profesionales de la región, para darles cabida a recomendados de la familia Char, con quienes se le había visto mucha afinidad, desde la misma campaña. Nombrar a varios funcionarios de la institución educativa de su familia, mostró  una desconocida  tendencia hacia gobernar con su “rosca”, pero además, y esto es lo comentado, se habla sin disimulo, que fue un descuido del  Alcalde encargar en la Secretaría de Educación a su vicerrectora, sin tener en cuenta que la educación es el negocio de su familia.

Nombrar en hacienda a un contribuyente de su anterior campaña, también generó una amplia discusión y el debate se dio alrededor de la diferencia entre lo ético y lo legal. No decidir sobre el tema del Gerente de Transcaribe, produjo reacciones encontradas, sobre todo,   si se recuerda que, siendo candidato, había manifestado que este sería la primera decisión de su administración. Por último, ha dejado sin calificación y sin pronunciamiento, la situación de su nuevo director del DATT, quien  se encuentra en el ojo del huracán, a raíz de una declaración de alto contenido racista, aparecida en su cuenta de twitter y que él, cándidamente, atribuyó a una broma pesada de un amigo. 

Además de escoger un buen equipo de gobierno, es obligación del Alcalde salir a defender y respaldar a sus colaboradores, si así lo considera o, por el contrario, hacer los correspondientes correctivos a tiempo. A los nuevos funcionarios corresponde demostrar, con trabajo efectivo y eficiente, que las sospechas eran infundadas. A la ciudadanía le toca darle consideración al perdón, que con humildad y sinceridad ha sido solicitado, por el director cuestionado.

Un mes es realmente poco tiempo y, si bien existen algunos inquietudes, es necesario y recomendable que el Alcalde se tome el tiempo requerido para ordenar la casa, definir su equipo de colaboradores y convocar a los diferentes sectores de la ciudad y del gobierno central, para proceder a un arranque seguro y sin contratiempos. Sin embargo, este plazo no puede ser muy largo, ya que el tiempo apremia y la ciudadanía está impaciente por ver las acciones y cambios prometidos por el nuevo Alcalde, promesas y programas por los que la gente votó y en los que depositó sus esperanzas. 

Por ahora el Alcalde aplica la vieja sentencia pronunciada por Napoleón, antes de ser juzgado: “vístanme despacio que tengo prisa”.

@rododiazw

jueves, 8 de agosto de 2013

La Justicia Mediática ...


John Stuart Mill, célebre filósofo y economista  inglés del siglo XIX solía decir que “el sentido común era el que llevaba a los antiguos a afirmar que la tierra era plana”.  Esa precisión tan certera y lapidaria del filósofo me impresionó tanto, que desde hace ratos dejé de imaginarme, suponer o creer, lo que me pudieran indicar mis sentidos internos y decidí aprehender la realidad tan solo con mis 5 sentidos externos, que por cierto, con la ayuda de la información disponible y los avances de la ciencia, son más que suficientes.

No hay duda y  será de sentido común, no transitar por un callejón oscuro y solitario, por temor a un asaltante, o no meterse al mar cuando está embravecido y hay fuertes oleajes. Lo que si no es aceptable, es decir, guiados por  el sentido común,  que los jueces penales en Colombia deciden en sus sentencias, teniendo en cuenta la marca de los vehículos de los acusados. Esto es realmente un despropósito, una simplificación absurda y una forma irresponsable de esconder la ignorancia y la falta de rigor académico, a la hora de emitir un juicio de valor, de semejante calibre. Por cierto que no falta el vivo que termine diciendo que : “es que el sentido común es el menos común de los sentidos.”

En realidad, el sentido común no es sino eso: son los conocimientos y las creencias compartidos por una comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos. Se trata de la capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable. Aunque en ocasiones es una buena herramienta para decisiones sencillas y poco estructuradas, el problema se presenta cuando el sentido común nos invita a dejar de pensar y  a tomar el camino más corto: la sabiduría popular. En cada comunidad, los grupos más fuertes deciden día a día las tendencias que deben seguirse y las normas de conducta aceptables. A la cabeza de este nuevo poder, en un clima de gran competencia por la conquista de la audiencia, ha tomado cuerpo una cultura mediática, donde se diluye el rigor y aumentan el espectáculo de la información y la obsesión por la inmediatez, como sinónimo de primicia. Dichas tendencias se constatan con toda nitidez y preocupación en los medios audiovisuales, donde el campo de acción preferido son precisamente los juicios penales.

Ante esta avalancha de sabiduría popular y sentido común, generados y fortalecidos por el poder de los medios de formar la discutida opinión pública, especialmente en el caso de la llamada justicia mediática, el doctrinante Luigi Ferrajoli se ha referido al debate existente en el ámbito jurídico, respecto del principio de publicidad, que se maneja a través de los medios de comunicación: “Ha reaparecido la antigua función infame del derecho penal premoderno, cuando la pena era pública y el proceso secreto. Sólo que la picota ha sido sustituida por la exhibición pública del acusado en las primeras páginas de los periódicos o en el televisor; y no como consecuencia de la condena, sino de la acusación, cuando todavía es un presunto inocente”. La manipulación mediática de la opinión pública ha creado una sabiduría popular y un sentido común desinformados, que ha originado una justicia paralela basada en el Populismo Punitivo, en el que los medios de comunicación ejercen los papeles de fiscal y de abogado defensor, así como, frecuentemente de juez. Es lo que se conoce como la RCNización de la justicia.
Los juicios paralelos que construyen algunos medios, pueden hacer que la opinión pública confunda la verdad mediática con la verdad jurídica y alimentan la histórica desconfianza hacia la justicia,  que contribuye al rechazo social de muchas de las decisiones judiciales y a la formulación de paradigmas injustos, que fácilmente pueden ser desvirtuados con una simple mirada a hechos y datos reales. Uno de estos paradigmas es el que establece que: “en Colombia la justicia es para los de ruana”. Sin embargo, los 1447 militares entre condenados y sindicados detenidos, los 1200 poderosos narcotraficantes y paramilitares extraditados, los 40 congresistas encarcelados  y los 110 investigados y los 470 funcionarios de empresas públicas y privadas en diferentes etapas de investigación y juzgamiento, son una clara muestra de que un caso aislado, no puede ser el rasero con que se mida la eficacia de la justicia colombiana.

En el siglo 18, Cesare Beccaria, inspirador del Derecho Penal moderno dijo: ”un hombre no puede ser llamado culpable antes de la sentencia del juez, ni la sociedad puede quitarle la protección pública, sino cuando se haya decidido que violó los pactos con los que aquella protección le fue acordada”. Esto sigue más vigente que nunca y no se trata de sentido común ni de sabiduría popular…

@rododiazw