Es cada vez mayor la certidumbre de los
cartageneros en el sentido de que la ciudad no avanza, que cada nuevo tema es
motivo de mayores controversias y conflictos y que, a pesar de las buenas
intenciones del gobierno, la realidad es que no tenemos claridad sobre cuando
será el día D, o la hora cero, en que el gobierno distrital finalmente
comenzará a trabajar y a realizar lo prometido en campaña.
Los Alcaldes elegidos, normalmente son líderes
políticos, cívicos, o sociales que a través de su actividad proselitista logran
el consenso de la ciudadanía y por ende
los votos necesarios para acceder al cargo a través de la elección popular.
Aunque en ocasiones pueden tener formación en el manejo de lo público, lo
normal es que no sea así y esa es la principal razón por la que la constitución
y la ley, lo autorizan a escoger y traer a su gobierno a un grupo de expertos
en los diferentes temas para que, como equipo,
realicen la tarea de manejar una ciudad y sus problemas.
Esta escogencia es crucial y definitiva, ya que
si en lugar de expertos, de funcionarios idóneos, experimentados y conocedores
de las diferentes materias, se traen amigos, copartidarios o recomendados por
los patrocinadores del proyecto político, con poca o ninguna formación en
gestiones públicas complejas, es muy probable que el nuevo Alcalde, quien
lógicamente no se las sabe todas y, muy seguramente, como todo ser humano tenga
sus debilidades, no logre consolidar un buen equipo, sin intereses personales o
de grupo, con criterios unificados y mentalidad
abierta al diálogo constructivo, alrededor de los temas importantes de la
ciudad.
Que a la fecha no se noten indicadores claros y
contundentes de que la ciudad esta marchando a buen ritmo y en la dirección
adecuada, son síntomas inequívocos y sugestivos de que algo o mucho anda mal.
No hay duda de que el Alcalde tiene algunas debilidades, lo cual sería lo de
menos, si su equipo trabajara efectivamente por su pronta solución. Lo que si
es grave es que sea su equipo asesor el que presenta las debilidades, lo cual
no sería raro, si observamos su composición y origen, pero, sobre todo, los antecedentes
de algunos profesionales de la administración que saben de todo, son
competentes para casi cualquier cargo y, por arte de birlibirloque, saltan de
una administración a otra, sin solución de continuidad y sin mostrar resultados
en sus correspondientes gestiones.
Estos funcionarios paracaidistas son los que
normalmente se encargan de formar un círculo cerrado de aduladores alrededor
del Alcalde, de convencerlo de que todo
marcha bien, pero sobre todo de aislarlo, espantar y estigmatizar a quien se
atreva a acercarse al Alcalde para mostrarle la realidad. Con estos personajes
contribuyen los encuestadores, quienes a la manera de las reinas de belleza o
las canciones, elaboran tan pronto los funcionarios se posesionan, los famosos
ranking de Alcaldes y Gobernadores, dándose
la rara situación de que mientras al gobernante la va muy bien, la ciudad o el
departamento siguen igual de mal.
Es tan grave la situación que hay un grupo de
ciudadanos que, preocupados por la forma como se vienen manejando los temas de
la ciudad, por la misma situación de postración que se vive y siente y por la
casi total parálisis que día a día se impone en el gobierno local, han manifestado sinceramente su deseo de
conformar y ofrecer un grupo de asesores
que en forma desinteresada y proactiva ayude al Alcalde con ideas y direccionamiento
táctico y estratégico, sobre los grandes
problemas de la ciudad y los grandes temas que se deben abordar sin demora para
enfrentar los proyectos de mediano y largo plazo que requiere el desarrollo de Cartagena.
Se trata de profesionales de amplia trayectoria y conocimiento de diferentes
temas, sin intereses de tipo económico y, lo mas importante sin compromisos
políticos o grupistas que afecten su función.
Estamos seguros que en la actual administración
hay muy buenos funcionarios, esperando un liderazgo inspirado y efectivo que
los dirija hacia los grandes logros que la ciudad espera. Al Alcalde
corresponde echar mano de esas ayudas
expertas y desinteresadas que se le están ofreciendo para una rápida
corrección del rumbo.
Artículo publicado el 9 de Agosto de 2012
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