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lunes, 11 de marzo de 2013

A corregir el rumbo...


Es cada vez mayor la certidumbre de los cartageneros en el sentido de que la ciudad no avanza, que cada nuevo tema es motivo de mayores controversias y conflictos y que, a pesar de las buenas intenciones del gobierno, la realidad es que no tenemos claridad sobre cuando será el día D, o la hora cero, en que el gobierno distrital finalmente comenzará a trabajar y a realizar lo prometido en campaña.

Los Alcaldes elegidos, normalmente son líderes políticos, cívicos, o sociales que a través de su actividad proselitista logran el consenso de la ciudadanía  y por ende los votos necesarios para acceder al cargo a través de la elección popular. Aunque en ocasiones pueden tener formación en el manejo de lo público, lo normal es que no sea así y esa es la principal razón por la que la constitución y la ley, lo autorizan a escoger y traer a su gobierno a un grupo de expertos en los diferentes temas para que, como equipo,  realicen la tarea de manejar una ciudad y sus problemas.

Esta escogencia es crucial y definitiva, ya que si en lugar de expertos, de funcionarios idóneos, experimentados y conocedores de las diferentes materias, se traen amigos, copartidarios o recomendados por los patrocinadores del proyecto político, con poca o ninguna formación en gestiones públicas complejas, es muy probable que el nuevo Alcalde, quien lógicamente no se las sabe todas y, muy seguramente, como todo ser humano tenga sus debilidades, no logre consolidar un buen equipo, sin intereses personales o de  grupo, con criterios unificados y mentalidad abierta al diálogo constructivo, alrededor de los temas importantes de la ciudad.

Que a la fecha no se noten indicadores claros y contundentes de que la ciudad esta marchando a buen ritmo y en la dirección adecuada, son síntomas inequívocos y sugestivos de que algo o mucho anda mal. No hay duda de que el Alcalde tiene algunas debilidades, lo cual sería lo de menos, si su equipo trabajara efectivamente por su pronta solución. Lo que si es grave es que sea su equipo asesor el que presenta las debilidades, lo cual no sería raro, si observamos su composición  y origen, pero, sobre todo, los antecedentes de algunos profesionales de la administración que saben de todo, son competentes para casi cualquier cargo y, por arte de birlibirloque, saltan de una administración a otra, sin solución de continuidad y sin mostrar resultados en sus correspondientes gestiones.

Estos funcionarios paracaidistas son los que normalmente se encargan de formar un círculo cerrado de aduladores alrededor del Alcalde, de convencerlo de  que todo marcha bien, pero sobre todo de aislarlo, espantar y estigmatizar a quien se atreva a acercarse al Alcalde para mostrarle la realidad. Con estos personajes contribuyen los encuestadores, quienes a la manera de las reinas de belleza o las canciones, elaboran tan pronto los funcionarios se posesionan, los famosos ranking de Alcaldes y Gobernadores,  dándose la rara situación de que mientras al gobernante la va muy bien, la ciudad o el departamento siguen igual de mal.

Es tan grave la situación que hay un grupo de ciudadanos que, preocupados por la forma como se vienen manejando los temas de la ciudad, por la misma situación de postración que se vive y siente y por la casi total parálisis que día a día se impone en el gobierno local,  han manifestado sinceramente su deseo de conformar y ofrecer un grupo de asesores  que en forma desinteresada y proactiva ayude al Alcalde con ideas y direccionamiento táctico y estratégico,  sobre los grandes problemas de la ciudad y los grandes temas que se deben abordar sin demora para enfrentar los proyectos de mediano y largo plazo que requiere el desarrollo de Cartagena. Se trata de profesionales de amplia trayectoria y conocimiento de diferentes temas, sin intereses de tipo económico y, lo mas importante sin compromisos políticos o grupistas que afecten su función.

Estamos seguros que en la actual administración hay muy buenos funcionarios, esperando un liderazgo inspirado y efectivo que los dirija hacia los grandes logros que la ciudad espera. Al Alcalde corresponde echar mano de esas ayudas  expertas y desinteresadas que se le están ofreciendo para una rápida corrección del rumbo.

Artículo publicado el 9 de Agosto de 2012

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