La luna de miel entre el Gobernador
Gossaín y la dirigencia Andina terminó abruptamente y mas rápido de lo que
esperábamos. Todo iba sobre ruedas, mientras se trataba de repartir estampitas,
entregar caritas felices y sentarse a manteles para festejar las ocurrencias de
nuestro gobernador, cuando se trataba de hablar de la forma de regar la
mermelada sobre la galleta de soda. Era el gobernador de moda, aparecía en los
primeros lugares de un ranking, inventado por ellos mismos, y llevaba la voz
cantante en cuanta reunión de mandatarios se programaba.
Que buenos tiempos aquellos, en que
teníamos uno de los mejores Gobernadores de Colombia. Todavía no había plata
para repartir, solo elogios, distinciones y toda la parafernalia lisonjera, en
que son tan expertos nuestros dirigentes del altiplano. Había sin embargo, los
aguafiestas de siempre que decían que “no podía ser verdad tanta belleza” y que
“de eso tan bueno no daban tanto”. Les parecía imposible que de la noche a la
mañana nos “pararan bolas”, nos atendieran bien y nos tomaran en cuenta. Como
quien dice, teníamos unos nuevos mejores amigos: “los cachacales”.
Comencé a preocuparme cuando nuestro
Gobernador, sin explicación alguna, empezó a descender en el escalafón de los
mejores. Del primero al séptimo, luego al diecisiete y después ni mas se supo
de el. Que había pasado para semejante caída en picada? La explicación asomó
pronto: había llegado la hora de repartir el billete y nuestro fogoso y buen
argumentador Gobernador, les estaba tocando el vals que los mataba. Estaba
hablando duro y les estaba pidiendo los recursos que hábil y tradicionalmente
nos habían escamoteado, hasta convertirnos en uno de los Departamentos mas
pobres y atrasados del país.
No es nada nuevo y abundan los
estudios: en la costa norte de Colombia están 6 de los departamentos mas pobres
del país, incluyendo por supuesto a Bolívar. Las inversiones de cualquiera de
los departamentos del “triangulo de oro”, son entre 10 y 15 veces mas altas que
las del Departamento de Bolívar y el índice de necesidades insatisfechas de
nuestro departamento es al menos 4 veces mas alto que el de Antioquia, Valle o
Cundinamarca. La predilección por el centro, en detrimento de la periferia, a
la hora de propiciar el desarrollo, es
uno de los componentes perniciosos y estructurales de esas desigualdades que, por
el contrario, cada vez profundizan mas el atraso y garantizan un subdesarrollo
concomitante con nuestra pobreza histórica.
Es triste y vergonzoso ver a un
ministro “michicateándole” unos pesos al desarrollo de la costa, en el mismo
país en el que ningún dirigente discutió
para gastarse 62000 millones atendiendo invitados en una cumbre inútil,
o 100000 millones en las consultas de
los últimos dos años, para escoger candidatos de partidos, con abstenciones de
mas del 90%. No se entiende como se
puede ser tan espléndido para lo superfluo e inútil y tan tacaño cuando se
trata necesidades sentidas de una región, como es el caso del puente de
Gambote, que no solo beneficia al departamento, sino a todo el país. No es justo que toda las fuerzas
vivas del departamento tengan que movilizarse, para suplicar por los recursos
que nos pertenecen y que nos deben desde tiempos inmemoriales, y que para colmo
de males tendremos que agradecerles toda la vida, cuando les de la gana de entregarlos.
Razón tiene el Gobernador para “emputarse” y reclamar airadamente, a riesgo de
seguir bajando en el ranking.
Lo del puentecito es tan solo una pequeña
escaramuza de las muchas que seguramente nos esperan y con las que tendremos
que seguir luchando. Quedó claro que
nuestra buena disposición, amabilidad y calidez para tratar con la dirigencia
andina, cada día nos resulta menos efectiva y, por el contrario, son tomadas
como indicativos de debilidad y conformismo. Tendremos que cuidarnos de las
manipulaciones elogiosas y malintencionadas, que solo buscan que nos durmamos
en los laureles para luego “bailarnos el indio” impunemente. Al mejor estilo
paisa debemos aprender a golpear el escritorio del centralismo, para que nos
entreguen lo que nos pertenece.
Artículo publicado el 24 de Octubre de 2012
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