Vistas de página en total

lunes, 11 de marzo de 2013

Los muñecos de Cartagena...


Freniot Chantal Oviedo, un Zenú puro que componía décimas y poemas, mientras hacía pilones y canoas a orillas del Sinú, tuvo la mala fortuna de tener que venir a Cartagena por allá por los años 40 del siglo pasado, con la temeraria idea de hacer unas “diligencias”, en oficinas públicas de la ciudad. Embarcó en la “Golondrina”, armado con un pellón, como todo equipaje y al cabo de treinta horas estaba en la bahía de las ánimas, asustado y estrasijado por el hamaqueo de la lancha al paso por periquito.
 
Tan pronto desembarcó, fue campaneado por unos malandros que lo confundieron con un rico ganadero, debido al sombrero vueltiao que llevaba  y en un dos por tres lo despojaron del pellón y lo dejaron penando en el Camellón de los Mártires, donde se dedicó a leer las placas de los monumentos, mientras esperaba el regreso de la lancha para devolverse. Después de convencer al capitán de la lancha de su tragedia, embarcó de regreso y cuando la lancha ya se alejaba, se paró en la cubierta y grito para desahogarse: “adiós Cartagena y tus muñecos…te volverá a ver mi espíritu si es que es vagabundo..”

Cuando dijo muñecos, no se si se refería a los múltiples monumentos de la ciudad, o si por el contrario, fue una premonición de lo que ocurriría en el futuro en la administración de la ciudad; lo cierto es que es muy probable que sea este el origen de una larga tradición convertida en leyenda, según la cual los cartageneros son apáticos y poco impresionables por los que a ella llegan, especialmente si vienen rodeados de las ínfulas  de la fama. De ahí la célebre frase que todos los grandes recuerdan cuando, al rato de estar en la ciudad, sienten la desazón de ser ignorados, o peor aún, el señalamiento de metidas de pata inolvidables : “en Cartagena no hay fama que dure 24 horas”.

Por supuesto por la brevedad de este escrito, no voy a recordar las múltiples embarradas de reinas, cantantes y presentadores, quienes después de muchos años aun son recordados por los descaches que pasaron a formar parte del folklore nacional y que pusieron a tambalear su fama tan rápidamente, como los malosos desplumaron a Freniot en la propia Boca del Puente.  Voy tan solo a recordar los eventos del último mes, que por su desarrollo y resultados, parecen confirmar las premoniciones del carpintero de la rivera del Sinú.

Cayó la fama del gobierno  en cabeza del propio  presidente, quien pasó de la gloria de la portada de la  revista Times, a una triste y solitaria rueda de prensa, en la que cabizbajo y meditabundo, intentó remendar  los traumáticos resultados, con el premio de consolación de la venta del país y la cuidad y la importancia de que el presidente de USA hubiera dormido dos días en la ciudad.

Cayó la fama del propio presidente Obama, quien de líder carismático, sonriente y juvenil, se convirtió en el malo del paseo, ya que con su intransigencia desbarató la reunión antes de tiempo y le sacó la piedra a varios presidentes que se devolvieron refunfuñando y dejando servido el almuerzo de sancocho de costilla,  planeado para celebrar los acuerdos.

Cayó la fama del poderoso Servicio Secreto de USA, quienes antes de 24 horas ya estaban perrateados y atomizados por los diferentes sitios de diversión de la ciudad, con una marimonda de carretilleros, mostrando su catadura de putañeros irredentos y conejeros inmortales.

Cayó la fama de nuestra aristocrática canciller, quien con su dicción resbalosa, y su nadadito de perro, casi nos desbarata la ciudad, y terminó enredada en un berenjenal de hombre con prostituta, hombre con mujer, mujer con mujer, en la misma dirección pero en sentido contrario.

Y por último pero no menos importante, cayo nuestra querida Shakira, quien después de bañarse en oro en los cinco continentes y no venir al país, sino invitada por el propio presidente, se peló en el momento "sublime" y quedó ante la plana mayor del continente, como la niñita que recita su primer poema en la sesión solemne del colegio y se equivoca ante el desencanto de padres y profesores.

Quedan entonces notificados los famosos. Los muñecos de Cartagena, que tanto atemorizaron  al Poeta del Sinú,  siguen cobrando famas antes de las 24 horas.

Artículo publicado el 7 de Mayo de 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario