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lunes, 11 de marzo de 2013

Cartagena y el Dr. Murphy...


Una de las mas famosas leyes del doctor Murphy dice que “Cualquier situación, por mala que sea, es susceptible de empeorar”. Me imagino que a estas alturas del partido, no hay cartagenero que no entienda   a que me refiero.  Así que no tengo mucho que explicar para que se comprenda, que el problema es que  en Cartagena las cosas van de mal en peor.

Ya vamos para el segundo mes del segundo año y nada que termina el cuento del gallo capón de nuestra alcaldía y, por el contrario, cuando pensábamos que la solución estaba cerca, parece que apenas es cuando en realidad se va a complicar. No había quien no asegurara que el Alcalde titular ya no regresaba, y que el próximo 12 de Febrero el Presidente Santos bajaba la bandera, para que comenzara la nueva campaña electoral, para la cual ya se habían lanzado al agua un importante grupo de candidatos, representantes de los diferentes partidos, casas, grupos y grupúsculos.

La buena noticia de la recuperación del Alcalde titular, cogió a todo el mundo mal parqueado y hasta el mismo Presidente y la Contralora se enredaron, a la hora de definir lo que procedía. De hecho, hasta este momento, no se ve muy claro como hicieron para que el Alcalde titular se notificara de la suspensión, cuando estaba incapacitado y no era Alcalde. Parece que a pesar del palmarés y todos los pergaminos, a su encopetado abogado, se le fue la liebre y no exigió que el Alcalde regresara a su cargo para entonces si, recibir la notificación de la suspensión. Obviamente esto hubiera complicado la vaina hasta el infinito, ya que al regresar el titular, finalizaba el encargo de Otero y al ser suspendido, nuevamente era necesario encargar otro, hasta que se enviara una terna de la que el Presidente seleccionara al reemplazante. Ni para que les cuento. Algo similar ocurrirá ante una nueva incapacidad.

No me digan que la tutela interpuesta por De La Espriella interrumpe la suspensión que pesa sobre el Alcalde, porque entonces se daría el absurdo jurídico de tener un Alcalde titular que no está suspendido, tampoco está incapacitado, pero sin embargo está siendo reemplazado por un encargado nombrado por el Presidente.  De todas formas aun obviando este galimatías normativo, el próximo 12 de Febrero, el juez de tutela deberá pronunciarse sobre la solicitud de revocar la resolución de la contralora y claramente se ven dos posibilidades: que confirme la suspensión, caso en el que todo seguirá como viene, pero sin elecciones a la vista, y la otra, que la revoque, lo que de una terminará con el encargo de Otero y le devolverá su alcaldía a Terán Dix.

El regreso de Terán estará como para alquilar balcón. En contra de todos los pronósticos el Alcalde no tiene ningún deseo de retirarse o renunciar para continuar su tratamiento y lograr una cura definitiva, o como se dice por ahí, dar un paso al lado para que la ciudad elija a alguien que pueda comenzar el famoso Plan de Desarrollo. No nos olvidemos que desde antes del desafortunado suceso de la enfermedad, el Alcalde ya venía afrontando serios problemas para ordenar su gabinete, gobernar la ciudad, pero sobre todo, para liberarse de la cáfila voraz que lo perseguía para cobrarse a sangre y fuego, los favores del “apoyo” dado en campaña, para el logro de su objetivo.

Por lo pronto el Alcalde ha dicho que: ahora si viene con todo, curado y libre de ataduras, a trabajar por su Cartagena, por la que tanto se ha esforzado  desde hace tanto tiempo. Sin embargo, este discurso lo hemos escuchado tantas y tantas veces, que ya resulta casi obligatorio pensar que del dicho al hecho hay mucho trecho y que lo que nos espera es una segunda parte de los inicios de su gobierno en Enero de 2012. Ojalá y aunque sea por esta única vez, el Dr. Murphy se equivoque.

Artículo publicado el 31 de Enero del 2013

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