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domingo, 10 de marzo de 2013

Gerenciando la seguridad..


Siempre que observamos  en la televisión o el cine, las películas policíacas  gringas, no dejamos de maravillarnos por la efectividad con que los patrulleros y las patrullas, se van uniendo a la acción, hasta el punto de que en un momento dado todas las unidades disponibles, están participando, ya sea en la persecución o bloqueando las vías por donde avanzan los delincuentes.

La sorpresa es grande cuando  se descubre que lo que se ve en las películas, no es más que una fiel representación de lo que día a día se vive en las calles de las ciudades del país del norte. Los sistema policivos gerenciados y efectivos se basan en principios de proactividad y eficacia, mediante los cuales la policía siempre se está adelantando a las posibles acciones de los criminales, y cuando por una u otra causa ocurre el delito, todos los recursos disponibles se unen en la lucha, en un fenómeno de mucha eficiencia y sinergia que multiplica la capacidad de respuesta.

Lo anterior no sería posible, si no fuera por la capacidad organizativa de los países desarrollados y  por la existencia de  avanzados y grandes recursos tecnológicos y económicos. Esta combinación de gestión y recursos significa, contar con muy bien estructurados procesos de inteligencia, significa contar con unos sistemas de comunicaciones modernos y efectivos, y significa una gran dinámica y movilidad en el proceso de control inmediato del crimen.

Nuestro sistema colombiano, en cambio, es eminentemente reactivo. Siempre vamos actuando detrás de los hechos, no nos adelantamos a ellos, no prevemos, o no somos proactivos. Esto da como resultado que el crimen organizado simplemente va cambiando la forma y  los escenarios y dándonos cada vez nuevas sorpresas. Los esquemas preventivos usados son aleatorios, es decir, se basan en la utilización de grandes cantidades de efectivos para mediante retenes investigar a la mayor cantidad posible de personas, con la esperanza de que de esta forma algún delincuente sea atrapado. Este procedimiento, si bien es bueno cuando es sorpresivo, pierde su eficacia cuando se convierte en rutina, que es precisamente nuestro caso.

Otro aspecto importante de nuestro sistema, es la baja capacidad de respuesta, debilidad que  compartimos tanto la ciudadanía como las autoridades. Quiere esto decir que el ciudadano común y corriente, tiene muy poco compromiso y disposición a la denuncia del crimen. Es tan dramática esta situación que  solo mediante recompensas los ciudadanos se deciden a denunciar,  y aún así, hay personas que rehúsan  informar, por el simple miedo a que el criminal, rápidamente recobre su libertad y venga a cobrarse su revancha. 

Por el lado de la respuesta de las autoridades, las  deficiencias se inician  hace unos   años, cuando  del sistema de patrullaje dinámico, en el que la policía recorría permanentemente en las populares Radio-Patrullas, vigilaba en vivo y en directo y se acercaba a los puntos críticos para proceder con las temidas requisas o batidas, se pasó  a un sistema estático, fijo, en el cual, espera hasta que es requerida por un aviso de la ciudadanía, para  brindar una “atención inmediata”. Con el sistema CAI, se paso de un esquema proactivo de evitar la ocurrencia del crimen, a uno reactivo, como es el de esperar que este ocurra, para luego  buscar a los criminales.

Aunque inicialmente los CAI funcionaron como su nombre lo indicaba, prestando atención inmediata, con el tiempo el sistema comenzó a presentar las fallas propias de un proceso estático. Se convirtieron en blanco de las subversión pasando de perseguidores a perseguidos, y cuando los recursos iniciales se agotaron, comenzó el actual proceso de reducción que los ha convertido mayormente en  retenes de control de documentación de vehículos y personas.

Los cartageneros somos quizá los únicos colombianos que debemos pagar un impuesto para dotar a la policía de elementos tecnológicos modernos para nuestra protección. Falta entonces que su nuevo comandante prepare la reingeniería del control policivo, en la búsqueda de una gestión dinámica, proactiva y efectiva.

Artículo publicado el 29 de Marzo de 2012

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