El cacareado triunfo del Santa Fe no solo sirvió para poner fin a una mojosera de 37 años sin ganar, que llevaba el consentido equipo capitalino, sino que adicionalmente sacó nuevamente a la palestra un reloj Rolex, marca de relojes cuya sola mención causa urticaria, discusiones y cuestionamientos de todo tipo, al menos en este país, en donde las cosas mas simples pueden complicarse hasta el infinito.
Resulta que en uno de los peores momentos del equipo, que eran casi siempre, al joven volante Omar Pérez se le ocurrió decirle al señor Cesar Pastrana, directivo del equipo, que le regalara su valioso Rolex. Pastrana para quitárselo de encima, y consciente de que el equipo no quedaría campeón por ahora, le dijo sin mucha convicción, que se lo regalaría el día que Santa Fe quedara campeón. Pues el señor Pastrana, con el dolor de su alma tuvo que cumplir su palabra y en ceremonia especial, con estuche y factura, tuvo que entregarle el Rolex a Pérez quien, redondeó el titulo con el fino reloj. Esperemos que no se aparezca por ahí un fiscal a molestar al muchacho, con el tema de la procedencia del dichoso reloj.
Pero no siempre las situaciones Rolex han tenido desarrollo y final feliz. El primer Rolex que suscitó comentarios fue el famoso GMT Master, referencia 1675 negro, que lució el Che Guevara en sus primeras salidas, después de la toma del poder. Dice una versión contrarrevolucionaria, que en la toma de la habana hubo una redada sobre el concesionario de estos relojes y de repente toda la jefatura de la revolución cubana tenia un Rolex puesto. Una versión menos torcida decía, que el reloj había sido regalado al guerrillero por su padre, con ocasión de su grado de médico.
En el ámbito local es quizá donde mas situaciones extravagantes se han presentado alrededor de estos relojes. Uno de los primeros casos que se recuerde, ocupó titulares y desvió la atención, y ocurrió cuando fue dado de baja el Guerrillero Raúl Reyes. Como se recordará, en el cadáver de Reyes fue encontrado un Rolex Oister Perpetual Day Date de acero y oro, que fue la sensación y la distracción del grupo que realizó las pesquisas iniciales. Sin mayores explicaciones se informó que el reloj no era original, sino una copia barata y, cuando ya los maliciosos de siempre hablaban de un posible cambiazo, apareció el ex comisionado Juan G Ricardo e informó que el reloj correspondía a uno de una caja de doce, que había comprado por 20 euros, en el China Town de Ginebra y de la que les regaló a Simón Trinidad, Raúl Reyes y Manuel Marulanda, quien parece tenía la afición a pedir relojes.
Distinto fue el caso del Rolex del Mono Jojoy. Este era un legítimo Submarine 300 Azul, acero y oro de 15000 dólares. Después del hallazgo del cadáver de “Jojoy”, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, reveló que el jefe guerrillero portaba esta reloj que habría pertenecido a un comerciante, que fue secuestrado por las Farc. Lo que no se entiende es porqué, conociéndose el propietario, el reloj aun permanece en una bóveda del Banco de la República.
Como cosa rara, el presidente Chávez no se salvó de aparecer en un caso Rolex. Hace unos años le regaló un Rolex Explorer II al ex grandes ligas Pompeyo Davalillo, reloj que fue posteriormente robado por encapuchados en el apartamento del pelotero. El ladrón fue detenido, cuando ya la oposición se dedicaba a contarle a la opinión pública, que el reloj había sido robado por “esbirros del régimen”.
Tres casos mas de relojes Rolex han ocupado a la opinión pública nacional, aunque todos se han quedado sin calificación: el primero es el que se mencionó que se había encontrado en poder del abatido jefe guerrillero, “El Negro Acacio” y del que nunca se supo nada mas. El segundo fue el que se informó que había sido regalado a un magistrado de la Corte Suprema de Justicia, por parte del acusado Italiano Giorgio Sale y del que nunca se ha podido probar nada y finalmente, el famoso Rolex Daytona del ex Ministro Londoño, quien informó que el día del atentado le fue robado por uno de los paramédicos que le salvó la vida, y del que tampoco se tienen mas detalles.
En una reunión, un conocido que tiene un costosísimo Rolex Yatch-Master II de oro macizo, contaba que es tan complicado el paradigma de vincular a los famosos relojes con actividades ilegales, que el lleva siempre en la guantera del carro una carpeta con las facturas originales y siete certificaciones que garantizan que el aparato es legal. Como dice Chimá: que vaina con los Rolex…
Artículo publicado el 25 de Julio de 2012
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