Ciudad desmemoriada...

El hombre mas poderoso del Departamento de Bolívar y la ciudad de Cartagena, no es el Gobernador, ni mucho menos el Alcalde. Tampoco lo son los Diputados y Concejales y, ni siquiera, Personeros, Contralores, Procuradores o Fiscales. Nada de eso: el hombre mas poderoso de los alrededores, es el que da el permiso para instalar el Chiringuito de Marbella.

Hace un año se le dio permiso a este negocio para funcionar, desde finales de Diciembre, hasta finales de Enero. Sin embargo, en pleno  Marzo, después de sostener varias disputas jurídicas, el susodicho Chiringuito seguía campante y sonante, desafiando a cuanta autoridad se le atravesaba. No valieron editoriales ni protestas. El hombre tenía inmunidad, tal como la que le confería la carta de senador Onésimo Sánchez a la desalmada abuela de Eréndira, para prostituir a  la nieta en toda la región.

Inicialmente, el dueño del negocio interpuso recurso de reposición del acto administrativo, que le negaba una prórroga y ordenaba abandonar la playa pública ocupada, al vencerse el permiso adjudicado por la Secretaría del Interior. En esta ocasión el secretario dijo molesto: “En esta administración está prohibido dar permisos para ocupar las  Playas de Cartagena o para realizar eventos musicales en ellas, ni siquiera si son temporales”. Negada la reposición, el hombre interpuso Acción de Tutela, alegando derecho al trabajo, a la igualdad y persecución. Al negar la Tutela el Secretario dijo: “Casos como el permiso que la administración anterior le dio a Chiringuito Beach no van a volver a ocurrir, porque esto está prohibido terminantemente por el alcalde de Cartagena, Campo Elías Terán Dix”. Después de esto, el negocio siguió orondo por otro tiempo  y, finalmente, se fue cuando le dio la gana.

En Septiembre, cuando ya nadie se acordaba del Chiringuito,  ocurrió lo increíble: al lado de la  Muralla de la tenaza, comenzó la instalación de una gigantesca venta de automóviles, en la que se pretendía realizar algo así como 700 vehículos, de la misma marca de los que durante la Cumbre de las Américas, fueron expuestos en el Camellón de los mártires: Hyundai. Lo insólito de la historia es que otra vez la secretaría del Interior diera permisos para que el espacio público fuera ocupado por los particulares, perjudicando a miles de niños y adultos que fueron literalmente desalojados y que utilizan este espacio para recreación y esparcimiento, especialmente en esa época que es la de elevar barriletes y cometas. La fuerte protesta de periodistas y ciudadanos fue apoyada por el Ministerio de la Cultura, quien desautorizó a los funcionarios distritales y evitó el desastre.

A mediados de Noviembre, la Corte Constitucional también le pegó su “tirón de orejas” a nuestras autoridades, al ordenarle al Hotel Las Américas devolver a la comunidad 8200 Mts. cuadrados de playa que le habían sido adjudicadas por nuestros funcionarios civiles y portuarias para su uso exclusivo. La situación era tan aberrante, que  estaban resguardadas por vigilantes armados, quienes impedían, a sangre y fuego, el ingreso y paso a través de las playas. La Corte no solo ordenó la restitución, sino que dejo claramente sentadas las bases del respeto por el espacio público y la prohibición de cualquier tipo de privatización de este, en detrimento de sus dueños naturales, que somos todos los colombianos.

La gran noticia de fin de año es que el Chiringuito volvió. Mas fuerte y bravo, anunciando conciertos de música electrónica y otras linduras, que el gobierno había dicho que estaban prohibidas. No valieron protestas pasadas de ciudadanos y periodistas, ni sentencias progresistas de la corte. No valieron regaños trasnochados del Ministerio de Cultura ni exhortaciones patrióticas de los Magistrados. La falta de memoria de nuestras autoridades le permitió al hombre mas poderoso de la comarca, expedir nuevamente el permiso  y el chiringuito vuelve y juega. Como dicen ahora los jóvenes: eso va…

Artículo publicado el 27 de Diciembre de 2012