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lunes, 11 de marzo de 2013

Preocupación y risas...


Al margen de los  grandes y complejos problemas de la ciudad, la gente no pierde su talante cálido, tranquilo y mamagallista y,   en paralelo con la preocupación por las cosas que pasan, mantiene su buen humor y da rienda suelta a esa capacidad de tomar el pelo, que nos distingue y califica como guasones inmortales. Esta semana ha sido especialmente prolífica en chanzas pesadas  y medios de comunicación y redes sociales han sido el escenario propicio para desarrollar toda esta creatividad.

Uno de los chistes de antología de esta semana fue la respuesta del Secretario del Interior, ante una queja de la ciudadanía, en el sentido de que los agentes de policía, ubicados en diferentes sectores de la ciudad, se la pasan hablando y chateando con los celulares, cosa que además de evidente viene siendo comentada en todas las esquinas. El señor secretario no tuvo empacho en decir que “la tecnología tiende a confundir a la gente común y corriente. Los agentes lo que tienen son unos aparatos que están georeferenciando todo lo que pasa en Cartagena y tienen unos códigos especiales para enviar imágenes a los centros de cómputo y la policía tomar acciones”.

Semejante galimatías no puede producir sino risas : Los policías envían imágenes a los centros de computo para que los policías actúen. Y porqué en vez de georeferenciar todo lo que pasa y después enviar imágenes, no toman ellos mismos las acciones? Y las famosas cámaras y el centro de control, no son precisamente para tener imágenes en tiempo real de todo lo que sucede en múltiples sitios de la ciudad? Será que por estas nuevas tecnologías fue que se dispararon los homicidios en Septiembre? No se, no se. La verdad es que en una época en la que todos nos distraemos chateando por el Black Berry, no es nada raro que un muchacho del interior que trabaja de policía acá en Cartagena, se distraiga un poco comunicándose con su novia y su familia. No entendemos una justificación tan peregrina, risible y rebuscada para un hecho tan normal y corriente.

Otro hecho que causó mucha hilaridad fue la comparación que hizo el periodista Juan Gossaín de los asesores y funcionarios: dijo que “siempre ha creído que Campo Elías no solo está mal rodeado, sino que lo que tiene alrededor no es un equipo de gobierno sino “una pandilla”. Causó sorpresa y risas el que después de tanto pedirles la ciudadanía, respuestas sobre lo que pasa en Cartagena, sin obtener respuesta alguna, rápidamente hayan saltado algunos a mostrar su indignación por la “ofensa recibida” de parte del escritor. Lo más cómico de todo fue que inmediatamente salió otra columna, en la que el autor decía que efectivamente el Sr. Gossaín debería excusarse, pero con los Pandilleros, por haberlos comparado con esos asesores y funcionarios.

Otro tema que vino acompañado de una buena dosis de mamagallismo fue el de la famosa operación de Próstata del Presidente Santos. Hubo tres clases de chistes: los que le deseaban suerte con el viaje de Ibuprofeno y  Acetaminofén que los médicos de su EPS le formularían. Los que comparaban la velocidad de la atención recibida por Santos y el equipo de científicos que se encargó de la operación, con la lentitud y mala  calidad de la atención recibida por los pacientes comunes y corriente y los que aseguraron que lo que realmente tenía Santos como tumor, no era más que una combinación de la imagen y los huevitos de un expresidente. Habrase visto.

La ciudad está enredada, pero la gente no pierde su buen humor. Por supuesto no faltó el observador que recordara los tiempos en que el Alcalde divertía a los Cartageneros con su martillo y su campana, arriando a los funcionarios lerdos para que hicieran bien su trabajo. Era una fiesta de todos los días, que luego complementaba con un largo recorrido por las calles del centro amurallado, repartiendo sonrisas, saludos y recibiendo el cariño y agradecimientos  de todos sus amigos. Todavía los vientos contrariados de la política no se habían cruzado en su camino.

Artículo publicado el 4 de Octubre de 2012

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