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jueves, 9 de mayo de 2013

Reflexiones para candidatos ...


En mi corto periplo por las campañas a la alcaldía de Cartagena, me tocó actuar de asesor gratuito, especialmente en el área de planeación de la campaña y estructuración del plan de gobierno, de al menos unos cinco candidatos. Aunque casi todos abandonaron la lucha en la mitad del camino, la experiencia  fue interesante y, de una u otra forma, me dieron importantes elementos de juicio, que hoy en esta nueva coyuntura, me permiten reflexionar sobre lo bueno lo malo y lo feo del proceso.

Lo bueno de la campaña es el gran espíritu de equipo que se establece alrededor de la figura del candidato. La gente, de alto perfil técnico y bajo perfil político, está altamente motivada y entusiasmada y se trabajan hasta 20 horas diarias, sin pensar en remuneración alguna ni descansos. Los integrantes del grupo trabajan alrededor del mismo objetivo, cual es ganar la alcaldía y, aunque nadie lo dice, todos tienen la secreta esperanza de que el candidato gane para, al fin, lograr la tan anhelada recompensa. Para los miembros del equipo de campaña, su candidato es el mejor, tiene las mejores intenciones del mundo y en lo más profundo de sus corazones, creen sinceramente que será la solución que todos esperan.

Lo malo es que el candidato es bastante diferente a lo que creen los miembros de su campaña y sus electores. No necesariamente es el mejor, tiene una idea muy personal de lo que es la amistad y la colaboración y aunque es un experto en el arte de fingir que  quiere a todo el mundo, la realidad es que usa zapatos dos tallas mas grandes para hacer pistolas con los dedos de los pies. Casi siempre tiene un plan diferente, unos objetivos diferentes y unos amigos diferentes, que nadie de la campaña conoce. Mientras sus asesores se cranean un buen plan de gobierno, el hace reuniones invisibles y alianzas, hasta con el diablo, en busca de recursos y votos. Nunca conocí uno que supiera lo que contenía el plan de gobierno y, si las cosas le salían bien, la última vez que se le veía era el día antes de elecciones, cuando se le escribía el discurso ganador.

Lo feo comienza al día siguiente de las elecciones, cuando ya se ganó la alcaldía y el candidato deja de contestarte el teléfono. Nunca más se le ve por la sede de la campaña, y los queridos amigos que le ayudaron en todo el proceso electoral, pasan a un segundo y tercer lugar, para dar paso a los amigos del alma. Con esos se toman las grandes decisiones, se abordan las cosas importantes del nuevo gobierno, especialmente lo relacionado con el delicado equilibrio que tiene que ver con lo que se conoce como el “reparto burocrático”. La idea es que hay que darles a cada uno su parte, la cual irá en proporción directa a la importancia  del amigo y su apoyo en la campaña. En esta etapa el perfil de las acompañantes  es 100% político y, se puede decir, que las decisiones importantes del nuevo gobierno son de corte político. Aquí comienzan los problemas.

Uno de los grandes inconvenientes que tenemos los colombianos, es que solamente elegimos al Alcalde, mientras que este, una vez ganador,  escoge a dedo a los 30 ó 40 colaboradores, sobre quienes poco o nada sabemos  y quienes, conjuntamente con él, tomarán importantes decisiones sobre el gobierno  de la ciudad. Que tan buena es esta escogencia, sobre todo, si casi siempre va acompañada de recomendaciones políticas? He ahí el detalle y he ahí una de las razones por las cuales es tan difícil manejar la ciudad y por las cuales generalmente el Alcalde comienza a tener problemas a pocos días de su posesión.  Para nadie es un secreto que estos funcionarios recomendados por los grupos políticos o los auxiliadores de la campaña, carecen de poder de decisión, el cual es transferido, a veces hasta con escritorio y todo, al recomendador de turno.

Parece que  los únicos candidatos que no les quedan mal a su equipo de campaña y a sus electores son los que pierden. Una buena opción para la campaña, que apenas arranca, es pedirles a los candidatos que,  así como nos muestran sus virtudes y ventajas, nos muestren las de los que serán sus colaboradores en el gobierno y recuerde: vote por el que menos ofrezca, así quedará menos defraudado.

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