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domingo, 10 de marzo de 2013

No hay cama pa´tanta gente..


Es verdaderamente sorprendente que se hayan presentado mas de 70 aspirantes a los tres cargos de Alcalde  Local, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de un cargo complicado, desprestigiado, con muy poco respaldo institucional y sobre todo con un salario nada envidiable.

Hay circulando varias versiones que explicarían esta extraña tendencia; explicaciones que van desde los que piensan que la ciudad está en una época excepcional, en la que hay una verdadera bonanza de líderes, desinteresados y altamente preocupados por trabajar por las diferentes localidades, hasta los que aseguran que se trata de un  indicio claro de que definitivamente no hubo campo para todos, y un importante grupo de candidatos a ocupar puestos en el gobierno se quedó sin chamba y, la única opción viable en este momento, es sacar manteca para encaramarse en uno de los tres  que aun quedan.

Desde su creación, a través de la ley 768 de 2002, las alcaldías locales han sufrido de deficiencias estructurales relacionadas con el poco apoyo institucional y a veces hasta el desprecio camuflado y consentido de amplios sectores, que les cobran con tirria, el extraño origen híbrido de los alcaldes locales escogidos, quienes no son ni elegidos popularmente, ni seleccionados  directamente por el  propio alcalde, quien los debe nombrar de terna definida por la Junta Administradora Local, después de un escabroso proceso que además trae aparejadas demandas y todo tipo de malquerencias.

Con esta metodología puede ocurrir que el alcalde local resultante no tenga el respaldo de la comunidad, así como de una parte de la JAL  que definió la terna y a veces ni del propio  alcalde mayor, a quien le toca seleccionarlo para posteriormente ser su jefe directo.

Comprendemos la ofuscación del Sr. Alcalde, cuando se enfrenta a un proceso en el que mas de setenta participantes, le piden el beneplácito y solo dispone de tres cupos para adjudicar. No hay que olvidar que muy seguramente un grupo importante de aspirantes participaron en la campaña del Alcalde mayor elegido y como tales se creen con algún derecho a los cargos en disputa.

Las funciones de los alcaldes locales son múltiples de alta exigencia y están contenidas en el decreto 051 de 2005, en el cual, en 10 artículos, se definen una serie de competencias, que van desde coordinar las políticas distritales en su localidad, hasta dar permisos, sancionar, atender todo tipo de quejas, restituir bienes de uso público y evaluar el desempeño de la policía en su localidad.

Un cargo con tantas atribuciones requiere necesariamente de funcionarios con un alto nivel de preparación y conocimiento de lo público y por supuesto con un gran respaldo institucional que incluya  las herramientas físicas y financieras y el talento humano indispensable para esta gestión. Desde que esta figura comenzó a operar ha recibido mas críticas que elogios y el sentimiento generalizado es que aun no arranca y que no se han dado pasos para consolidarla, de  acuerdo con las expectativas políticas y jurídicas  que de ella se tenían.

El Alcalde mayor desde ya ha anunciado limitaciones y fuertes controles a los nuevos alcaldes locales. Sin embargo, independientemente de quien resulte seleccionado,  a la par de los controles, el Alcalde deberá liderar un proceso  frontal de respaldo, para fortalecer el trabajo en equipo que haga viable esta  importante institución y elimine las posibilidades de una nueva frustración.

Artículo publicado el 31 de Enero de 2012

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