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lunes, 11 de marzo de 2013

Nada que aprendemos..


El año pasado en un candente debate en el Concejo Distrital, en el que se discutía la viabilidad de un cobro de valorización por interés general, un ciudadano hastiado de tanta chambonearía, mostró a los concejales y a los ciudadanos, un mosaico de todas las obras  inútiles, mal hechas o que iniciaron y nunca concluyeron, como argumento central para derrotar las peregrinas teorías, de quienes proponían que los cartageneros  volviéramos a meternos la mano al dril, para financiar proyectos locos, sin planeación, sin diseños y  con fantasmagóricos presupuestos, solamente creíbles por la imaginación de los funcionarios alcabaleros.

Los olvidadizos volvieron a refrescar la memoria y vieron indignantes fotografías y videos de “los paraderos del gabrie”, la “loma de Bazurto”, el puente Heredia caído a los pocos días de haber sido inaugurado, los parques “espíritu del Manglar y de la Comida caribeña”, que como casi todas las edificaciones inútiles de Cartagena, terminan en manos de la policía, los tubos del Emisario Submarino a la deriva, la Vía Perimetral inconclusa, desbaratada y con unos puentes absurdos, la Vía “Marginal del Sur”, cuyo nombre rimbombante no se compadecía con su tragedia de nuevo basurero, el puente peatonal de Marbella a Torices, del cual ya solo veían la varillas peladas y por el que nunca nadie cruzó, y en fin una verdadera colección de monumentos a la desidia, el desorden y nuestra pobre condición de proyectistas  y constructores.

Diferente a los anteriores fracasos, cuando se inició el proyecto de Transcaribe, todos respiramos aliviados: por fin una obra se realizaría con todas las de la ley. El propio Presidente Uribe participó en las diferentes etapas de la planeación y diseño, y, armado de teodolitos y niveles, lo veíamos colorado y sudado, azuzando a las cuadrillas de ingenieros y cadeneros para que no los cogiera el tiempo y la obra pudiera ser terminada en el plazo y dentro de los presupuestos minuciosamente confeccionados y revisados hasta el cansancio. Era un proyecto complejo, de largo aliento y que, seguramente nos causaría molestias, pero: quien dijo miedo, si al final la felicidad sería total?

Casi 10 años y 5 Alcaldes después,  estamos empezando a sospechar que la cosa no va por buen camino, que el fantasma de nuestros fracasos históricos ha vuelto y, que este proyecto, al igual que muchos otros, se convertirá en tema de burla nacional y una frustración mas, que se sumará a la larga lista de las que ya conforman un verdadero libro de records y cosas insólitas que ocurren en esta ciudad. En el mismo tiempo en que aquí no hemos podido desenredar la pita del famoso proyecto, en todas las demás capitales se terminaron hace ratos sus sistemas de transporte masivo, y ya se han iniciado con mucho entusiasmo y participación de todos, nuevos proyectos mejoramiento y modernización.

En 1960, los dirigentes locales y nacionales inauguraron los VIII Juegos Atléticos Nacionales de Cartagena, con el barro a los tobillos, debido a que ninguna de las obras planeadas y presupuestadas se completaron. A pesar de las múltiples y complicadas explicaciones que se dieron, lo cierto es que la ciudad hizo un ridículo monumental, que bien se merece un capitulo de nuestra historia. Los juegos se realizaron por orden del gobierno, en escenarios prestados e improvisados y las obras quedaron abandonadas a su suerte.

Cincuenta años después una Alcaldesa, que no había nacido cuando se iniciaron los trabajos de las instalaciones deportivas planeadas para los famosos juegos, inauguró finalmente, con lágrimas en los ojos, el estadio de futbol y la piscina olímpica, iniciada por unos abuelos que se les recuerda por todo, menos por su pobre condición de constructores proyectistas. Quien sabe si todavía no ha nacido el alcalde remoto, que un día lejano  bajará  la bandera para que arranque el primer articulado de transcaribe…

Artículo publicado el 2 de Agosto de 2012

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