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domingo, 10 de marzo de 2013

Cuando los días parecen años...


Con una buena dosis de dinamismo, una excelente popularidad, una envidiable votación que le daba una gran legitimidad y unos muy sinceros deseos de hacer las cosas bien, el Alcalde Terán disponía de una importante cuota inicial para emprender con buenos augurios una buena alcaldía. A este catalogo de fortalezas le fueron apareciendo concomitantemente con el inicio de su gobierno, una seria lista de debilidades, muchas de estas ya enfatizadas durante la campaña, las cuales,  rápidamente dibujarían, casi desde el mismo primer día de su gobierno, un perfil errático del gobierno y una figura controvertida, criticada y desdibujada del Alcalde.

Los escasos recursos de liderazgo, gerenciales y administrativos, dieron lugar a la aparición de un direccionamiento basado en el poder socializador negativo, a través del cual se fueron perfilando una serie de situaciones y actuaciones que finalmente comenzaron a determinar un sentimiento de frustración popular, al no encontrarse coincidencia entre el candidato jovial y asertivo y el alcalde soberbio, locuaz y apresurado que, temerariamente, amenazaba, ordenaba, imponía y sobre todo, comenzaba a dar muestras de un peligroso viraje que lo llevó a sentirse mas a gusto entre un selecto grupo de auspiciadores y amigos poderosos, que entre sus antiguos seguidores del pueblo a quienes había jurado defender a ultranza.

Iniciando con  la designación de un gabinete de compromiso, que creo muchas dudas  y siguiendo con unas primeras declaraciones atropelladas y desacertadas, el alcalde rápidamente comenzó a dar muestras de grandes diferencias entre lo que dice  o hace con lo que debe decir a hacer, lo que viene generándole una rápida pérdida de credibilidad, ya que muchas de sus decisiones han tenido que ser reversadas, por falta de concordancia con los criterios administrativos y jurídicos que deben sustentarlas.

La rápida crisis en el gabinete, que llevó a dos secretarios a renunciar rápidamente, con el pretexto de estudios en el exterior,  el serio cuestionamiento a que siguen sometidos otros miembros del gobierno, sus decisiones contradictorias frente a la contratación con Edurbe, contratación de salvavidas, así como las correspondientes en cuanto a adjudicación de permisos para ocupación de playas y plazas, son claras muestras de inconsistencias entre el dicho y el hecho. La necesidad de echar atrás algunas decisiones con respecto a valor de carreras de taxis, dibujó una gran discrepancia entre lo hecho y lo que se debería hacer.

Con apenas 100 días y casi sin arrancar, el gobierno distrital luce desgastado, fuertemente cuestionado y con baja credibilidad. Si bien es es cierto que el Alcalde continua, lleno de buenas intenciones, intentando a tropezones, realizar actividades y concretar acuerdos, que generen beneficios inmediatos a la ciudad, también es cierto que en esta tarea le ha tocado ceder parte del poder, tanto al sector privado, que en opinión de la ciudadanía goza de una exagerado favoritismo e importantes garantías a la hora de obtener privilegios, como del gobierno central, quien ni corto ni perezoso, aprovecha nuestras deficiencias de liderazgo para imponernos reglas, decisiones y hasta funcionarios, a cambio de las migajas que nos dan. La organización de la cumbre es quizá el ejemplo emblemático de esta fragmentación del poder, en la que funcionarios andinos, echaron un lado a los nuestros para asumir el control total.

Aunque el alcalde aun conserva un amplio margen de popularidad, fruto de un excelente  trabajo cívico de muchos años, cada vez son mas los seguidores que comienzan a mostrar su frustración, al sentir que su gran líder, el alcalde del pueblo, cada vez se muestra mas frio, distante y desconocido. En la ciudad hay ya  un amplio sector, que añora al amigo,  al frente del micrófono, brindándoles, jovialidad,  ayuda efectiva y una amistad sincera.

Publicado el 9 de Abril de 2012

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