Con una buena dosis de dinamismo, una excelente
popularidad, una envidiable votación que le daba una gran legitimidad y unos
muy sinceros deseos de hacer las cosas bien, el Alcalde Terán disponía de una
importante cuota inicial para emprender con buenos augurios una buena alcaldía.
A este catalogo de fortalezas le fueron apareciendo concomitantemente con el
inicio de su gobierno, una seria lista de debilidades, muchas de estas ya
enfatizadas durante la campaña, las cuales,
rápidamente dibujarían, casi desde el mismo primer día de su gobierno,
un perfil errático del gobierno y una figura controvertida, criticada y
desdibujada del Alcalde.
Los escasos recursos de liderazgo, gerenciales
y administrativos, dieron lugar a la aparición de un direccionamiento basado en
el poder socializador negativo, a través del cual se fueron perfilando una
serie de situaciones y actuaciones que finalmente comenzaron a determinar un
sentimiento de frustración popular, al no encontrarse coincidencia entre el
candidato jovial y asertivo y el alcalde soberbio, locuaz y apresurado que,
temerariamente, amenazaba, ordenaba, imponía y sobre todo, comenzaba a dar
muestras de un peligroso viraje que lo llevó a sentirse mas a gusto entre un
selecto grupo de auspiciadores y amigos poderosos, que entre sus antiguos
seguidores del pueblo a quienes había jurado defender a ultranza.
Iniciando con
la designación de un gabinete de compromiso, que creo muchas dudas y siguiendo con unas primeras declaraciones
atropelladas y desacertadas, el alcalde rápidamente comenzó a dar muestras de
grandes diferencias entre lo que dice o
hace con lo que debe decir a hacer, lo que viene generándole una rápida pérdida
de credibilidad, ya que muchas de sus decisiones han tenido que ser reversadas,
por falta de concordancia con los criterios administrativos y jurídicos que
deben sustentarlas.
La rápida crisis en el gabinete, que llevó a
dos secretarios a renunciar rápidamente, con el pretexto de estudios en el
exterior, el serio cuestionamiento a que
siguen sometidos otros miembros del gobierno, sus decisiones contradictorias frente
a la contratación con Edurbe, contratación de salvavidas, así como las
correspondientes en cuanto a adjudicación de permisos para ocupación de playas
y plazas, son claras muestras de inconsistencias entre el dicho y el hecho. La necesidad
de echar atrás algunas decisiones con respecto a valor de carreras de taxis,
dibujó una gran discrepancia entre lo hecho y lo que se debería hacer.
Con apenas 100 días y casi sin arrancar, el
gobierno distrital luce desgastado, fuertemente cuestionado y con baja
credibilidad. Si bien es es cierto que el Alcalde continua, lleno de buenas
intenciones, intentando a tropezones, realizar actividades y concretar
acuerdos, que generen beneficios inmediatos a la ciudad, también es cierto que
en esta tarea le ha tocado ceder parte del poder, tanto al sector privado, que
en opinión de la ciudadanía goza de una exagerado favoritismo e importantes
garantías a la hora de obtener privilegios, como del gobierno central, quien ni
corto ni perezoso, aprovecha nuestras deficiencias de liderazgo para imponernos
reglas, decisiones y hasta funcionarios, a cambio de las migajas que nos dan.
La organización de la cumbre es quizá el ejemplo emblemático de esta
fragmentación del poder, en la que funcionarios andinos, echaron un lado a los
nuestros para asumir el control total.
Aunque el alcalde aun conserva un amplio margen
de popularidad, fruto de un excelente
trabajo cívico de muchos años, cada vez son mas los seguidores que
comienzan a mostrar su frustración, al sentir que su gran líder, el alcalde del
pueblo, cada vez se muestra mas frio, distante y desconocido. En la ciudad hay
ya un amplio sector, que añora al amigo,
al frente del micrófono, brindándoles,
jovialidad, ayuda efectiva y una amistad
sincera.
Publicado el 9 de Abril de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario