La llegada a Cartagena del señor
Bruce MacMáster, como Alcalde encargado por el Presidente de la República,
parece que tranquilizó a la mayoría de los sectores y trajo un mensaje que
todos estábamos esperando: la situación
de Cartagena era insostenible y se hacía necesaria, con carácter de urgencia,
la intervención de quien, por constitución y ley, era el competente para actuar. Hay que
admitir, sin embargo, que esta actuación no es la solución y que todavía falta
mucho, para que nos demos por satisfechos y abandonemos tranquilamente el
debate, para dedicarnos a la sabrosa temporada de fin de año, cargada como
siempre de un importante número de actividades, agradables y adormecedoras de
la conciencia.
Digamos de entrada que el encargo de
MacMáster, a quien ya le dicen Bruce Lee, parodiando un poco al legendario
karateca defensor de los oprimidos, alivia y tranquiliza y viene a ser esa luz
al final del túnel, que si bien no nos muestra el principio del fin, si nos
señala lo que puede ser el fin del principio.
El final de un ensayo que, por mil y una razones no funcionó, y solo nos dejó la sensación de desamparo y
tristeza que genera el no comprender los vericuetos de la Democracia y sus
mayorías y las trampas de los buenos deseos, cuando no están soportados en estructuras
sólidas de formación, conocimiento, planes y equipos comprometidos. El
nombramiento de MacMáster, tiene además otras lecturas, que sería bueno que
interesados y observadores interpretaran adecuadamente.
Sea lo primero señalar que el
Presidente Santos nombró a MacMáster, sin consultar con partidos, grupos,
gremios, ni nada que se le parezca en la ciudad. Teniendo en cuenta el calibre
político del nombramiento y el hecho de que el reemplazante no era del mismo
partido del Alcalde a reemplazar, lo mínimo que se hubiera esperado era que el
Presidente, así fuera por educación, consultara con las fuerzas de la ciudad.
Parece que el Presidente consideró que con nombrar a un cartagenero era mas que
suficiente y de paso se evitó seguir enredando la pita con consultas
insustanciales, a una dirigencia decadente
que, de alguna manera, estaba aportando su grano de arena a la debacle
que se vivía.
Otro elemento a analizar, es el
hecho de que el Presidente en este nombramiento, que era prácticamente a dedo,
toda vez que se trataba de llenar el vacío hasta que se tuviera la terna, no
hubiese considerado mantener en el encargo
al Secretario Brieva, que ya estaba actuando y había sido nombrado por
el Alcalde al ser incapacitado. Hubiese sido lo normal tratándose de un periodo
corto y para dar continuidad y evitar interrupciones por los continuos cambios.
El hecho de que no se hubiese considerado a este u otro secretario para el
encargo, habla muy mal de la credibilidad y confianza que el gabinete le
inspira al Presidente y de lo lejos que han llegado los ecos de las actuaciones
indebidas que se realizaron en la ciudad bajo esta administración. El Ex
Alcalde encargado defenestrado, deberá entender el mensaje del Presidente y
pensar seriamente, que le llegó la hora de olvidarse de este proyecto.
Pero quizá el mensaje mas importante
que trasciende del nombramiento de MacMáster, es que el Presidente puso un
punto alto, al nombrar un hombre de alto perfil y muy de sus afectos, toda vez
que le colabora en su gobierno en aspectos de la mayor importancia en lo
social. Esto pudiera sugerir dos cosas: Primera, que muy seguramente deseará
que MacMáster permanezca el mayor tiempo posible en el encargo, lo que implica que
el tema de recibo, estudio y aceptación de ternas será lento. Y un segundo
punto sería, que el perfil de los ternados deberá ser del mayor nivel, en
cuanto al conocimiento de la administración pública, buenas relaciones con el
gobierno central y de gran manejo de aspectos sociales. Solo muy buenos
candidatos serían considerados y posibilitarían el nombramiento.
La situación comienza a decantarse y
aunque todavía se observan escaramuzas e intentos desesperados por mantener los
feudos, es claro que la presidencia asumió su rol y muy seguramente no va a
permitir recaídas ni retrocesos. El Partido ASI deberá entender la necesidad de
nominar a los mejores, para que el designado por el Presidente sea parte de la
solución y no un problema mas. La ciudadanía no puede tranquilizarse con lo
hecho hasta ahora, el esfuerzo debe seguir sostenido si queremos lograr una
solución efectiva y duradera.
Artículo publicado el 10 de Octubre de 2012
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