Hace 52 semanas la ciudad de Cartagena se
debatía entre la incredulidad y la incertidumbre. A pesar del amplio debate que
se dio alrededor de la conveniencia de elegir una persona, cuya única carta de
presentación era su gran popularidad, esta fue elegida por un amplio margen y
en la primera semana de Diciembre, triunfador y sonriente, decidía quienes lo
acompañarían en su gobierno. Sus electores estaban felices y esperanzados, y
como siempre, la ciudad tenía una
apariencia astrosa. Calles destruidas, llena de basuras, proyectos
retrasados, trancones, inundaciones, mareas altas, y la proximidad de la
invasión turística de fin de año. Hoy estamos peor.
El castillo de naipes de la ilusión populista
se comenzó a derrumbar con las brisas de Enero y para Semana Santa, ya no había
dudas de que las cosas andaban mal. Un gabinete deleznable que se modificaba
cada semana y un grupo asesor controvertido y atomizado, todos con ínfulas de
mano derecha, pero zurdos a la hora de brindarle sus “sabios consejos” a un
Burgomaestre enredado y ofuscado, que no alcanzaba a
comprender la magnitud de sus compromisos, sobre todo, de aquellos adquiridos
con un selecto grupo de personalidades de la vida política y empresarial
colombiana.
A mediados de año la crisis estaba mas que declarada
y, adicional a los problemas de gabinete y asesores, una situación mas compleja
puso en evidencia las dificultades de mando y coordinación: el plan de
desarrollo nada que se completaba. Los plazos se vencían uno tras otro y, el
principal asesor del Alcalde para dirigir la ciudad, cada día se mostraba mas
contrariado. El concejo Distrital, casi
que unánimemente, se pronunciaba contrario a los manejos desacertados de
la elaboración del Plan de Desarrollo, pero, sobre todo, a las propuestas
sospechosas de solicitar beneplácito, para que el manejo presupuestal se
hiciera sin los controles y autorizaciones debidas.
La infortunada e imprevista situación de salud
del Alcalde, no solo lo privó de las posibilidades de corregir el rumbo y hacer
los ajustes que la ciudad le pedía. También sirvió para vislumbrar los primeros
celajes de malos manejos, maniobras contractuales dudosas y, lo peor de todo,
un interés inusitado de algunos funcionarios para, aprovechando investiduras
temporales, pescar en el río revuelto de los contratos empaquetados, otorgados
a un solo gestor, que permitirían, que, aun faltando el Alcalde titular en
forma absoluta, se garantizaría el flujo de fondos presupuestales, por el resto
del período, sin necesidad de mas autorizaciones.
Este panorama macondiano nos llevó a un nuevo e
insólito record: somos la única ciudad en el mundo que ha tenido 5 alcaldes en
un año. Después del titular, vinieron dos del patio que poco aportaron y a
quienes se les atribuyen la mayoría de irregularidades que hoy se investigan.
Luego vino el gran MacMáster, el cartacachaco buena papa que tranquilizó a la
gente, hizo tres piruetas, se sacudió y se fue para la comodidad del páramo
alucinado en donde, según el maestro, Aureliano Segundo Buendía, se extravió
buscando a la mujer mas hermosa del mundo.
Por último, después de los tropiezos del
fantasmagórico partido ASI, nos llegó el último Alcalde. El Dr. Otero Gerdts,
de quien, después de más de un mes solo conocemos: su pasmosa parsimonia para
organizar el gabinete. Cada semana ha posesionado un secretario y, cuando
pensábamos que había terminado, resultó pidiéndole la renuncia a todos. Su
deseo de que el día de las velitas se inaugure el alumbrado navideño de 1700
millones, y las piedras que coge, cuando lo critican, formulan oposición o
comentarios adversos, sobre todo si estos provienen de periodistas. Cójala suave Alcalde.
El hecho de que la ciudad este peor, no me
impide recordar que hace 52 semanas, el periodista y amigo Carlos Ardila, me
dio la oportunidad de colaborar, con un escrito semanal, en su prestigiosa
revista EL METRO. Gracias a Carlos, pero también a quienes han tenido la paciencia
de leerme y brindarme sus comentarios, críticas y apoyo, mi objetivo de
mantenerme informado en los temas de la ciudad y expresar mis opiniones, se ha
hecho una realidad. Gracias a todos.
Artículo publicado el 5 de Diciembre de 2012
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