Vistas de página en total

viernes, 22 de enero de 2021

EL ELOGIO DE LA TORPEZA

Recibí una llamada perentoria de mi EPS, en la que me decían que estaba en la lista y de inmediato me ilusioné con la idea de que habían llegado las vacunas y, debido a mis condiciones, sería uno de los primeros en recibirla.

 

Error fatal.  Como dice el internet, cuando la página no se encuentra: la llamada era para decirme que había llegado mi turno para hacerme la famosa y miedosa prueba, en la que le curucutean a uno la nariz con un hisopo y lo dejan estornudando por varios días. Con solo imaginarme la situación, me saltaron las lágrimas y fui a esconderme en mi rincón preferido, hasta que me pasara el susto.

 

La verdad es que en medio de la desproporcionada noticia, no me di cuenta que mi EPS, siempre proactiva y efectiva, había determinado realizar, con carácter de urgencia, pruebas a las personas en condición de riesgo y a adultos mayores, en consideración al desmadre que había vivido la ciudad, en los últimos días, a consecuencia de las medidas irresponsables e indolentes, que abrían la ciudad al mundo entero en pleno rebrote, para  que, una horda de mas de 60000 turistas, igualmente desorientados e irresponsables, vinieran a compartir alegre y desordenadamente con nosotros, los animalitos de caramelo, de las viejas y nuevas cepas del cosiámfiro  ese. 

 

No acababa de recuperarme, cuando recibí la información de la que es quizá, la mas absurda y estrafalaria de las medidas tomadas en esta piñata de decretos y cíclicos y reciclados: Ahora que ya se desocupó la ciudad, que gracias a Dios se fueron los turistas, ahora que el daño está hecho y nosotros pusimos los muertos, que se fueron en silencio, sin acompañamiento y sin flores, ahora si tocan las restricciones estúpidas e inútiles. No hace ni dos semanas que se dijo, después de “profundos y sesudos” estudios, que: “los que se mueren son los viejitos, debido a que los familiares salen y luego regresan a la casa a contagiarlos”. Pues, con la apertura de fin de año y ahora este regreso a casa, parece que se oficializa el procedimiento de contagio de los mayores.

 

Pero si por La Heroica llueve, en el resto del país no escampa. Realmente nos sorprende que un gobierno, que cada vez centraliza más y más, haya descentralizado, y de que manera, el control de la propagación y contención de una pandemia que, por el contrario, en otras latitudes viene siendo manejada desde las más altas esferas y con el mayor de los rigores. Nuestros gobernantes andinos, no solo no atendieron los clamores de la ciudadanía cartagenera, que rogaba que no abrieran la ciudad descontroladamente en la temporada de fin de año, sino que ellos mismos vinieron a solazarse en medio del despelote, a dar pantalla y a dejarse invitar de nuestra complaciente dirigencia. 

 

Por si fuera poco, mientras en el mundo entero ya se vacunan por millones contra el famoso bicho chino, los colombianos, gracias a la misteriosa y enredada gestión de nuestros sabios de tierra fría, nuevamente nos estamos ganando el triste último puesto de los malos estudiantes. Ya somos el último hasta en Suramérica y, no es que estamos esperando la vacuna, que está un poquito demorada. No señor: apenas estamos estudiando los complejos contratos, con su enrevesada tramitomanía de artículos e incisos, en los que sobresale el término confidencialidad, que no entendemos porque en ninguna otra parte afectó ni demoró. Tal parece que lo que estamos negociando es la fórmula y los planos de los herméticos equipos, con que Paracelso logró el sueño de José Arcadio, de convertir el plomo en oro y nó en muertos.

 

Quien no ha perdido tiempo es el grupo que lidera la revocatoria del alcalde de la heroica: no solo inscribió en la Registraduría la documentación para iniciar el proceso, sino que ya recibió aprobación y está a la espera de la citación a la audiencia. El proceso está en etapa de pedagogía y difusión y es evidente, la cada vez mayor comprensión por parte de la ciudadanía de la necesidad de revocatoria y la masiva vinculación de diferentes sectores al proceso.

 

A raíz del terrible manejo que nuestras autoridades le han dado al tema de los adultos mayores, recordé esta hermosa frase del juglar guajiro Rosendo Romero:

 

“Quiero robarle los minutos a las horas, pa' que mis padres nunca se me pongan viejos”.

 

P.D. Jugaron pelota fina los dueños de la concesión y el alcalde al no aumentar el peaje, a fin de prolongar la concesión ad-infinitum. Se creen muy vivos, o creen que los cartageneros somos pendejos. Ya verán.


https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Diaz_Wright 

viernes, 15 de enero de 2021

LAS CABAÑUELAS

Para las personas nacidas y criadas en la ciudad, es probable que el término Cabañuelas sea algo desconocido. Sin embargo, para la gente del campo, no solo es conocido, sino que tiene un gran valor para predecir como será el año, meteorológicamente hablando, al comparar los primeros días de enero, con los correspondientes meses del año.

 

Llegado desde la antigua Babilonia hasta España y luego a México, el concepto fue adoptado y perfeccionado por los Mayas, de manera que formó parte de sus conocimientos y sabiduría en los temas climáticos y del calendario. Hoy, cuando los pronósticos meteorológicos nos acosan, minuto a minuto, en los medios y redes, las cabañuelas han adquirido una nueva e interesante connotación: predecir como será el año, en cualquier actividad, a partir de como son los primeros días de enero.

 

Partiendo de este nuevo concepto, podríamos decir que la primera cabañuela del año es la del “Malandrinismo Selectivo”. Esta nos indica que, durante el año, serán cada vez más frecuentes, episodios en donde el Malandrinismo dependerá de las necesidades de justificar decisiones del poseedor del Monopolio de la Honestidad: el buitre mayor. De esta forma, habrá personas que, a pesar de haber laborado en un gobierno malandrín, serán purificadas en la Fuente Castalia, para poder actuar en el actual gobierno, sin romperlo ni mancharlo. Se desdibuja estrepitosamente el discurso anticorrupción del alcalde y muere el paradigma, según el cual todo miembro de gobierno malandrín era malandrín por definición. O sea, malandrín con no malandrín, mujer con mujer, hombre con hombre, igualmente y en sentido contrario.

 

Otra cabañuela indiscutible, es la que nos informa que el control de la pandemia será todo el año, errático, improvisado y basado en cifras maquilladas, para generar medidas de compromiso que buscan aparentar que se están tomando acciones para control de la propagación de la pandemia, pero que, en realidad, harán eco al llamado del alcalde y algunos sectores económicos   para invadir la ciudad con el turismo y dejar suelta la perra para el desorden, el despelote y la propagación sin control. Una muestra de esta cabañuela es el improvisado “toque de queda vampiro”, esperpento administrativo, medida que no solo ha sido calificada de atolondrada y disparatada, sino que ha sido motivo de todo tipo de burlas y memes, convirtiéndose en el chiste preferido de comienzos de año. Según los graciosos, esta medida tiene disgustados a Drácula, la Llorona, el Jinete Sin Cabeza y demás habitantes de la noche, quienes han sido los únicos afectados por la prohibición.

 

Pero quizá la cabañuela que a todos tiene expectantes, es la que señala que, en el primer semestre del año, se llevará a cabo el proceso de revocatoria del actual alcalde de la ciudad de Cartagena. La revocatoria, uno de los mecanismos de participación ciudadana, consagrados en nuestra constitución Política, procede para alcaldes y gobernadores, elegidos popularmente, después de cumplido el primer año de gobierno y quienes, en opinión de la ciudadanía, no hayan cumplido con sus compromisos programáticos adquiridos en el plan de Gobierno o para quienes haya descontento generalizado, debido a su pobre gestión. La revocatoria, está siendo propuesta en varias ciudades importantes del país y, la de la ciudad de Cartagena, marcha según lo planeado, después de haberse conformado el grupo ciudadano que lidera el proceso y en el que participan 6 personas de diferentes sectores de la ciudad.

 

Ya la Registraduría dio el visto bueno a los seis nombres de los miembros del grupo ciudadano y suministró las planillas y formatos para legalizar el trámite de inscripción, el cual se llevará a cabo el martes 12 de enero. De acuerdo con este calendario, a finales de enero se iniciará la recolección de firmas y este será el momento en el que la ciudadanía comenzará a ejercer su derecho constitucional de participar en las decisiones y cambios que lo afectan. 

 

La ciudad ya no soporta más este estado de postración y desidia, en el que la gente cartagenera ha sido prácticamente abandonada a su suerte, mientras nuestro gobierno, elegido para trabajar en la solución de nuestros más sentidos problemas, se entrega a los intereses de grupos económicos y políticos amigos, con anuncios grandilocuentes de medidas absurdas y no planificadas con las que el cree que engaña y complace.

 

Un conocido influencer de la ciudad nos recordaba en estos días la famosa paradoja de la tolerancia de Poper, que con su venia reproduzco: “Si una sociedad es ilimitadamente tolerante, su capacidad de ser tolerante finalmente será reducida o destruida por los intolerantes”. Hasta cuando. Ya está bueno. ¡Vamos a ejercer nuestros derechos!

 

P.D.  Una última cosita señor alcalde. Una gran cantidad de cartageneros me han pedido que le recuerde esto: ¡USTED NO ES NUESTRO PAPÁ!


https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Diaz_Wright 

miércoles, 6 de enero de 2021

GOBIERNO INDOLENTE

Si alguien tenía dudas sobre la urgente necesidad de revocar el mandato del alcalde William Dau, estas fueron totalmente disipadas a la luz de la forma inhumana e indolente, con que viene manejando el fuerte recrudecimiento de la pandemia de Covid 19, en la ciudad de Cartagena.

 

Mas de 12000 contagiados, el 28% del total, en el solo mes de diciembre. Mas de 100 muertos, el 13% del total de muertos, en tan solo los últimos 10 días, cifras sobrecogedoras y espeluznantes que, siguiendo los direccionamientos del análisis juicioso y sano, obligarían a decisiones mucho más drásticas y cuidadosas que las tomadas inicialmente, cuando solo teníamos unos pocos contagios. Cifras dramáticas, que fueron prácticamente festejadas por nuestro gobierno y recibidas con medidas disparatadas, irracionales y demenciales. Finalmente lo logramos: somos la ciudad en Colombia con el mayor índice de muertes por Covid.

 

Los mismos decretos incongruentes y desatinados que un día cierran y al día siguiente abren, la misma ineptitud del gobierno ante la necesidad de la gente, obligada a salir a arriesgarse a ser contaminada, mientras debe luchar por la supervivencia propia y de su familia. Y, por último y bien desagradable, el triste espectáculo de unos gobernantes, epicúreos y desbocados, haciendo gala de un histrionismo pedante, que copa en mano, invitan a visitar el paraíso perdido en donde, la única felicidad es la que siente satanás al ver tanto sufrimiento.

 

El gobierno perdió definitivamente la chaveta y poco o nada le importan los padecimientos, y el sufrimiento de la gente. Los muertos, que ya se cuentan por docenas, pasaron a ser solo cifras de la estadística y sus nombres y el dolor de sus seres queridos, simples anécdotas y recuerdos imperecederos de una época estúpida, descontrolada, de locos y locuras y de gobernantes irresponsables, con niveles de crueldad y extravagancia tales, que los asemejan a verdaderos Calígulas modernos.

 

Con la misma displicencia e insensatez con que se manejó la pandemia, se maneja la reactivación económica y se seguirá manejando la ciudad, hasta llevarnos al abismo y la catástrofe. De los programas iniciales de reclusión, tapabocas, cuidado personal y el distanciamiento social, hemos pasado, sin planes ni estudios, al expediente peregrino del sálvese quien pueda, y marica el último, soluciones vergonzosas e inhumanas que muestran sin más disimulos, el tamaño de nuestras desgracias y el calibre cruel y despiadado de nuestros gobernantes.

 

Una vieja tradición de los pensadores orientales establece que: Se deben defender las ideas a ultranza, pero cuando es una gran mayoría la que piensa diferente a nosotros, tenemos que comenzar a sospechar que estamos equivocados. Esa y no otra, debe ser la reflexión obligada de quienes, en un exceso de confianza y por no dar el brazo a torcer, aun esperan el milagro y la recuperación de un gobierno inepto, sin planes ni programas y dirigido por una persona que cada vez más, muestra su incompetencia como administrador y sus debilidades de carácter y personalidad. Sus últimas decisiones agregan una nueva faceta a la ya larga lista de elementos negativos: la falta de humanidad y preocupación por el sufrimiento ajeno.

 

Este año nuevo que comienza trae para nosotros una verdadera oportunidad. La oportunidad de CORREGIR,al menos uno de los grandes problemas que en estos momentos aquejan a nuestra ciudad: la falta de juicio y liderazgo de la persona que erróneamente elegimos y en la que ingenuamente creímos. La revocatoria del mandato, derecho constitucional del que disponemos todos los ciudadanos, no es una de las soluciones: es la única. Las consecuencias de no actuar rápidamente en la dirección de CORREGIR el rumbo, serán catastróficas y no necesitamos ser profetas para que nos crean. Es el peso de nuestra realidad cotidiana el que nos está mostrando hacia donde vamos.

 

El Comité de Revocatoria ya ha sido conformado, y en estas dos primeras semanas del año, quedará inscrito, con todos los requisitos de ley. Para finales del mes de enero se comenzará la recolección de 35000 firmas, lo cual esperamos se complete en dos meses y, para mediados de mayo, creemos que se estará dando el gran evento de revocatoria, en donde los cartageneros podremos, una vez más, mostrar nuestra capacidad de sobreponernos y salir adelante en las adversidades. 

 

Como bien dice el escritor distópico Nicholas Wells, “La inconsciencia en nuestros actos es el primer paso hacia la extinción humana.” Será que hacia allá nos llevarán los actos de nuestros  gobernantes? De nosotros dependerá el no asitir a esta cita.

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Diaz_Wright

sábado, 26 de diciembre de 2020

REFLEXIONES DE NAVIDAD

Hace ya casi 20 años, por una rara alineación de astros y otras coincidencias estrafalarias, fui nombrado alcalde de la ciudad de Cartagena de Indias, algo que, tengo que admitir, nunca se me había pasado por la cabeza y para lo que, en principio, nunca me había preparado. 

 

Menos mal que era por poco tiempo, era fin de año, no había ni un centavo en tesorería y rápidamente me di cuenta que, si acaso, me tocaría organizar el tema de las festividades, el alumbrado navideño, la seguridad y la bienvenida y estadía de la gran cantidad de turistas de la temporada. Como quien dice: “hacer el show”. Venía de trabajar en una de las grandes empresas del país, que maneja presupuestos, inversiones, proyectos y nóminas, varias veces mas grandes que los de Cartagena, así que muy pronto me sentí en ambiente y asumí sin misterios el compromiso.

 

Todo iba bien hasta que se me ocurrió convocar a un consejo de seguridad, para planear todo lo concerniente a la seguridad de la ciudad, durante las festividades y temporada de fin de año. Recibí un magnífico apoyo del gabinete y de todas las entidades convocadas, con la sola excepción del comandante de la policía, quien no asistió y en su reemplazo envió a lo que ellos llaman un segundo. En realidad, era un subcomandante o algo así, muy propositivo, entusiasta y colaborador, que, rápidamente comprendió que era mi primer consejo de seguridad y con mucha competencia, nos llevó de la mano por los vericuetos de los planes, la estrategia y la jeringonza militar.

 

No había pasado media hora después de terminado el concejo, cuando la puerta del despacho se abrió de par en par e irrumpió un policía sudado, colorado y acezante. Detrás venía la secretaria, quien había intentado infructuosamente detenerlo en su atropellada carrera. El militar, un andino bajito y rollizo, que vestía un uniforme demasiado pequeño para su talla, se paró en el despacho, con una pose de Rambo criollo y haciendo un esfuerzo teatral, impostó una voz estentórea y robótica: gritó su molestia por las decisiones tomadas en un consejo en que el no estaba, nos hizo saber sobre nuestras funciones y las de el, completó las lecciones sobre estrategia, dio un portazo y se marchó por donde vino.

 

Ese mismo día, en compañía del secretario del Interior, enviamos una carta al Director General de la Policía de la época, informándole sobre las trapisondas de su pupilo, muy especialmente la de faltar a su deber constitucional de comandante, al no asistir a los consejos de gobierno. No se si por la carta o porque se le cumplió el período, pero muy pronto lo enviaron hacia tierras mas frías, donde le descubrieron otras travesuras que fueron más que suficientes para que algunos fiscales y otros jueces, que no le comieron del cuento, le pusieron fin a su fugaz y azarosa vida militar. Por mi parte, continué trabajando toda mi corta designación, con el subcomandante, que era muy bueno y el apoyo de un coronel de infantería, que también se puso las botas por la ciudad.

 

Recordamos esta experiencia hace unos días, cuando vimos a un agente de policía golpear y encañonar a un turista que se identificaba pacíficamente. El vergonzoso y deprimente episodio, que fue grabado y dio la vuelta al mundo, vuelve a poner sobre el tapete, el debate sobre la violencia policial como una deficiencia estructural persistente de nuestro sistema, lo cual se corrobora cada vez que, como en este caso, los comandantes y jefes supremos, asumen una posición alcahueta y encubridora, al justificar con tecnicismos y enredalapitas cantinflescos, las flagrantes violaciones a los Derechos Humanos, por parte de su personal.

 

Alguien mencionó de paso, que la agresividad policial es notoria y exacerbada, cuando se trata de gente morena, que lleva ropas y peinados exóticos y uno que otro tatuaje y trajo a colación lo ocurrido hace varios años a Armando Páez, el popular Dragón Rojo del famoso grupo reguetonero Dragón y Caballero, quien fue interceptado y bajado del campero descapotado, en el que su productor lo llevaba del aeropuerto hacia un hotel de la zona turística. El carismático cantante con gran tristeza les dijo a sus verdugos: “estoy seguro que hacen esto solamente porque soy negro”. Grave y delicada acusación que, de ser cierta, debe ser motivo de profunda reflexión y serios propósitos de enmienda, sobre todo ahora que los tiempos son propicios. 

 

Otros contertulios, simplemente afirmaron que la ciudad está emponzoñada de odio y maltrato y que no hay que buscar mucho, ya que el mal ejemplo cunde y viene directamente del palacio de la Aduana, en el que el año ha sido prolífico en madrazos, groserías y malacrianzas. En fin, como dijo el rebelde sin causa James Dean: “No podemos cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar las velas para llegar a nuestro destino”.

 

Esta columna volverá a publicarse el 3 de enero de 2021, día en que se darán detalles finales para la inscripción del cómité de revocatoria, el 4 de enero de 2021. Felicidades en Navidad y Año Nuevo.


https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Diaz_Wright 

 

 

 

 

domingo, 20 de diciembre de 2020

FALACIAS Y ARGUMENTOS

Hay varios razonamientos que comienzan a hacer carrera en nuestro medio. Los proponemos a cada momento y en cada circunstancia y de tanto porfiar y repetirlos, casi que se están volviendo un buen argumento, que se enuncia con sabiduría, conocimiento y erudición. 

 

Aunque probablemente estos razonamientos siempre han existido en el imaginario colectivo, es en boca de la dirigencia pública y privada donde se revisten de autoridad y terminan convertidos en verdaderas falacias argumentativas, generalizaciones indebidas, que ocultan su propia mala intención. 

 

Una de esas argumentaciones es la que establece que, si usted no está de acuerdo con el gobierno de turno, no puede opinar en contra de sus decisiones, so pena de ser acusado por lo menos, de perseguidor del gobierno y malandrín. Hay escenarios en los que incluso usted puede ser estigmatizado como terrorista y Castro Chavista. Esta tesis, de la cual es un gran cultor nuestro alcalde, profundiza los señalamientos, si usted ha tenido la mala suerte de, en otra época, haber prestado sus servicios en otro gobierno. En ese caso, sin pruebas, sin elementos de juicio, sin procesos ni condenas, usted además será responsable de todos los males que aquejan a nuestra ciudad.

 

Otro argumento pueril que se escucha sin cesar por estos días, es realmente tonto, y establece que los que hoy cuestionan, no deben hacerlo porque en el pasado no lo hicieron. Eso equivale a algo así como: deja que yo también haga lo que hicieron los otros. ¿No veo por qué me la vas a montar a mi, si a los anteriores no les dijiste nada? Aquí hay varias reflexiones. Primero: no es cierto que en el pasado no se haya hecho nada. De hecho, en los últimos 25 años, siete alcaldes han recibido fuertes sanciones, y al menos 4 debieron abandonar el cargo. De otro lado, es apenas elemental que tu denuncies lo que ocurre en tu época. La sociedad del pasado, con o sin razón, tomó sus decisiones, con o sin pruebas hizo sus denuncias y los procesos tuvieron su propia dinámica. No existe razón válida para culpar a esta sociedad del presente, de situaciones del pasado.

 

Pero el más grave y descabellado de todos los juicios de valor, que por estos días forman parte de la agenda polarizadora, es el que considera que todas las instituciones del Estado, son nidos de ratas, cuevas de Rolando, en donde miles de funcionarios se la pasan echando cabeza, a ver como le hacen daño al gobierno de Cartagena. Digamos, en gracia de discusión, que es posible, que efectivamente en organizaciones de seres humanos, manejadas por humanos, se presenten situaciones materia de investigación y de censura. Esas cosas caen dentro de lo posible. Pero de ahí a que todo el aparato público, jurídico, legislativo, de control y asesor del Estado, esté conspirando contra una persona en especial, hay un trecho muy grande y mucha prepotencia de quien se cree el ombligo del universo. 

 

Es decepcionante que haya personas con conocimiento de lo público o en posiciones importantes en lo privado, que estén apoyando estas posturas absurdas y contribuyendo a crear un ambiente enrarecido, en donde cunde el mal ejemplo del irrespeto y desobediencia a las instituciones, soporte de nuestra democracia y de la legalidad del Estado. Ni que decir del maltrato generalizado e infundado hacia cualquiera que se atreva a llamar la atención sobre el manejo errático, descontrolado e ineficaz de la ciudad.

 

No habían pasado diez minutos desde que el Concejo Distrital decretara la moción de censura contra el Secretario de Planeación, cuando desde todos los ángulos y sectores comenzaran a llover los fuegos apocalípticos y el bombardeo de insultos, ofensas y todo tipo de imprecaciones. Casi nadie se tomó el trabajo de leer las más de 10 causales constitucionales y legales analizadas y que obligan a los Concejos a tomar estas medidas cuando se encuentra su procedencia. Se trata tan solo de seguir la corriente de moda y esta es: Insultar, ofender, desobedecer, irrespetar.

 

La figura de la censura, al igual que la revocatoria, existen, son constitucionales y legales y cuando toca aplicarlas se deben aplicar. Ese mero hecho, no da derechos a irrespetar a una institución que, gústenos o no, es la representación democrática del pueblo. 

 

Si hay algo claro es que a nuestro alcalde nadie lo persigue: el se persigue a si mismo. A nuestro alcalde nadie quiere hacerle daño: el se hace daño a si mismo. El no necesita de enemigos, pues el es su propio enemigo. 

 

El moralista y escritor francés Jean de la Bruyère solia decir que: “Para algunas personas, hablar y ofender es lo mismo.”


https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Diaz_Wright

domingo, 13 de diciembre de 2020

LA SEGUNDA OLA

Pareciera que el Covid 19, no solo vino para quedarse, sino que todos los aspavientos, corre corres, decretos y medidas tomadas en los afanes de las primeras horas, de poco sirvieron, y muy al contrario hoy, cuando ya no nos causa ninguna impresión, y cuando, con displicencia, emitimos decretos ambiguos y de ocasión, es cuando realmente el bicho ha decidido sentar sus reales en La Heroica.

 

Lo que hoy con tanta naturalidad llamamos rebrote, no es más que la aceptación tácita de que de nada sirvieron nuestras medidas de contención y de control del contagio masivo. Que no dimos en el clavo, y que, desesperados ante las dificultades de todo tipo, generadas por la pandemia y las medidas tomadas, terminamos finalmente perdiendo el control y cediendo ante la tragedia de unos, los reclamos de otros y las órdenes de los jefes supremos. Lo que con tantos sacrificios habíamos logrado, parece que se perdió, ante el apresuramiento y falta de planificación de la suspensión de medidas y de la reapertura.

 

Aunque ya hemos perdido la capacidad de asombro, tenemos que admitir que  fue impactante y pavoroso para todos,  ver a toda la ciudad y el país colapsados por la pandemia. También fue importante y, de alguna manera efectivo, el sacrificio y disciplina con los que, entre todos, conseguimos reducir el contagio comunitario en los primeros   cuatro meses. La economía sufrió, la población padeció, pero el virus prácticamente quedó reducido a pocos casos,  al menos por una o dos semanas.

 

Séneca dijo que: “ No hay viento favorable para un barco sin capitán y sin rumbo”. Y eso es, lo que en un análisis retrospectivo, parece que ha sido el manejo de la gran crisis: Un confinamiento a cal y canto en el que se dejó a empleados, comerciantes, empresarios y hasta algunos industriales a su suerte, ya que los cacareados auxilios estatales o llegaron mal, o nunca llegaron. El resultado de cientos de miles de empleos perdidos, miles de negocios y empresas quebradas y cerrados, no puede ser más indicativo del desastre. Todo lo anterior, unido a un   sistema de salud precario, mal administrado e insuficiente, llevaron a la desesperación y a que fuera el propio pueblo, quien rompiera las medidas y saliera a rebuscarse la supervivencia.

 

Una emergencia manejada a punta de decretos, programas de televisión y propaganda en las redes, no podía concluir bien y los resultados comienzan a verse y de que forma. La advertencia de reabrir la economía y retomar las actividades diarias en forma planificada, estudiada y con grandes precauciones, se convirtió en un sálvese quien pueda y, apenas cuatro meses después de que se empezara a reabrir todo, las tasas de contagio son superiores a la primera ola, y las muertes  cada vez más numerosas. Como quiera que en esta ocasión a nadie le ha preocupado y practicamente, no se está haciendo nada, no se nos haga raro que esto pique y se extienda con consecuencia verdaderamente impredecibles.

 

Hoy cuando todos tenemos la sensación de andar caminando en un campo minado, en el que en cualquier momento vamos a pisar la fatal mina que nos destrozará, y cuando vemos que a diario dos o tres conocidos o amigos se van, sin el consuelo de despedirse y de la solidaridad propia de nuestras tradiciones, solo nos queda encomendarnos a los Dioses, e imaginarnos  pintando las  puertas de nuestras casas con  la cruz de sangre del cordero bíblico, que impida que el ángel de la muerte nos visite.

 

Hoy cuando ya a nadie le preocupan los contagiados y los muertos, y estos se han multiplicado por cuatro y cuando la llegada de la vacuna a nuestro país, es todavía una ficción, solo nos queda el consuelo de andar con un frasquito de alcohol en el bolsillo y el tapabocas colgado de una de las orejas, únicos elementos que finalmente terminaron siendo el gran aporte visible, para el control de la plaga. 

 

Y como dice Juan: mientras tanto nuestros gobernantes siguen cometiendo torpezas, sin capacidad de reacción y representando el reality de su mediocridad.

 

PD: El Plan Revocatoria del mandato del alcalde sigue avanzando a buen ritmo, ganando cada día más adeptos y vinculando líderes de todos los sectores. ¡Muy Bien!

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Diaz_Wright

domingo, 6 de diciembre de 2020

SEMANA DE CERTEZAS

Si por un momento nos dedicáramos a observar con detenimiento, el diario acontecer de la Heroica, muy pronto nos daríamos cuenta que esta semana que termina ha sido especialmente difícil, llena de no muy buenos presagios y aclaradora, en cuanto a lo que se creía y a lo que en realidad viene sucediendo.

 

Para empezar, hay que anotar el aumento significativo de los casos de Covid en la ciudad. En los últimos días, es evidente el incremento de contagiados, de muertes y de utilización de centros de atención y unidades de cuidados intensivos. Esto ocurre cuando ya prácticamente habían sido eliminadas todas las restricciones y la ciudad lucía su tradicional aspecto enredado, cosmopolita y festivo. Una buena idea sería reforzar nuestro propio cuidado, mientras se esperan medidas de tipo general, tal como viene ocurriendo en otros países donde el rebrote ha sido particularmente fuerte.

 

Otro aspecto a destacar ha sido el importante incremento de columnas de opinión de expertos, y programas de diversa índole en los medios y redes, analizando desde diferentes ángulos, elementos importantes de la situación de la ciudad. Poco a poco, los debates han ido pasando del terreno del chisme, las consejas y el comentario de esquina, hacia la revisión más estructurada, desde lo técnico y lo académico, lo que indudablemente les ha dado altura y contenido, dos elementos que indiscutiblemente vienen proporcionando cada vez más, una mayor claridad a la ciudadanía sobre el real y urgente estado de las cosas.

 

Una situación que viene llamando la atención es la casi total desaparición del gabinete de inicio del gobierno distrital. No es un secreto que, normalmente, este gabinete de arranque es el de más impacto, porque deja ver la estrategia técnica y el tipo de ajedrez con que enfrentará el alcalde el reto que asumió. Son personas con excelentes hojas de vida, seleccionadas con mucho rigor, y de las que mucho se espera, teniendo en cuenta sus competencias y la motivación por tan alta distinción. El nuestro ha pasado sin pena ni gloria, ha desaparecido en medio de agudas contradicciones y, parece que el alcalde hubiera terminado de asumir las  funciones de los desaparecidos, porque de sus reemplazos casi ni se habla.

 

La inestabilidad de un gabinete pronto se nota en la gestión y, es solo cuestión de tiempo, que esto sea señalado fehacientemente por las mediciones de las variables, operativas, sociales o financieras. Refiriéndonos específicamente al tema de la ejecución presupuestal, los completos estudios de, quizá los mejores economistas locales, muy rápidamente señalaron las deficiencias, que solo habían sido mostradas sucintamente por la comisión presidencial que nos visitó a raíz de las inundaciones.

 

Quizá una de las primeras triquiñuelas que nos enseñan los profesores de estadística, es la conocida como la Falacia de los Promedios y que, en forma sencilla, se enuncia de la siguiente manera: “si una persona se come dos panes y la otra no se come ninguno, en promedio se comieron un pan cada uno”. Esta fue la falacia en la que incurrió nuestro alcalde, quien, cándidamente, salió a decir que la ciudad tenía en promedio realizaciones similares a otras ciudades del país.

 

Muy rápidamente le salieron al paso expertos y profanos para señalarle que, lamentablemente, nuestro promedio era el resultado de abundantes gastos de funcionamiento en unas secretarías, y casi nada o nada, en otras. Por un lado, un gran número de OPS`s, que contrasta con su desgastado discurso anticorrupción y anti OPS, y, por otro lado, una nula inversión en las necesidades más sentidas de la ciudad. Esa y no otra, es la explicación de nuestro estado de postración.

 

La semana concluyó con la visita y rueda de prensa del Procurador general de la Nación, en la que, en forma clara y contundente, hizo un análisis de la crítica situación de nuestro gobierno local y de nuestra ciudad. Como decía el coronel: “Ya no solo nos estamos muriendo de hambre, sino que todo el mundo lo sabe.” La situación de Cartagena es la noticia nacional y el Procurador fue claro y contundente a la hora de señalar el oscuro panorama que le espera a la ciudad y las posibles consecuencias del actuar de nuestro gobierno.

 

Cuando todos esperábamos que el alcalde, rodeado de lo mejor de su equipo, defendiera su gestión de lo dicho por el procurador, este prácticamente le dio la razón, al recaer en su acostumbrado y monotemático discurso: solo se trata de persecución de los viudos del poder. Amanecerá y veremos.

 

¿Será cierto que, mientras los torpes están seguros de todo, los hábiles están llenos de dudas?

 

P.D. Más allá de controversias: Diego, genio eterno e inolvidable. Paz en su tumba.


https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Diaz_Wright