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domingo, 13 de diciembre de 2020

LA SEGUNDA OLA

Pareciera que el Covid 19, no solo vino para quedarse, sino que todos los aspavientos, corre corres, decretos y medidas tomadas en los afanes de las primeras horas, de poco sirvieron, y muy al contrario hoy, cuando ya no nos causa ninguna impresión, y cuando, con displicencia, emitimos decretos ambiguos y de ocasión, es cuando realmente el bicho ha decidido sentar sus reales en La Heroica.

 

Lo que hoy con tanta naturalidad llamamos rebrote, no es más que la aceptación tácita de que de nada sirvieron nuestras medidas de contención y de control del contagio masivo. Que no dimos en el clavo, y que, desesperados ante las dificultades de todo tipo, generadas por la pandemia y las medidas tomadas, terminamos finalmente perdiendo el control y cediendo ante la tragedia de unos, los reclamos de otros y las órdenes de los jefes supremos. Lo que con tantos sacrificios habíamos logrado, parece que se perdió, ante el apresuramiento y falta de planificación de la suspensión de medidas y de la reapertura.

 

Aunque ya hemos perdido la capacidad de asombro, tenemos que admitir que  fue impactante y pavoroso para todos,  ver a toda la ciudad y el país colapsados por la pandemia. También fue importante y, de alguna manera efectivo, el sacrificio y disciplina con los que, entre todos, conseguimos reducir el contagio comunitario en los primeros   cuatro meses. La economía sufrió, la población padeció, pero el virus prácticamente quedó reducido a pocos casos,  al menos por una o dos semanas.

 

Séneca dijo que: “ No hay viento favorable para un barco sin capitán y sin rumbo”. Y eso es, lo que en un análisis retrospectivo, parece que ha sido el manejo de la gran crisis: Un confinamiento a cal y canto en el que se dejó a empleados, comerciantes, empresarios y hasta algunos industriales a su suerte, ya que los cacareados auxilios estatales o llegaron mal, o nunca llegaron. El resultado de cientos de miles de empleos perdidos, miles de negocios y empresas quebradas y cerrados, no puede ser más indicativo del desastre. Todo lo anterior, unido a un   sistema de salud precario, mal administrado e insuficiente, llevaron a la desesperación y a que fuera el propio pueblo, quien rompiera las medidas y saliera a rebuscarse la supervivencia.

 

Una emergencia manejada a punta de decretos, programas de televisión y propaganda en las redes, no podía concluir bien y los resultados comienzan a verse y de que forma. La advertencia de reabrir la economía y retomar las actividades diarias en forma planificada, estudiada y con grandes precauciones, se convirtió en un sálvese quien pueda y, apenas cuatro meses después de que se empezara a reabrir todo, las tasas de contagio son superiores a la primera ola, y las muertes  cada vez más numerosas. Como quiera que en esta ocasión a nadie le ha preocupado y practicamente, no se está haciendo nada, no se nos haga raro que esto pique y se extienda con consecuencia verdaderamente impredecibles.

 

Hoy cuando todos tenemos la sensación de andar caminando en un campo minado, en el que en cualquier momento vamos a pisar la fatal mina que nos destrozará, y cuando vemos que a diario dos o tres conocidos o amigos se van, sin el consuelo de despedirse y de la solidaridad propia de nuestras tradiciones, solo nos queda encomendarnos a los Dioses, e imaginarnos  pintando las  puertas de nuestras casas con  la cruz de sangre del cordero bíblico, que impida que el ángel de la muerte nos visite.

 

Hoy cuando ya a nadie le preocupan los contagiados y los muertos, y estos se han multiplicado por cuatro y cuando la llegada de la vacuna a nuestro país, es todavía una ficción, solo nos queda el consuelo de andar con un frasquito de alcohol en el bolsillo y el tapabocas colgado de una de las orejas, únicos elementos que finalmente terminaron siendo el gran aporte visible, para el control de la plaga. 

 

Y como dice Juan: mientras tanto nuestros gobernantes siguen cometiendo torpezas, sin capacidad de reacción y representando el reality de su mediocridad.

 

PD: El Plan Revocatoria del mandato del alcalde sigue avanzando a buen ritmo, ganando cada día más adeptos y vinculando líderes de todos los sectores. ¡Muy Bien!

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Diaz_Wright

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