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domingo, 25 de julio de 2021

PROFESIÓN PELIGRO

Se me dio la ventolera de investigar sobre asesinatos presidenciales, ahora que el tema salió una vez más a la palestra y me pegué la enredada del siglo, ya que la lista no solamente es larga, sino que, es tan antiguo el temita, que se pierde de vista en la noche de los tiempos.

 

Hay algunos que se arriesgan a decir que el asunto de asesinar presidentes es tan viejo, como la humanidad misma y que, es imposible llevar estadísticas confiables, sobre todo, si aceptamos que, en los inicios, no solo era asesinado el mandatario, sino todo aquel que pudiera dar cuenta del hecho. Recordamos con horror la vieja costumbre de cortar la lengua a los posibles sapos o potenciales testigos de hechos aberrantes, ocurridos en oscuros pasajes y tenebrosos episodios, de nuestra remota historia.

 

Otra discusión, es la que, a la hora de hacer los registros, da cuenta de la calidad que tenía el mandatario y la forma en que perdió la vida: por ejemplo, hay quienes hacen diferencia entre si era Emperador, Rey, Káiser, Cesar o Zar o si, por el contrario, era presidente escogido popularmente, como creemos que son elegidos los actuales. Hay quienes también tienen en cuenta si el mandatario fue muerto en desarrollo de una guerra, o forzado a suicidarse, o “accidentalmente”, como también era frecuente. Eso si, se descartan de plano, en las estadísticas, los asesinatos de jefes tribales, quienes, no solo eran asesinados, sino que ese mismo día eran almorzados, en medio de cánticos de celebración, del sucesor beneficiado por el hecho.

 

Teniendo en cuenta los ya desaparecidos imperios y los Estados actuales, reyes y jefes de Estado y de Gobierno, y olvidándonos un poco de la convulsionada y larga historia imperial china, parece que el tristemente honorable campeón del magnicidio es el periodo imperial de Roma. Se cuenta que, en esa época, desde el año 27 A de C., hasta el 395, hubo menos emperadores fallecidos de causas naturales, que por causas violentas. De setenta emperadores que se enfrentaron al estresante cargo, 23 fueron asesinados y otros ocho masacrados de diversas formas. Tres fueron ejecutados, nueve cayeron en batallas, y cinco fueron obligados a suicidarse. Tan solo veinte se puede asegurar que murieron pacíficamente en sus camitas.

 

Mas arribita al norte de Europa, nos encontramos a los tranquilos y sosegados suecos y daneses, quienes con su nadadito de perro se llevaron en banda otros 11 mandatarios, entre los que se cuentan varios Ericks, otros tantos Gustavos y uno que otro Olof. Ni que decir de los españoletes, quienes, con su habladito untuoso y enredado, ya llevan bajo la abarca seis jefes de estado, entre los que obviamente aun se recuerda, disparado por los aires, al memorable Luis Carrero Blanco, uno de los últimos de la dictadura Franquista,  al parecer ejecutado por la ETA.

 

Por los lados de Asia y Africa, además de la casi desconocida lista de Chinos, Coreanos, Japoneses e Indochinos, hay que adicionar algunos Nicolases y Alejandros de Rusia, varios Gandhis, Rabín y Bhutto de la India y Pakistán, algunos Sadat  de Egipto y Faisal de Arabia Saudita y, en fin una verdadera e impresionante lista de mandatarios  asesinados en todo el planeta, que nos informa que,   durante buena parte de la historia de la humanidad, el mundo ha sido un lugar de violencia inusitada y que  la vida ha tenido un valor precario, incluso para los más poderosos.

 

Obviamente que voy a mencionar los 15 jefes de Estado asesinados en América, en tan solo los 250 años, que van desde el advenimiento de los primeros gobiernos en estas latitudes. Cuatro de Estados Unidos: Lincoln, Garfield, Mckinley y Kennedy, dos de Haití: Guillaume y Moïse, dos de República Dominicana:  Cáceres y Trujillo, Carranza en México, Sánchez Cerro en Perú, Villarroel en Bolivia, Delgado Chalbaud en Venezuela, Remón Cantera en Panamá, Somoza en Nicaragua, y Allende en Chile. Esta lista sería mucho más larga si no se hubiesen frustrado al menos otros 12 atentados comprobados, a otros mandatarios.

 

Como cosa rara, Colombia, que no se pierde la corrida de un catre, cuando de esos temas se trata, no aparece en la lista y, si acaso, se menciona ahora por la exportación de magnicidas a Haití o recordando algunos atentados reales y otros inventados, siendo el más mencionado, claro esta, La Conspiración Septembrina contra la vida de Simón Bolívar, cuando era presidente de la Gran Colombia, ocurrida en Bogotá el 25 de septiembre de 1828.

 

En cuanto a asesinatos, nuestro fuerte han sido los candidatos presidenciales y los líderes presidenciables,  de los que ya se cuenta más de media docena: Uribe Uribe, Gaitán, Galán, Pardo Leal, Pizarro, Jaramillo Ossa, Gomez Hurtado, deshonroso record que siempre se ha referenciado en los análisis de magnicidios, al considerarse que varios de los allí incluidos, iban a ser elegidos presidentes, con mucha seguridad.

 

Ahora que estamos en tiempos de campañas presidenciales, bien vale la pena repasar estos datos y compararlos con otras actividades más tranquilas. Hay quienes ya aseguran que la presidencia, es una profesión más peligrosa que conducir carros de formula 1, el buceo de profundidad o litigar en derecho penal.

 

P.D. Cuando un alcalde, después de dos años en el puesto, sale diciendo que los problemas de la ciudad, “son de vieja data”, póngale la firma que no ha hecho, ni va a hacer un carajo.

 

Cartagena, julio 25 de 2021

 

domingo, 18 de julio de 2021

LA VISITA DEL PRESIDENTE

Antiguamente la llegada de un presidente de la República a la ciudad, era todo un acontecimiento. La información se conocía con varios meses de anticipación y, en los preparativos de la llegada y posterior visita, participaba toda la ciudadanía. 

 

Lógicamente, las autoridades locales, con el alcalde a la cabeza, eran los principales protagonistas, seguidos por las “inmondables” fuerzas militares, los funcionarios de nombramiento y elección, gremios, fuerzas vivas de la ciudad y, quizá lo mejor: los colegios públicos. La ciudad se arreglaba, los sitios por donde haría presencia el presidente se retocaban, se les daba una manito de pintura, se tapaban huecos, se cortaba el monte y, aunque eran arreglos superficiales y de última hora, al menos teníamos vergüenza y nos daba pena de que encontraran la ciudad vuelta un desastre.

 

Como olvidar las largas filas de niños, a lado y lado de la vía por donde pasaba el presidente, bien uniformados, bien controlados por sus maestros, con sus banderitas de Colombia hechas con papel de forrar barriletes, saludando al personaje, cuya venida era tan poco frecuente y, por lo tanto, tan esperada y festejada, que ese día prácticamente se convertía en un festivo inesperado, bien disfrutado y que no se olvidaría nunca.

 

El presidente llegaba temprano, enchaquetado y encorbatado, en avión comercial, acompañado de su esposa y una o dos personas más y era igualmente recibido por nuestro alcalde que también andaba siempre, enchaquetado y encorbatado. A su llegada se le rendían honores militares, la banda de la armada tocaba El Himno Nacional y otras marchas navales y, quizá lo más impresionante, se disparaban 21 cañonazos, que toda la ciudad escuchaba y contaba y que daban cuenta de la gran noticia: ¡El presidente estaba en la ciudad!

 

Luego, y siempre acompañado de nuestras autoridades, se dirigía, por entre la calle de honor  saludando a la ciudadanía, hacia los lugares previstos, donde sostenía reuniones, se informaba de la marcha de la ciudad y quizá lo mas esperado y que era la principal razón de la visita, soltaba la información sobre las obras que el Estado entregaría a la ciudad: Muy recordada la ocasión en que el  presidente vino a decirnos que nuestro Aeropuerto de Crespo, se convertiría en aeropuerto internacional, con capacidad para recibir aviones a reacción. 

 

Para quienes no vivieron en la época que antes evocaba, muy seguramente encontrarán que muchas cosas han cambiado, y quizá se preguntarán: ¿como fue que llegamos hasta el punto en que estamos hoy? Para comenzar, debemos aceptar que el presidente viene a Cartagena a cada rato, sin anuncio previo y, generalmente, por razones que no tienen nada que ver con la ciudad. Nos enteramos por los trancones que se generan, por el bloqueo de las vías cercanas al aeropuerto y a los sitios por donde pasará, por el enzorre de la policía y su instalación de vallas de prohibición del paso por todos lados y por el sobrevuelo de un helicóptero loco, a baja altura sobre la heroica.

 

A diferencia de antaño, la caravana presidencial de hoy avanza raudamente y en lugar de niños con banderitas, hay soldados con fusiles, y en lugar del pueblo saludando a su líder, hay tanquetas, camiones blindados y equipos de artillería pesada de guerra, trepados en los andenes y rotondas de la vía. El cortejo formado por más de 30 vehículos todos blindados, todos llenos de “gente de bien”, es custodiado desde el aire, por los mismos helicópteros locos, que llevan varios días dando vueltas por la ciudad. La cinematográfica llegada, llena de emoción a los invitados del presidente, quienes desde ya se regodean, ante la expectativa de las atenciones, a cuerpo de rey, que recibirán por parte de los costeños buena papa.

 

La solemnidad de otros tiempos, desapareció, incluyendo la presentación personal. En ocasiones, el presidente ni siquiera se encuentra con las autoridades distritales y, obviamente, no se entera de la situación de la población y, mucho menos, trae buenas noticias de realizaciones para la ciudad. Entendemos que los tiempos cambian y las condiciones de seguridad, urbanísticas y poblacionales de la región y el país han cambiado, lo que obliga a modificar las condiciones de las visitas. Entendemos los cambios en la forma de la visita, más no en el contenido. 

 

No nos preocupa la parafernalia de la visita, ni la felicidad de los acompañantes cacheteros. El presidente puede venir en bermudas, guayabera de flores y crocs. Lo que si nos asusta es que el presidente venga y no se de cuenta que la ciudad se cae a pedazos. Que no tenemos quien dirija esta vaina, que la inseguridad se disputa los muertos con el Covid. Que pase por las avenidas y calles destrozadas y no diga ni mu. Que no pida cuentas a la policía y al alcalde sobre el despelote de los amantes de los ventanales del centro histórico. Que no traiga ni una sola buena noticia, sobre como va a participar el Estado en la solución de tantos problemas estructurales que padecemos. Que el alcalde se desaparezca, justo el día de la llegada del man que nos puede ayudar.

 

Pero lo peor de lo peor, es que el presidente regrese a Bogotá y desde allá exprese con toda su sabiduría de primíparo contento, su gran conclusión: “EL ALCALDE DEBE LIDERAR LA CIUDAD”. Como quien dice: El agua moja.


Cartagena, julio 18 de 2021

 

sábado, 10 de julio de 2021

ESTATUAS HEROICAS

Las estatuas de Cartagena siempre habían estado sometidas al abandono del gobierno de turno, la desidia, y el escarnio de algunos enemigos de variadas condiciones. Ahora que, por falta de recursos, debemos hacerlas de materiales deleznables, no solo las vacilan, sino que las mutilan, se roban partes y las vandalizan.

 

Arturo, el loco, se la tenía montada a la estatua de Pedro de Heredia, debido al gran parecido físico que existía entre el fundador de Cartagena y el folclórico y popular personaje. Lo insultaba y escupía, mientras los guasones inmortales del camellón de los Mártires, le hacían rueda y le “daban carbón”, para disfrutar del espectáculo.

 

A la India Catalina, se le robaban la pluma, se subían al pedestal a abrazarla y tomarse fotos con ella y nadie olvidará cuando en un Festival de Cine, de por allá por los años sesenta, la actriz estadounidense Edy Williams - quien luego sería una de las chicas de Russ Meyer en la muy candente Beyond The Valley of The Dolls - enloqueció ante la desnudez de la India Catalina y decidió treparse junto a ella, con sus pechos al aire, para demostrar que tenía mejor cuerpo. Lo más grave de todo, fue la pelotera que se formó entre quienes decían que la Williams tenía mejores senos que la India y quienes aseguraban lo contrario.

 

La Gorda de Botero, en la plaza de Santo Domingo, tiene los pezones brillantes, debido a que todo el que llega a contemplarla, aprovecha la oportunidad para manosearla y, hace solo unos años, un cachaco borracho perdió la chaveta y se le encaramó,  con la seria intención de hacerle el amor. La rápida presencia de la policía y la colaboración de algunos nativos, impidieron el bochornoso espectáculo, persiguiendo al pervertido, descamisado, a fuetazo limpio, por las legendarias callecitas del Centro Histórico.

 

Al Camellón de los Mártires,  inicialmente  se le instalaron cuatro Mártires con los nombres trastocados y, solo después de un siglo, se corrigió el error. Asimismo, a otros dos Mártires, de quienes no se disponía de fotografía, se les hizo el busto, siguiéndose por el parecido con los familiares o por referencias de conocidos. Más recientemente, fueron robados dos bustos y rescatados en un metedero de piperos del barrio de Getsemaní. De igual manera a su vecino de enfrente, el gran Miguel de Cervantes Saavedra, permanentemente se le roban su herramienta de trabajo: la pluma.

 

Pero, hablando en serio, las estatuas antiguas, que nos causan gran impresión por su belleza, estado de conservación y  antigüedad, se realizaban  en materiales pétreos, como mármol, caliza, alabastro, granito y diorita o  en metales y aleaciones, como cobre, bronce, hierro, acero, incluso plata y oro. No es de extrañar entonces que, después de muchos siglos, se mantengan inalteradas, sin perjuicio de desgastes superficiales causados por los nuevos ambientes contaminantes y corrosivos, como las llamadas lluvias ácidas.

 

Otra caracteristica de las estatuas que trascienden es que, la inmensa mayoría, están instaladas sobre altos pedestales, lo que, al tiempo que les da mayor visibilidad,  las protege e  impide que algún malandrín desadaptado,  o algún demente, intente hacerse el gracioso y la  emprenda contra el monumento, para mojar prensa y facebook live. Entre muchos de estos casos, es emblemático el ocurrido, el 21 de mayo de 1972, cuando un geólogo australiano - húngaro,   llamado Laszlo Toth, saltó sobre la joya del renacimiento, el famoso marmol La Pieta, de Miguel Angel Buonarroti,  gritando que “él era Jesucristo resucitado de entre los muertos” y lo  golpeó quince veces con su piqueta de romper rocas. La estatua original, ubicada en la Basílica de San Pedro, ahora está protegida por un cristal a prueba de balas.

 

Así que nada de aspavientos porque a la estatua del gran Abel Leal, le hayan, primero robado el bate y luego descabezado. Es más, hay quien asegura que, estaba tan descuidada y tan mal ubicada, que los últimos daños ocurrieron a consecuencia de balonazos de jóvenes que jugaban en el sector.

 

Lo cierto es que, a pesar de las ventajas, en cuanto a costo, peso, facilidad de manejo y transporte y protección anticorrosión, la fibra de vidrio es sugerida solo para proyectos temporales, mientras se funde en bronce, la estatua definitiva. Esto es especialmente cierto y recomendado sobre todo, si la estatua se va a instalar a la intemperie, y a nivel del suelo, donde la fibra es cristalizada por los rayos solares, debilitada por la humedad y sujeto de accidentes o ataques vandálicos. De acuerdo con expertos, bien cuidada y mantenida una estatua de fibra no va más allá de los 50 años. Ese no es, precisamente, nuestro caso.

 

Aunque parezca mentira el tema de estatuas y monumentos, también necesita gobierno, planeación, estudios, mantenimientos y cuidados, aunque por acá de eso, pocón .. pocón. Bastantes problemas tiene ya la ciudad, para que tengamos que andar enredados con estatuicidios.

 

Salvador Dali decía que “lo menos que puede pedirse a una  estatua es que no se mueva”. Muy seguramente, el bigotudo surrealista de Figueres, no tenía ni idea de lo que son capaces de hacer las Estatuas de la Heroica.


Cartagena Julio 10 de 2021

 

 

domingo, 4 de julio de 2021

FUTURO INCIERTO

Sin pena ni gloria comienza a desaparecer nuestro pintoresco alcalde, del escenario público de la ciudad. Del otrora controversial, locuaz y camorrero personaje, ya casi nada queda y, si acaso, se menciona algo de sus actividades, es por los comentarios que surgen después de cada uno de los extraños y continuos movimientos, que se dan al interior del gabinete.

 

Unos dicen que, después que se informara que había sido diagnosticado de Covid, el hombre prácticamente despareció y, de casualidad, se le vio una vez cuando, por pura costumbre y compromiso, salió a despotricar contra sus antiguos nuevos mejores amigos, los concejales, a raíz de la moción de censura impuesta a su ex secretario de participación, debido a su falta de ejecución en temas cruciales y sensibles, para un importante grupo ciudadano.

 

Otros aseguran que ya el tractor desvencijado y desinflado, comenzó a notar el hastío del poder, el frío de la soledad y el temor al futuro incierto. Ya el optimismo desinformado de los primeros días, en los que los disparates eran ocurrencias graciosas, festejadas por una corte de aduladores expectantes e ilusionados, ante el inminente reparto de migajas, desapareció. Los antiguos compañeros de su travesura otoñal, son ahora sus nuevos enemigos y, la realidad abrumadora y espesa de la “monda” de problemas de la ciudad sin resolver y de la gente mamada de haber sido nuevamente engañada, han comenzado a pasar cuenta de cobro. Señalado como metemonos y embaucador, parece que al pichón de mesías se le mojaron las alas.

 

Los cartageneros como siempre conformistas, acomodadizos y cultores de un “leseferismo” a ultranza, han caído en la desidia, la incuria y el aburrimiento. Una especie de patria boba del meimportaunculismo, en donde se perdió toda capacidad de asombro y donde puede pasar lo que quiera, siempre y cuando a “mi no me afecte”. Ya a nadie le importan medidas para prevenir y controlar el Covid. Ya nadie se acuerda de los desastres de los Peajes y Transcaribe, que en su momento causaron indignación y pronunciamientos altisonantes. Ya a nadie le interesa si vacunan o no, si el gobierno hace o no hace, cumple o no cumple, se va o se queda. El desencanto es total y mi amiga C.A. con mucho ingenio acuñó un nuevo término para esta situación: el valeverguismo.

 

El invierno, enemigo eterno de los cartageneros, apenas se inicia y ya se une al grupo de los problemas sin solución.  Año tras año viene como quien no quiere la cosa y nos inunda, nos bloquea, nos llena de charcos, barro y mosquitos, nos quita la luz y la tranquilidad y luego se marcha orondo con los vientos de diciembre cargados de polvo, arena y esperanzas. Mientras tanto, la muerte, que cada vez se vuelve más confianzuda, se lleva el 50% de todo aquel que entre a una unidad de cuidados intensivos, convirtiendo a los amigos en cifras, en un que crezca la pila desenfrenado, que si acaso nos perturba cuando se acerca peligrosamente y se lleva al familiar que hace algún tiempo no veíamos, o al amigo con quien estudiamos o quizá al compañero de trabajo que “apenas hace dos días se veía tan bien”. Pilas con la ganchuda: dicen los perrateadores de siempre.


La resiliencia pasiva, que es aquella que practicamos los cartageneros, es la que nos hace expertos en aguantarnos cualquier brinco, en soportar toda clase de despropósitos, y atropellos y en creer cualquier vaina que nos digan, sin decir, ni hacer nada. Es la que nos hace ser chéveres y quedarnos tranquilos, con nuestro caldero de chicharrones, mientras la ciudad se viene a pique, nuestros gobernantes se desgastan en disputas de perdularios y nuestros dirigentes se solazan en elucubraciones chiripitiflaúticas de 140 letras, Webinars insulsos y mesas de trabajo sin fundamento, que ni quitan ni ponen, en el escenario apocalíptico que entre todos estamos construyendo.

 

Por el resto del país la cosa no es diferente: el aburrimiento, el cansancio y los más de 100000 muertos de covid, poco a poco acaban con los últimos focos de resistencia, mientras que, tras las cortinas de humo negro y denso, se aprovecha la oscuridad de la noche para que se aprieten las últimas tuercas y se nieguen los últimos derechos, en un congreso pusilánime y sumiso. Como dice el maestro que decía El General: ¿como carajos vamos a salir de este laberinto?

 

Al igual que el alcalde y, casi sin darnos cuenta, nos estamos quedando solos. Sin gobierno, sin amigos, sin derechos y sin esperanzas. La Madre Teresa decía que: “La soledad y el sentimiento de no ser querido es la mayor de las pobrezas”. Mientras que Arturo el  Loco, a quien  ya muy pocos recuerdan, era más frivolo cuando afirmaba que: “ Incluso la compañía de los locos era mejor que estar solo”.

 

P.D. Colombia es hoy el tercer país del mundo en muertes diarias ocasionadas por el COVID-19, coinciden estas alarmantes cifras, con la casi total supresión de restricciones y la vuelta obligada a la presencialidad. 


Cartagena, julio4 de 2021


 

 

 

lunes, 28 de junio de 2021

LA ALIANZA REGIONAL

    Las circunstancias por las que atraviesa nuestro país, no son más que el resultado de la acumulación histórica de inequidades y desigualdades, derivadas de la aplicación de un modelo económico que, sistemáticamente, ha privilegiado el enriquecimiento de una minoría capitalista, en detrimento de una cada vez más creciente clase baja, empobrecida y marginada.  Esto se ha hecho evidente, especialmente después de varias décadas de casi nula aplicación de una Constitución, en teoría desarrollada para un modelo de Estado Social de Derecho, con autonomía regional, pero con una vocación práctica de neoliberalismo y centralismo a ultranza.

 

    El estallido social, largamente reprimido, y desnudado por la pandemia del Covid 19 y que, a duras penas, el gobierno ha podido contener con estrategias de represión, dilación y diálogos inanes, no es más que otra muestra de las deficiencias estructurales persistentes de nuestro modelo, generadas por la incapacidad del estado para desarrollar, aplicar o cumplir, la propuestas sociales y económicas de la, ya obsoleta, Constitución de 1991. 

 

    Es evidente que en el desarrollo del modelo de estado consagrado en la carta del 91, no se han dado respuestas al  compromiso adquirido para la estructuración de   un proyecto de sociedad, definido por la existencia de un Estado de Bienestar, caracterizado por un conjunto de seguros y servicios, destinados a garantizar la igualdad de oportunidades y la cohesión social.

 

    Sea lo primero destacar la carencia total de políticas activas de empleo orientadas a evitar que se consoliden el subempleo, el empleo indigno o el desempleo de larga duración, todos cuota inicial de la pobreza estructural que nos identifica.  A esto se añade la incapacidad del sistema para establecer, el seguro de desempleo como mecanismo de protección de las personas y de las familias, ante la pérdida a veces obligada, a veces consentida del empleo.

 

    Otra de las grandes deudas  de la Contitución del 91, con el Estado de Bienestar en Colombia, es el no haber logrado consolidar un sistema de salud eficiente, efectivo y universal. La universalización del sistema de salud en colombia no es solo un objetivo para la cohesión y el bienestar social, sino también para el control de los costos de salud resultantes del poco control a la industria farmaceútica y de la mercantilización pauperizadora e indigna de la salud, que nacen con la ley 100.

 

   El tercer elemento que requiere una revisón a fondo, para conformar un verdadero estado  de Bienestar, son los sistemas públicos de pensiones. La presión para pasar a sistemas privados, ha sido muy fuerte durante los últimos años, por el interés de las entidades financieras y por la supuesta inferioridad de los sistemas públicos. A esto se suma la deficiencia sistemática en proteción social a sectores en inferioridad de condiciones, como son   las personas mayores y los enfermos crónicos no hospitalizados, así como el apoyo financiero a las familias con hijos, que es a menudo una condición para que las mujeres puedan tener hijos, sin renunciar a su actividad laboral.

 

    La educación universal y gratuita si bien, no es parte en su totalidad  del Estado de Bienestar, si es indudablemente un rasgo de las sociedades desarrolladas, y un instrumento fundamental para la igualdad de oportunidades que se pretende garantizar en el Estado de Bienestar. Además, no es un secreto, que en los actuales procesos de cambios y restructuraciones  económicas,  la formación y la cualificación son la mejor inversión que un país puede hacer para su desarrollo económico.

 

    Un Estado de Bienestar como este que hemos analizado nos llevaria al modelo de sociedad que la ciudadanía nos está señalando y que necesariament tendría un fuerte impacto sobre nuestra economía, especialmente sobre el sistema fiscal. Un Estado de Bienestar fuerte y eficiente requiere de un manejo fiscal progresivo y justo, dentro de un modelo económico  dinámico, competitivo y transparente, con alta productividad y un fuerte desarrollo e incorporación de  tecnológias innovadoras.

 

    Saludamos con mucha expectativa, la conformación de la Alianza Regional, grupo de dirigentes políticos de diferentes departamentos del país, con amplia experiencia en el manejo exitoso de lo público, especialmente en el plano regional y con una extraordinaria vocación de servicio, ya demostrada en su paso por las diferentes gobernaciones a las que han sido elegidos. Este grupo, en el que podemos mencionar a Luis Pérez, Dilian Francisca Toro, Alex Char Y Dumek Turbay,  se ha reunido en la Heroíca el pasado 26 de junio, y   tiene como objetivo la definición de una metodología electoral y como ejes estructurantes de su paltaforma programática, la valorización de la autonomía regional, frente a las deficiencias históricas impuestas por el centralismo acaparador y una intervención a fondo en la solución de los problemas sociales que exige el pueblo colombiano, por encima de partidismos, divisiones y extremismos.

 

    La Alianza Regional, como grupo político comprometido con los desarrollos  que vive nuestra sociedad, y de cara a las procesos de cambio  social, que se vienen  exigiendo en forma perentoria,   propone como metodología estratégica, frente a las actividades electorales que se avecinan, conformar un equipo amplio de líderes, dirigentes y ciudadanía en general, que, por encima de partidismos y diferencias, asuma la vocería y defensa de  la sociedad colombiana y proponga las reformas constitucionales, administrativas, politcas y económicas, de fondo, que el Estado de Bienestar exige y nuestra sociedad ya reclama con urgencia.

 

En Cartagena de Indias, cabe la lapidaria frase, de la que nadie se hace dueño: “El circo sigue mientras haya quien  aplauda a los payasos”


Cartagena, junio 28 de 2021

 

lunes, 21 de junio de 2021

ALCALDES POR UN DÍA

Algunos amigos, muy bien intencionados, me sacaron de mi escondrijo y sitio de confinamiento sanitario, para llevarme a un taller de liderazgo que, el Centro de Pensamiento y Liderazgo: LIDERAZGO CARIBE, realizaba en Cartagena con una masiva participación de personas de diversos sectores, interesados, sin lugar a dudas, en la sensata y prometedora agenda propuesta por la organización del evento.

 

Había exgobernadores, congresistas, concejales, aspirantes a corporaciones, académicos, investigadores y líderes de diferentes sectores. Llamaba la atención la gran asistencia de jóvenes y mujeres, el ambiente de cordialidad y camaradería y, por supuesto, la gran expectativa por lo que la jornada depararía, especialmente en estos tiempos convulsionados, de pandemia y reflexiones.

 

No pasó mucho tiempo antes de que se dieran cuenta de mi presencia y que alguien comentara sobre mi participación en el proceso de revocatoria del alcalde, que finalizara abruptamente, por razones por todos conocidas. Una joven se acercó al sitio donde me encontraba observando la jugada y sin más, me sacó de mi silencio, afirmando en voz suficientemente alta, como para que todos escucharan: “Fíjese doctor que usted tenía la razón en todo lo que decía. El tractor salió buche y pluma y lo único que le sirve es la reversa. Las cosas han pasado tal cual, ¡puro na! Ya llevamos año y medio y de aquello nada. Pero ajá, usted sabe como somos los cartageneros: cualquiera viene y nos embolata y después nos vamos es en pura changonga y vacile”.

 

Además de causarnos mucha risa la espontaneidad de la líder popular, nos tranquilizó saber que no estábamos equivocados y que, a no ser por la intervención del gobierno central, para enredar la pita y negar la recolección de firmas con pretextos de bioseguridad, probablemente, hoy día el alcalde de Cartagena sería noticia nacional, al ser el primer alcalde de una ciudad grande en ser revocado. Es más, si en estos momentos se hiciera un referendo en la ciudad para definir su permanencia, muy seguramente sería retirado del cargo.

 

No se si fue por lo expresado por la líder o porque ya forma parte de nuestro ADN, lo cierto es que, al poco rato, estábamos discutiendo acaloradamente sobre ¿que haríamos si nos tocara ser alcaldes de Cartagena por un día? Escuchamos de todo: desde los fantásticos proyectos de construir un puente entre Bocagrande y Tierra Bomba, con urbanización de tierra bomba incluida, y un túnel desde Bocagrande hasta Manga, hasta los casi imposibles de, construir un nuevo Aeropuerto y sacar la Sociedad Portuaria de la Ciudad. Alguien dijo que en toda ciudad que se respete estas instalaciones se encuentran alejadas de los centros urbanos y que aquí, por el contrario, su permanencia en barrios residenciales, nos mantiene bloqueados.

 

Luego apareció el grupo de los que bajaron sus expectativas y expresaron que estarían felices, con que se realizaran los proyectos que tienen más de 30 años de estar dando lata y que, ni los anteriores alcaldes, ni mucho menos el actual, han hecho algo por ellos. Hablaron de la Avenida Bicentenario, de Los Famosos Drenajes Pluviales, del Traslado del Mercado de Bazurto, de la Quinta avenida de Manga, de La Perimetral, en fin, de todos nuestros fracasos y frustraciones como realizadores de esas obras indispensables, para que una ciudad funcione al menos adecuadamente. Hubo algunos que se entusiasmaron tanto que alcanzaron a proponer: el Centro Administrativo Distrital en Chambacú y un Parque de Diversiones, en el sitio que dejaría el mercado, al ser cambiado de sitio.

 

Por último, aparecieron los más aterrizados, que dijeron que se conformarían con que a la ciudad se le cambiara ese aspecto de basurero que hoy presenta: Que la malla vial medio se “emparapete”, así sea con contratos raros, que se recojan las basuras, que el DATT ordene el trafico, que se cambien las luminarias quemadas, que los semáforos no anden cabeza para abajo, que se destapen los canales a tiempo y no, después de las inundaciones, que las resoluciones no haya que cambiarlas tres veces, que el gabinete de lujo por fin salga con algo e invierta el presupuesto, que la pandemia se maneje con rigor científico y no con artificios de mala índole, que los rateros honrados devuelvan el 70% del presupuesto del 2020, que no se perdió pero tampoco aparece,  y, por unanimidad, la solicitud de no dejar morir el Laguito de Bocagrande, que agoniza ante la mirada complaciente del estado y los esfuerzos titánicos de algunos héroes, que intentan salvarlo apunta de  pico y pala.

 

Los asistentes salieron muy contentos con el enriquecedor y productivo taller, especialmente los desarrolladores de planes de gobierno para futuras campañas, quienes sin querer queriendo, se fueron con el trabajo prácticamente elaborado.

 

Muy seguramente de estos escenarios de reflexión, análisis, estudio y formación de líderes inspirados, saldrán los dirigentes del futuro que tanta falta nos hacen y ¿porque no? el alcalde que la heroica lleva años esperando.

 

John Quincy Adams, expresidente americano decía: “Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y convertirse en algo más, entonces eres un líder”.


Cartagena junio 21 de 2021

 

 

lunes, 14 de junio de 2021

REQUIEM POR EL PARQUE

Parece que el péndulo del Parque Espíritu del Manglar, vuelve a su lado más oscuro. Hay noticias de muy mal presagio, que señalan que, desde que fue regresado su manejo al Distrito de Cartagena, se encuentra cerrado, abandonado y en estado crítico. Se dice que el icopor, las ratas y los malandros, que son primos hermanos de los malandrines, ya acechan nuestro querido y emblemático refugio ecológico, familiar, cultural y social.

 

Ese pedazo de tierra, ubicado en uno de los sectores mas codiciados y costosos del mundo y que milagrosamente escapó de la voracidad de los amigos de rellenar, cercar y urbanizar, no ha tenido a través de su historia, un desarrollo completamente pacífico y auspicioso y, si bien es cierto, en épocas ha gozado del cariño y cuidado de muy buenos mecenas, en otras, ha sido menospreciado, maltratado y quien sabe con que oscuros fines, abandonado a su suerte.

 

Construido a comienzos de siglo, fue finalmente dado al servicio en 2003, con dos objetivos ambientales fundamentales: servir como pulmón renovador del oxígeno para el Centro de la ciudad y usarse como zona de amortiguamiento de las escorrientías de los barrios Nariño y Torices, para así regular las aguas del caño Juan Angola. Pretendía además valorizar la presencia del manglar como filtro biológico y  servir de habitat a la gran la variedad de fauna nativa de garzas, pericos, perezosos, mapaches y culebras boas, lo que daría mayor encanto al lugar, en su utilización final como parque y sitio de esparcimiento de propios y visitantes.

 

Pero la emoción duró poco: Ya en 2004, era abandonado el parque por la administración distrital de turno, después de que fuera vandalizado  e incendiadas algunas de sus instalaciones, en una refriega entre policía y manifestantes, quienes perseguidos por un grupo de rabiosos efectivos del  SMAD, terminaron refugíandose en el. Estos hechos unidos a la poca voluntad del alcalde, para asumir el manejo de unas obras, realizadas por su antecesor y contrincante político, llevaron al Espíritu del manglar a una de sus más largas etapas de desamparo y descuido. 

 

Este largo período de abandono culminó en 2012, cuando un grupo de aproximadamente 45 jóvenes entre 18 y 35 años, pertenecientes al grupo ambientalista Rainbow, provenientes de 17 países, estuvieron acampando en el parque y realizaron labores de limpieza, lo que coadyuvó a que , mediante comodato, fuera asumido por la Gobernación de Bolívar a cargo de Juan Carlos Gossaín, quien adicionalmente apádrinó otros parques importantes de la ciudad y, con una inversión cercana a los 4500 millones de pesos, lo restauró construyendo islas, paseos e instalando estatuas de personajes locales reconocidos y destacados. Recibido por el distrito, después de terminado el primer comodato con la gobernación, volvió a caer en el olvido y a cerrar sus puertas.

 

Una nueva etapa llegó con el arribo a la gobernación de Bolivar de Dumek Turbay Paz, quien de inmediato tramitó un nuevo comodato, estableció una estructura administrativa, de mantenimiento y vigilancia del parque y emprendió la segunda  fase que incluyó:  la realización de nuevas zonas verdes, una ludoteca para los niños, zonas de recreación, un sendero cultural, la isla de la tertulia, seis zonas de wi-fi,  espacios de descanso y avistamiento de aves en medio del manglar, pesceras interactivas, un patio de juegos para niños, zona de picnic, baños y muelles de observación. Adicionalmente, se mejoró el cerramiento y parqueaderos  y, quizá lo más importante, se definió   una programación permanente y variada para niños y adultos, que lo convirtieron en polo turistico, sitio obligado y punto de encuentro y esparcimiento para visitantes de la ciudad y el país. La acogida y el éxito del parque fueron tan impactantes, que hubo que establecer turnos para las visitas de grupos e instituciones educativas, llegándose a contabilizar un promedio de cerca de 20000 viistantes semanales.

 

Todo parece  indicar que en una de las primeras peloteras del nuevo alcalde, cuando pidió al nuevo gobernador, “no metersele al rancho”, fue cancelado tácitamente el comodato vigente con la gobernación y, como quiera que la pandemia ha sido excusa y motivo para no hacer nada, nuevamente ha quedado el parque en un limbo administrativo, huérfano y abandonado, corriéndose el riesgo de que habitantes de la calle y amigos de lo ajeno hagan de las suyas. 

 

Pero si por el espíritu del Manglar llueve, por los demás parques no escampa: El Cangrejo Azul y El Lineal de Crespo, reportan igualmente serios estados de postración y, si esto ocurre con las joyas de la corona, no quisieramos imaginarnos lo que pasa en los otros parque mas alejados y con menos renombre. 

 

Hace unos días vimos que, de rapidez, le estaban haciedo una especie de “jua jua” al parque, ante las primeras protestas ciudadanas por el cierre y abandono más reciente. En ralidad lo que se espera es que, de una vez por todas, se defina una política clara y efectiva de manejo de parques de la ciudad, que garantice su atención y administración  eficiente y permanente y que evite que a cada rato se vean sometidos y convertidos en sujeto de las arbitrariedades, veleidades y malacrianzas de los alcaldes y administraciones de turno.

 

Como dice Helen Rappaport en su saga de los Romanov: “EN EL DESIERTO PARQUE ALEXANDER SOLO QUEDABAN LOS GATOS.”


Cartagena, junio 14 de 2021