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lunes, 14 de septiembre de 2020

DETALLES DE PANDEMIA

La pandemia de Covid 19, entre otras tantas cosas, ha servido para sacar a flote un sin número de talentos escondidos y novedosos de los colombianos y me imagino que, de gentes de todas las latitudes. 

 

Los cartageneros, obviamente, no somos la excepción y cada día que pasa nos sorprendemos con un nuevo invento, un nuevo negocio o un plantecito, como le dicen algunos. La cachaquera refinada del altiplano habla, por supuesto, de “emprendimientos” o de “reinventarse”, aunque ya hay quien afirma estar mamado de las palabrejas.

 

Creo que los más atrevidos son aquellos que, de la noche a la mañana, se convirtieron en estrellas de video. Es increíble la cantidad de “en vivos” que se anuncian a toda hora y de todos los temas: la gente perdió la pena para enfrentar la cámara y aunque todavía algunos “cancanean”, ya se les ve soltura y dominio de temas tan variados como: las charlas motivacionales, las sesiones de baile, zumba y aerobics, o las “inmondables” arengas políticas y religiosas, de los inefables líderes de todos los pelambres.

 

También es de admirar la gran cantidad de organizadores de “Webinars” (neologismo aparatoso para seminario en la web) y foros virtuales y la gran cantidad de panelistas y moderadores que vamos a tener post pandemia. Es innegable la ventaja de la virtualidad en cuanto a la economía en lo organizativo y logístico, aunque se echa de menos la interacción personal, las redes de relaciones personales, comerciales y políticas que se establecen y la pantalla que se da en los seminarios en vivo. De todas maneras, es de destacar la tenacidad y compromiso de estos foristas virtuales para salir adelante, a pesar de las interrupciones del zoom, las caídas del internet y por supuesto, los apagones de Electricaribe.

 

Quizá las iniciativas que más llaman la atención en esta época de encierros, son las que tienen que ver con los rebusques que se están dando desde las propias cocinas de las casas: usando sus propias instalaciones domésticas, la gente ha comenzado a inventarse rebusques tan prometedores, como la fábrica de animalitos de caramelo de Úrsula Iguarán. 

 

Cada día vemos como surgen creativas y necesarias empresas, para estos tiempos del cólera moderno y como las redes sociales, antes dedicadas al perrateo y el carro familiar, otrora elemento de lujo y comodidad, se han convertido en efectivas y productivas herramientas de trabajo, en la publicidad de los productos y en los repartos a domicilio. Sé de una familia que vende 150 pasteles semanales, unos jóvenes que asan y reparten 120 pizzas artesanales, cada fin de semana y otra familia que desenterró y está comercializando en la ciudad, los excelentes sueros “atolla buey” del Carmen y los sabrosos quesos de capa de Mompox. Todo esto acompañado de nuevas panaderías y fábricas de postres caseros, preparados con las viejas recetas de las abuelas.

 

Aunque no falta el salado que ya le puso el “ojo de pato macho” a los nuevos empresarios, diciendo que todo esto no es más que suerte de principiante y que una vez finalizada la pandemia se acabarán estos negocitos, lo cierto es que los productos  son en su mayoría, novedosos, poco o nada ofrecidos por el comercio local y con la ventaja de los precios muy cómodos y la entrega a domicilio, algo en lo que el comercio tradicional aun está muy atrasado. 

Todas estas iniciativas, por cierto, muy bien organizadas, se vienen gestionando sin la participación de entidades estatales de promoción de PYMES y con recursos personales. He aquí un buen campo de acción para los líderes de apoyo estatal a la micro y mediana empresa.

 

Por ahora para este fin de semana les recomiendo: pastel del Tafé, queso y suero de Alcides, y postre de Rochi. Para los demás hay Pizzas de Mr. Rick.

 

¡Pilas Gobierno, que comenzó la reactivación y ni siquiera se han dado cuenta!


https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Diaz_Wright

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