Resulta decepcionante ver como se hunde la ciudad de Cartagena de Indias, en un pantano de desilusiones, de la mano de una persona a quien ingenuamente se le confió su dirección y quien, día a día, solo muestra los claros efectos de una personalidad conflictiva y abusiva, que a veces imita a lo que las ciencias del comportamiento describen como un patán perverso.
Esta categoría de comportamiento que, por supuesto, no me he inventado yo, está elocuentemente descrita en el Best Seller “Como Identificar a un Patán”, en el que, sin muchos misterios, encontramos las razones, a veces incomprensibles, de la forma de actuar de nuestro líder administrativo.
El “Patán Perverso” sufre un trastorno de perversión narcisista, manipuladora, que culpa a todos, que usa y abusa de ciertos privilegios, para poder controlar, dominar y someter, para sus propios deseos, intereses, necesidades y conveniencias. Es una persona mentirosa, grosera, ruda, iracunda, brusca e irrespetuosa y su principal estrategia es asustar desde las amenazas.
Albert Einstein decía que la “Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela”. Es además requisito indispensable para la vida armónica y la coexistencia pacífica de todas las sociedades y Nelson Mandela, el gran lider de la igualdad, la paz y la justicia, consideraba que: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Pareciera que a nuestro líder, no solo se le olvidó lo que aprendió en la escuela, sino también la educación.
Y no son exageraciones: a la ya conocida lista de actuaciones abusivas, ofensivas y desafortunadas, de las que ya ha tenido que retractarse, se suma el triste y deprimente espectáculo protagonizado recientemente y del que fue víctima propiciatoria de sus desafueros, el Alma Mater de los cartageneros, los bolivarenses y de muchos colombianos: La Universidad de Cartagena. No bastaron los 193 años de tradición como espacio de formación de los miles de jóvenes del Caribe colombiano y como medio ideal para la formación de las nuevas generaciones que conducirían los destinos de la República, desde el siglo XIX, cuando fue fundada por el Libertador Simón Bolivar.
No le bastó el dolor y la tristeza que causaría a miles de jóvenes y padres de familia que hoy por hoy encuentran en nuestra alma mater, un camino, una solución y una esperanza de cambio y progreso. Era necesario para su satisfacción y la de su camarilla de azuzadores, reducirla bellácamente, a la condición de nido ratas, en la que pretende sin razones y sin argumntos válidos, incluir a toda la institucionalidad del Estado. La Procuraduría, La Fiscalía, La Contraloría, La Rama Judicial y ahora la Universidad. Nada escapa a la campaña de ofensas, agresiones y bajezas, de este Torquemada criollo.
La comunidad académica en particular y la ciudadanía en general, estamos alarmados y contrariados, ante los atropellos y desafueros de este personaje. No tiene aceptación, no tiene ningún tipo de justificación y salen sobrando las interpretaciones amañadas, con las que ahora se intenta hacer creer a todos, que es que el alcalde tiene un fuero especial para ser patán y que sus ofensas y malacrianzas, deben ser aceptadas como una contribución a la lucha contra el flagelo de la corrupción, flagelo que, en en opinión de muchos, poco a poco se apodera igualmente de su gobierno.
Iván IV, conocido como 'El Terrible' y zar de todas las Rusias, oía cómo el diablo le susurraba al oído los nombres de las víctimas que debía sacrificar. Será que nuestro alcalde tiene su propio diablo detrás de la oreja? Quién será la próxima víctima?
No hay comentarios:
Publicar un comentario