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jueves, 31 de octubre de 2013

A cambiar el Congreso ...

Como si no hubiera pasado nada, nuestros actuales congresistas se alistan para una nueva campaña electoral y, con la mayor desfachatez del mundo, esperan que los colombianos los reelijamos, como si se lo merecieran después de cuatro años de un “arduo y productivo trabajo”.  Hay que ser caradura y desvergonzado, para pedir un voto después de tanta chambonería y después de que el pueblo, en casi todas las formas, les ha dicho que no quiere saber nada más de ellos. 

Hasta hace poco había  un grupo recogiendo 1 600 000  firmas necesarias para que la registraduría avalara la presentación, al mismo congreso, del proyecto de referendo  mediante el cual se introduciría la reforma constitucional que permitiera la revocatoria del mandato a los congresistas. Obviamente, a estas alturas del partido esto es un imposible por dos razones así de chiquiticas: solo se recogieron algo más de 1 323 000 firmas y, lo peor, es el mismo Congreso quien debe aprobar el referendo que  reforme la constitución, para incluir la figura de la revocatoria del Congreso, ya que, esta como tal, hoy no existe. Ya pueden ustedes imaginarse si este referendo sería aprobado por los mismos implicados.

Así las cosas, si bien no se dio la posibilidad para hacer la revocatoria por vía de reforma constitucional, en el próximo mes de Marzo de 2014 tendremos una ocasión brillantísima, de hacerlo por vía electoral. Simple y sencillamente, no votemos por los malos congresistas, que están perfectamente identificados, que sabemos en que están metidos y cuales han sido sus principales embarradas. Una reciente encuesta de Invamer Gallup, da cuenta de que más del 60% de los colombianos, tenemos una deplorable imagen del Congreso y quisiéramos que se dieran las condiciones políticas y administrativas que pusieran fin a su mandato. La coyuntura del debate electoral de Marzo próximo, parece propicia para iniciar, por nuestra propia cuenta, esa operación de limpieza y purificación de esta importante institución.

Y no son nuevos los episodios y las intervenciones que han conducido a que hoy por hoy, nuestro congreso lleve la batuta de la corrupción y la mediocridad y tengamos el sentimiento generalizado de que, por esa institución, comienzan y terminan los principales problemas del país. Casi ningún partido se salva de esta debacle del legislativo: de los 22 miembros del Congreso con problemas de inhabilidades, detenciones y condenas, 10 son de la U que es el Partido del Presidente, 5 son del Partido Liberal, 4 del Partido Conservador y los restantes de Cambio Radical y el Polo. Todo eso sin que aun nos olvidemos de los mas de 110 congresistas, que se vieron involucrados en delitos de parapolítica y cuestionamientos disciplinarios en el pasado cercano.

Pero si por los lados de lo penal y lo disciplinario llueve, en lo que tiene que ver con responsabilidades legislativas no escampa, y es así como a este Congreso le cabe el triste honor, de haber sido uno de los peores Congresos de nuestra azarosa historia legislativa. Al fracaso del proyecto de reforma educativa, se le sumaron casi inmediatamente  los vergonzosos episodios de la reforma a la justicia, a la que hubo que aplicar una maroma constitucional, para poder echarla a la basura y a esta siguieron la defenestrada ley de fuero militar y la despreciable reforma a la salud que aun antes de aprobada ya nadie quiere y la que, muy seguramente, correrá la misma suerte que las ya enterradas.


Claro que eso son bobadas, frente a lo que se consideró el moño del regalo y que fue ni mas ni menos que la “torcida de brazo” que le pegaron al Presidente, para que les aprobara la jugosa prima de mas de 7 millones, con la que se les premió por “tanta diligencia” y con la que redondearon un paquete prestacional, que está dentro de los mejores del mundo. El Presidente que se ha mostrado muy proactivo anunciando que cerrará el Consejo Superior de la Judicatura, después del último escándalo de corrupción de un magistrado, también podría “darse la pela” y tramitar el cierre del Congreso, que bien se lo merece después de tanto desprestigio y rechazo social. Por lo pronto, no votemos por los mismos de siempre …

@rododiazw

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