Como si no hubiera pasado nada,
nuestros actuales congresistas se alistan para una nueva campaña electoral y, con
la mayor desfachatez del mundo, esperan que los colombianos los reelijamos,
como si se lo merecieran después de cuatro años de un “arduo y productivo
trabajo”. Hay que ser caradura y
desvergonzado, para pedir un voto después de tanta chambonería y después de que
el pueblo, en casi todas las formas, les ha dicho que no quiere saber nada más
de ellos.
Hasta hace poco había un grupo recogiendo 1 600 000 firmas necesarias para que la registraduría
avalara la presentación, al mismo congreso, del proyecto de referendo mediante el cual se introduciría la reforma
constitucional que permitiera la revocatoria del mandato a los congresistas.
Obviamente, a estas alturas del partido esto es un imposible por dos razones
así de chiquiticas: solo se recogieron algo más de 1 323 000 firmas y, lo peor,
es el mismo Congreso quien debe aprobar el referendo que reforme la constitución, para incluir la
figura de la revocatoria del Congreso, ya que, esta como tal, hoy no existe. Ya
pueden ustedes imaginarse si este referendo sería aprobado por los mismos
implicados.
Así las cosas, si bien no se dio la
posibilidad para hacer la revocatoria por vía de reforma constitucional, en el
próximo mes de Marzo de 2014 tendremos una ocasión brillantísima, de hacerlo
por vía electoral. Simple y sencillamente, no votemos por los malos
congresistas, que están perfectamente identificados, que sabemos en que están
metidos y cuales han sido sus principales embarradas. Una reciente encuesta de
Invamer Gallup, da cuenta de que más del 60% de los colombianos, tenemos una
deplorable imagen del Congreso y quisiéramos que se dieran las condiciones
políticas y administrativas que pusieran fin a su mandato. La coyuntura del
debate electoral de Marzo próximo, parece propicia para iniciar, por nuestra
propia cuenta, esa operación de limpieza y purificación de esta importante
institución.
Y no son nuevos los episodios y las
intervenciones que han conducido a que hoy por hoy, nuestro congreso lleve la
batuta de la corrupción y la mediocridad y tengamos el sentimiento generalizado
de que, por esa institución, comienzan y terminan los principales problemas del
país. Casi ningún partido se salva de esta debacle del legislativo: de los 22
miembros del Congreso con problemas de inhabilidades, detenciones y condenas,
10 son de la U que es el Partido del Presidente, 5 son del Partido Liberal, 4
del Partido Conservador y los restantes de Cambio Radical y el Polo. Todo eso
sin que aun nos olvidemos de los mas de 110 congresistas, que se vieron
involucrados en delitos de parapolítica y cuestionamientos disciplinarios en el
pasado cercano.
Pero si por los lados de lo penal y lo
disciplinario llueve, en lo que tiene que ver con responsabilidades
legislativas no escampa, y es así como a este Congreso le cabe el triste honor,
de haber sido uno de los peores Congresos de nuestra azarosa historia
legislativa. Al fracaso del proyecto de reforma educativa, se le sumaron casi
inmediatamente los vergonzosos episodios
de la reforma a la justicia, a la que hubo que aplicar una maroma constitucional,
para poder echarla a la basura y a esta siguieron la defenestrada ley de fuero
militar y la despreciable reforma a la salud que aun antes de aprobada ya nadie
quiere y la que, muy seguramente, correrá la misma suerte que las ya enterradas.
Claro que eso son bobadas, frente a
lo que se consideró el moño del regalo y que fue ni mas ni menos que la “torcida
de brazo” que le pegaron al Presidente, para que les aprobara la jugosa prima
de mas de 7 millones, con la que se les premió por “tanta diligencia” y con la
que redondearon un paquete prestacional, que está dentro de los mejores del
mundo. El Presidente que se ha mostrado muy proactivo anunciando que cerrará el
Consejo Superior de la Judicatura, después del último escándalo de corrupción
de un magistrado, también podría “darse la pela” y tramitar el cierre del
Congreso, que bien se lo merece después de tanto desprestigio y rechazo social.
Por lo pronto, no votemos por los mismos de siempre …
@rododiazw