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jueves, 15 de agosto de 2013

Arranque Alcalde...


El nuevo Alcalde ya completó un mes de elegido y un poco más de tres semanas de posesionado, y aun cuando todos quisiéramos que ya el hombre hubiera “disparado” dos o tres decisiones de impacto, que estremecieran la ciudad, la verdad es que su actividad ha sido parsimoniosa, de bajo perfil y altamente pensada y consultada.

A pesar de que en su campaña mostró gran dinamismo y deseos de llegar, para arrancar “de una” con los cambios, hasta ahora  su ejecutoria se ha limitado a desgranar lentamente la mazorca del nuevo gabinete, realizar algunos viajes, aparentemente exitosos, a Bogotá y aparecer en algunas actividades de corte social. Sin embargo, tienen razón quienes exigen que al Alcalde se le de el correspondiente compás de espera, ya que las actividades propias de un empalme traumático toman su tiempo y el vencer la inercia de una maquinaria oxidada y abandonada, es una labor que tiene sus bemoles. Además hay que aceptar que por algo fue ubicado en el cuarto lugar del Ranking mundial, con tan solo una semana de posesionado.

Pero siendo objetivos, también hay que escuchar a los que ya comienzan a impacientarse, pues de una u otra forma, el nuevo burgomaestre, ha pasado de “agache” algunas promesas, hechas en campaña, para el arranque de su gobierno, así como también ha tomado decisiones controversiales, al momento de definir sobre su equipo de trabajo. Nadie ha entendido la demora y los inconvenientes para conformar su gabinete, si desde los debates había anunciado que tenía un grupo de excelentes colaboradores, con las mejores calidades y, sobre todo, sin ligaduras ni vínculos con la vieja estirpe politiquera que venía gobernando a su antojo la ciudad, desde los tiempos del ruido.

A contrapelo de lo anunciado, la conformación del gabinete ha sido vacilante,  y complicada, y sin explicaciones ni razones, se han hecho nombramientos que sembraron incertidumbre y despertaron suspicacias, en una ciudadanía desconfiada y alerta. Traer dos secretarios de Barranquilla, condujo a pensar que el Alcalde desconoció a buenos profesionales de la región, para darles cabida a recomendados de la familia Char, con quienes se le había visto mucha afinidad, desde la misma campaña. Nombrar a varios funcionarios de la institución educativa de su familia, mostró  una desconocida  tendencia hacia gobernar con su “rosca”, pero además, y esto es lo comentado, se habla sin disimulo, que fue un descuido del  Alcalde encargar en la Secretaría de Educación a su vicerrectora, sin tener en cuenta que la educación es el negocio de su familia.

Nombrar en hacienda a un contribuyente de su anterior campaña, también generó una amplia discusión y el debate se dio alrededor de la diferencia entre lo ético y lo legal. No decidir sobre el tema del Gerente de Transcaribe, produjo reacciones encontradas, sobre todo,   si se recuerda que, siendo candidato, había manifestado que este sería la primera decisión de su administración. Por último, ha dejado sin calificación y sin pronunciamiento, la situación de su nuevo director del DATT, quien  se encuentra en el ojo del huracán, a raíz de una declaración de alto contenido racista, aparecida en su cuenta de twitter y que él, cándidamente, atribuyó a una broma pesada de un amigo. 

Además de escoger un buen equipo de gobierno, es obligación del Alcalde salir a defender y respaldar a sus colaboradores, si así lo considera o, por el contrario, hacer los correspondientes correctivos a tiempo. A los nuevos funcionarios corresponde demostrar, con trabajo efectivo y eficiente, que las sospechas eran infundadas. A la ciudadanía le toca darle consideración al perdón, que con humildad y sinceridad ha sido solicitado, por el director cuestionado.

Un mes es realmente poco tiempo y, si bien existen algunos inquietudes, es necesario y recomendable que el Alcalde se tome el tiempo requerido para ordenar la casa, definir su equipo de colaboradores y convocar a los diferentes sectores de la ciudad y del gobierno central, para proceder a un arranque seguro y sin contratiempos. Sin embargo, este plazo no puede ser muy largo, ya que el tiempo apremia y la ciudadanía está impaciente por ver las acciones y cambios prometidos por el nuevo Alcalde, promesas y programas por los que la gente votó y en los que depositó sus esperanzas. 

Por ahora el Alcalde aplica la vieja sentencia pronunciada por Napoleón, antes de ser juzgado: “vístanme despacio que tengo prisa”.

@rododiazw

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