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jueves, 5 de septiembre de 2013

Cuerpos de agua y Manglares ...


De las muy buenas fotos antiguas de Cartagena, hay una que especialmente produce nostalgias y causa controversias y reflexiones: es una foto que muestra El Lago del Cabrero, visto desde el baluarte de San Lucas, ese pedazo de muralla que queda frente a lo que era la India Catalina. La foto muestra el inmenso espejo de agua del lago, con sus orillas nítidas y rodeado por un paseo y una baranda, desde donde los turistas contemplaban  a los alcatraces, en sus complicadas maniobras de pesca subacuática.

En esa época no existía la doble calzada de la avenida Rafael Núñez y el lago llegaba hasta unos 50 metros  más cerca de la muralla.  El paseo que bordeaba el lago tenía palmeras y, con buena vista, se podían divisar, la Iglesia del Cabrero, la Casa de Rafael Núñez y los barrios del Cabrero, Marbella, Torices, El Papayal, Chambacú y hasta el puente Benjamín Herrera. Hoy nada de eso se puede ver y todo el mundo pregunta: quien sembró los Mangles? Conozco a Rafa Vergara y se que es un hombre  empujador y de convicciones, pero estoy seguro que el no fue. Para los tiempos en que esos Mangles comenzaron a aparecer, Rafa no pensaba en esos ellos, porque sencillamente no existían.

Hasta hace poco se decía que  en Colombia hay, en las dos costas,  cerca de 400000 hectáreas de Manglares y, aunque parezca mentira, nadie los ha sembrado. Ellos se reproducen de manera natural, ya que sus propágulos flotan indefinidamente hasta que encuentran aguas relativamente quietas, de baja profundidad, de alta salinidad y bajo nivel de oxígeno disuelto y suelo fangoso. Ahí se depositan y el resto de la historia ya lo sabemos. Esa primera planta genera cientos de propágulos que ya no tienen  que viajar porque tan pronto caen se entierran en el fango y dan origen a nuevas plantas. Cuando  nuestros cuerpos de aguas comenzaron a contaminarse por los vertimientos de aguas servidas, vertimientos de material orgánico y toda clase de porquerías, se dieron las condiciones ideales para el florecimiento del ecosistema manglárico, que tiene afinidad por este tipo de ambientes limitados.

Muchos son los estudios y muchas las ventajas que se le atribuyen a este ecosistema.  Se destacan por su alta productividad de materia orgánica y por promover la biodiversidad ya que sus raíces sumergidas, proveen habitáculo y refugio para una rica fauna de peces, mamíferos e  invertebrados. Los manglares tienen un alto valor ecológico y económico ya que actúan como criaderos para muchos peces y mariscos y albergan y suministran áreas de anidaje a un número considerable de especies de aves residentes y migratorias, vulnerables o en peligro de extinción. Los manglares sin embargo, tienen otra cualidad, que le simpatiza mucho a ciertos grupos de cartageneros y que, sin quererlo, es al mismo tiempo su peor enemigo: Los manglares atrapan sedimento y hojarasca entre sus raíces y ayudan a rellenar y recobrar terreno. Milagro: recuperar terreno.  Primero llegan los desechables, los desperdicios  y el icopor, después las ratas, los perros y los “cambuches”. Por último una cerca, una escritura y un edificio, un condominio o una mansión de recreo. Y después dicen que no sirven los manglares.

Mientras no se demuestre lo contrario,  es claro que nuestros manglares no están soportando ese ecosistema acuático de ostras, camarones, caracoles, langostas y peces, de que tanto nos hablan y que tanto ponderan, quienes a esto se dedican. Hay que aceptar que nuestros cuerpos de aguas están totalmente estancados y como tal, no drenan por el efecto cíclico de las mareas, que sería lo que les permitiría cumplir su función como ecosistema productivo. Es cierto que sirven de sitio de reposo y anidaje de aves tales como Garzas, Mariamulatas y Cotorras, pero también es cierto que, a pesar de la defensa a ultranza que se hace de los manglares, nunca se han decidido intervenciones a fondo para su protección y desarrollo.

Cuando lleguen los acua buses del sistema de transporte acuático, muy seguramente no podrán moverse porque los manglares ya habrán terminado de convertir en playones de fango, lo que hoy queda de agua en nuestros cuerpos interiores. Luego los mismos manglares, con su función rellenadora, harán la delicia de los invasores de cuello negro y de cuello blanco, ya que habrá nuevos terrenos para cercar y escriturar y nuevos edificios y centros de convenciones para construir. Hace muchos años un alcalde decidió tumbar un sector de muralla para desaguar la ciudad y evitar así la epidemia grande de cólera morbo. Creo que va siendo la hora de pensar  y decidir si queremos salvar los mangles o salvar los cuerpos de agua. La verdad es que cada vez es mas la gente que no  ve y por lo tanto no cree, en las  ventajas de nuestros manglares internos.

@rododiazw

3 comentarios:

  1. Tan importantes como son los manglares para los ecosistemas y especies propias de la región. Sumidos en una parte de ignorancia por muchos y falta de interés de otros, sin dejar de nombrar la poca gestión de los gobiernos y en muchos casos, de la misma autoridad ambiental.

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  2. Rodolfo:
    mil y mil gracias por tan interesante aporte al debate que hemos abierto sobre este tema de los manglares. Nacì en Marbella, y soy testigo vivo de la hermosura de la Laguna del Cabrero sin sus manglares y sin las edificaciones hoy elevadas en manglares rellenados poco a poco; e igualmente hoy soy testigo del daño ambiental que nos producen estos manglares a los cuerpos de agua, invadidos por el icopor, las ratas y demás como tu lo manifiestas, e igualmente seguimos siendo testigos de las invasiones desmedidas sin control de autoridad alguna que lo impida.

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    1. Gracias. Ese es un buen aporte a la hora del debate. Ojalá este escrito sirva para que iniciemos un gran proceso de definiciones que pongan fin a tanto fundamentalismo y a tanta ineficacia que está acabando con los cuerpos de agua sin tener la ventaja e los manglares. Buen aporte

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