Ha comenzado a producir preocupación
entre la ciudadanía, el desmesurado afán del Presidente Santos por proponer a
Colombia como candidato a cuanta reunión, u organismo internacional y por
invitar a visitar el país a cuanto personaje aparezca. No sabemos con permiso de quien, se
atreve a tanta lagartería internacional
y en que momentos se ha consultado al pueblo colombiano, para al menos
saber, si nosotros queremos convertirnos
en una especie de “colado” compulsivo, de esos que no se pierden la “movida de
un catre”.
Todos recordamos cuando, mediante
una acción planificada y un esfuerzo diplomático de fondo, el país logró que el
expresidente Gaviria, llegara a ocupar la Secretaría General de la Organización
de Estados Americanos, OEA. Todos nos sentimos muy reconocidos y muy bien
representados, en una gestión tan meritoria que mereció una reelección unánime.
No podemos tampoco olvidar cuando, después de una magnífica labor,
recomponiendo las maltrechas relaciones con Estados Unidos, otro colombiano, el
Dr. Luis Alberto Moreno, fue designado presidente del Banco Interamericano de
Desarrollo, BID, cargo que ha desempeñado con lujo de detalles y en el cual aun
se encuentra, después de una justa reelección. Hasta ahí todo iba bien.
El primer indicio del síndrome, se
presentó cuando al Presidente se le ocurrió la genial idea de promover a su
Vicepresidente, para que fuera elegido en la Dirección General de la Organización
Internacional del Trabajo, OIT, organismo especializado de las Naciones
Unidas, que se ocupa de los asuntos relativos al trabajo y las relaciones
laborales. Aunque el
mandatario se esforzó por mostrar sus buenas intenciones, la verdad es que
siempre quedó en el ambiente el tufillo de que todo el esfuerzo estaba
encaminado a quitarse de encima al Vice, quien, en franca rebeldía, se le había
enfrentado en ciertos episodios, llegando al extremo de acusarnos de “zarrapastrosos”
a quienes viajamos en clase económica. La negativa recibida no fue más que una
muestra de la falta de análisis y planificación de la aspiración.
No bien se había apagado la chimenea
de la Capilla Sixtina, cuando ya la
farándula capitalina había iniciado una nueva campaña: El Papa Francisco debía
venir a Colombia. Comenzó una persecución
“diplomática”, que rayaba en el acoso, hasta que desesperado, sin saber
porqué ni para que lo invitaban, el Santo Padre sacó “de taquito” al afanado
Santos, con un mensaje, que parecía mas
bien un consejo hecho a la medida: “Primero
voy a poner orden en la casa, además a mi no me gusta esa viajadera”. A
pesar de la conocida honestidad del Papa y lo certero de sus juicios, parece
que no le pusimos ni cinco de atención,
porqué por acá, el desorden y la viajadera en aumento.
Como niño estrenando juguete, el
Presidente saltaba de la alegría, anunciando que nos habían aceptado en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE). Prestigioso
grupo, conocido como “el club de los países ricos”, la OCDE agrupa a 34 países
que proporcionaban al mundo el 70% del mercado mundial y representaban el 80%
del producto nacional bruto mundial en 2007. Por bueno que parezca, el
presidente debió informar, que tan solo nos habían recibido la solicitud de
admisión, situación en la que se encuentran Rusia, Israel y otros países
europeos desde hace unos 8 años. Asimismo sería bueno saber, qué le espera a un país pobre en este grupo
de ricos, qué ventajas y desventajas tiene esta membrecía y sobre todo: cuanto
nos va a costar?
El tema de la OTAN, Organización del
Tratado Atlántico Norte, si fue una verdadera descarrilada del Presidente. Fue
tan grave la cosa, que hubo necesidad de sacar de la nevera al Ministro de Defensa,
a quien tenían castigado por hablador y pantallero, para que aclarara dos cosas
sencillas: que Colombia está a un ladito del ecuador, y por lo tanto no tiene
costas en el Atlántico Norte y que nosotros no pertenecemos a Europa Occidental,
así que no estamos planeando defendernos contra una invasión de la Unión
Soviética, que, entre otras cosas, ya se desintegró hace unos 25 años. Un
descache mayúsculo de nuestro hiperactivo primer mandatario.
Para un selecto grupo de analistas andinos,
estas veleidades del Presidente obedecen a una postura más agresiva de la
política exterior, para tomar distancia de los países suramericanos. Algo así
como que queremos parecer más Europeos que “sudacas”. El grupo de los frívolos,
sostiene, en cambio, que se trata de piruetas del Dr. Santos para aparecer
dinámico, propositivo y eficiente, y mejorar su imagen con fines meramente reeleccionistas.
Parece que ya el Presidente hacía gestiones para matricularnos en la Unión
Europea, cuando alguien con muy buen tino le recordó, que nosotros somos un
país americano…
Buen articulo éste :""Las ventoleras.....- Son afanes reeleccionistas desesperados, para tratar sin éxito de recomponer su imagen ante la opinión pública,la cual no traga entero y se encuentra atónita ante tanta ""diplomacia chimba" y oportunista, que lo que permite sin respuesta contundente, es la ingerencia en nuestra soberania y el chantaje desfachatado en el asunto de la paz, por parte del chavismo y del örangutan"Inmaduro".-Toca preguntar: No será que nuestro Presidente, huele un fracaso en los dialogos pre-secretos de la Habana con el estado dentro del estado, que el ha reconocido : "" El Estado narcoterrorista de las Farc"" y está preparando el terreno para el retiro de ellos? De quien pone hoy una vela a Dios y mañana otra al diablo, al vaiven de sus intereses reeleccionistas, se puede esperar cualquier cosa. Apague y vamonos! Saludos JDPV
ResponderEliminarEs que piensan que somos bobos; tan obvio es el hombre que hoy en Londres dijo que no le interesa el premio sino la paz..cual reina de belleza..falso, hipócrita,incoherente...ama los medios, el se crio en ellos; el gusta la exposición y la busca como sea.
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