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jueves, 11 de julio de 2013

Alea iacta est ...


“No hay plazo que no se cumpa, ni deuda que no se pague”, dice el viejo refrán popular. El próximo Domingo 14 de Julio, un año seis meses y catorce días después, de que iniciara el actual período institucional de Alcaldes, los cartageneros finalmente cumpliremos el anhelado encuentro con unas nuevas elecciones.  Este sueño que inició como vaga ilusión, al día siguiente de posesionado el anterior alcalde elegido, que maduró con las dificultades y tropezones de un gobierno signado por la tragedia y que se convirtió en pesadilla, a la sombra de un suplente, alucinado y ausente, quizá no tendrá un final feliz de novela mexicana.

Y no es para menos: Desde el mismo inicio de la contienda electoral, a los candidatos les tocó cargar con el pesado fardo del escarnio público y el vituperio señalador. Con una sola excepción, todos los candidatos fueron desheredados y estigmatizados por sus propios partidos políticos, quienes,   en una actitud incoherente y desobligante, fueron los que iniciaron el  “perrateo” de la famosa feria de los avales. En un espectáculo deprimente y por arte de brujería, el azul se volvió rojo, el radical se convirtió en afro,  el verde en mío y el otro azul, impuesto a la fuerza. Después de esto, lo que quedó de los candidatos, salió a la plaza pública a enfrentar la desconfianza y la malicia de una ciudadanía aburrida de tanta “vaina rara”.

Las campañas, que arrancaron con el pie izquierdo después del episodio de los avales, rápidamente equivocaron el rumbo: se olvidaron de su objetivo fundamental de ampliación de la base de votantes,  a través de un proceso juicioso de convencimiento y venta de unos programas de gobierno, serios y estructurados y cayeron en el lugar común de la violación de las leyes, en cuanto a la contaminación visual, las encuestas piratas, los debates insustanciales, las acusaciones tradicionales de financiadores, apoyo de políticos cuestionados y familias de baja conducta, para terminar con el bochornoso espectáculo de una burda e intrascendente  publicidad negra, heredada de otras latitudes y de diabólicos auspiciadores. Las redes sociales disfrutaron a sus anchas y se despacharon de lo lindo, pero eso si, y como es corriente entre nosotros, después de tanta acusación y tanto señalamiento, nunca apareció una denuncia, ni una prueba.

Bueno pero como dice Daddy Yankee lo que pasó, pasó. Es apenas justo que, después de haber solicitado en forma insistente y justificada estas elecciones, los cartageneros debemos responder al compromiso constitucional y democrático de elegir un Alcalde. Las opciones son conocidas y cada quien las tomará según su leal saber y entender: abstenerse, que es una opción válida, ya que en Colombia el voto no es obligatorio, lo que implica que los demás decidan por nosotros. Votar en blanco, que es otra opción igualmente válida y de mucho poder político, pero que solo es efectiva, en lo casos en que hay un solo candidato, y, finalmente, votar por el candidato que a conciencia consideremos que se merece nuestras preferencias.

Independientemente de lo dicho, comentado o imaginado, la persona que resulte elegida, será el Alcalde Constitucional  de Cartagena de Indias, y como tal, tendremos que aceptarlo por los 30 meses que restan. Esperemos que sea una persona común y corriente, pero dispuesta a trabajar para resolver las situaciones extraordinarias que aquejan a  nuestra ciudad. Si él está decidido a aceptar la misión, los cartageneros no debemos ser inferiores y en ese sentido lo oportuno y decente será brindarle nuestro apoyo. Si bien es cierto que, como candidatos, nos hemos dado el lujo de descalificarlos, como Alcalde, tendremos que darle el correspondiente compas de espera, a ver que “trae en la bola”. Quien quita que nos tape la boca y salga bueno o buena? Casos se han visto.

La ciudad ha tocado fondo. En estos momentos la ciudadanía está alarmada por el bochornoso episodio de la entrega de Nuestra Plaza de la Aduana a RCN, para que, con el pretexto de un debate, hiciera su negocio. Porque si era privado, lo programaron en el sitio más público de Cartagena? La situación está difícil y con las cosas que están pasando, nos esperan días amargos. Eso si, no se olviden que:  “el momento mas oscuro de la noche, es antes del amanecer”.

3 comentarios:

  1. Creo, con todo respeto, que su posición es absolutista, en el sentido de que necesariamente hay que votar por un candidato(a). Le recuerdo que también está la opción del VOTO EN BLANCO, que también es una forma de expresión política. Mi llamado, ante la situación caótica en que se encuentra nuestra querida ciudad a la cual la ha llevado la clase política criolla, es que como una actitud de protesta y resistencia civil VOTEMOS EN BLANCO. Un porcentaje alto de votos en blanco (porque sé que no va a ganar esta opción)significaría un indicador real del descontento y la ira popular frente a la corrupción, la violencia, las muertes de los niños en las puertas de los hospitales, la mendicidad, el hambre, el desempleo, la inseguridad, la ineficiencia administrativa, los carruseles de los contratos, etc. etc. le faltó a usted señalar esta opción lo cual espero haya sido una omisión involuntaria.

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  2. Yo no se si fue que el artículo le llegó mutilado o por un error involuntario usted se saltó el párrafo 4 donde están claramente definidas todas las opciones que tienen los votantes. El artículo propone todas las opciones sin definirse por ninguna .....le recomiendo una revisión mas serena del escrito. Gracias por su comentario.

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  3. lo que ocurrió con el debate de RCN, muestra que Cartagena es de todo el mundo, menos de los Cartageneros. Foráneos en nuestra propia tierra... Hasta Cuando Rodo. Marcelo Tapia

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