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domingo, 14 de marzo de 2021

LIDERAZGO RENOVADOR

Después de tan solo 15 meses de gobierno, ya se empiezan a barajar nombres para reemplazar, en un próximo gobierno, al actual alcalde Cartagena. Esto, obviamente, si no es defenestrado antes, debido a sus trapisondas, y hay que recurrir a las famosas atípicas.

 

Mal síntoma el que afecta a la heroica, sobre todo si nos acordamos que, a los buenos alcaldes, a los que inician su gobierno con seriedad, con buenos planes estratégicos y con buenas relaciones institucionales y gremiales, generalmente el pueblo los apoya, les da su beneplácito y los acompaña entusiasmado hasta el último día de su gobierno.

 

Pero, es también práctica corriente hoy en día, el que la gente se detenga a analizar la lista de candidatos que participaron en la elección del actual alcalde y, termine concluyendo que, a pesar de todos los señalamientos y etiquetamientos, cualquiera de ellos hubiera sido una mejor opción: todos tenían planes de gobierno serios y técnicamente bien estructurados. Todos son líderes con alguna gestión demostrada en sus actividades público privadas. Todos tienen mente organizada, buena capacidad de sindéresis y bien relacionados. Pudo más, sin embargo, la entelequia repetida hasta el cansancio, según la cual todos eran corruptos y proveniente de lo que hemos dado en llamar peyorativamente clase política, estigmatizada y condenada de antemano, sin fiscal acusador, sin pruebas, y sin juicio.

 

Lo cierto es que mientras nosotros pasamos el trago amargo de haberla embarrado nuevamente, los excandidatos, presuntos corruptos y malandrines, sin cargos en su contra, esperan tranquilamente, sonrientes y sintiendo el fresquito de habernos advertido. En cambio, el salvador, lleno de denuncias, procesos e investigaciones objetivas, con pruebas y testigos, se debate en un mar de conflictos sin solución, con la ciudad postrada y abandonada y acusado públicamente de inepto y neo malandrín. Como quien dice: dejamos de ser engañados por los presuntos malos, para ser engañados por los presuntos buenos. Vainas de Cartagena.

 

La clase política, que hasta ahora había permanecido hibernando en sus cuarteles de invierno, comienza poco a poco a salir del letargo y ya se escuchan las primeras entrevistas, se leen los primeros escritos y se conocen los nombres, de los primeros interesados en pasarle cuenta de cobro, al alcalde charlatán y calumniador. Hay un ambiente mezclado de revancha y reflexión, en el que se da por sentado que la clase politiquera tradicional llegó a su fin, para ser reemplazada por una nueva clase emergente en la que la vocación de servicio, la obligación indeclinable de trabajar por los más necesitados y la capacidad de enfrentar los viejos vicios para sacar la ciudad adelante, deberán ser los ejes estructurantes. Siempre he dicho que no hay gente extraordinaria. Hay situaciones extraordinarias, que resuelven nuestra gente común y corriente.

 

Escuchamos una interesante entrevista al Exgobernador Dumek Turbay, quien, con su habitual pragmatismo ejecutor, ha presentado su visión del nuevo modelo de unidad por la ciudad, acompañado de algunos nombres, que en su opinión, ya se vislumbran como importantes representantes de ese  nueva dirigencia renovadora, inspirada y transformadora, que  comenzaría a generar los procesos de liderazgo político, administrativos y ciudadanos, requeridos para dimensionar una  nueva era de soluciones estructurales, que finalmente nos brinden esa segunda oportunidad que tanto hemos esperado los cartageneros.

 

Bertrand Russell solía decir que: “lo más difícil de aprender en la vida es saber que puente hay que cruzar y que puente hay que quemar”. Creo que nosotros la tenemos de bola a bola, pues ya sabemos que puente hay que quemar. Mejor dicho, el puente Dau en realidad ya está quemado. Lo quemó el mismo, con su talante grotesco y carnestoléndico, su incapacidad rampante y sus malas artes para tratar, para gobernar y para convivir. Pase lo que pase con este señor, ese es un episodio superado y la Heroica tendrá que aprender a vivir con otro mal recuerdo.

 

A lo que si estamos obligados todos: gremios, sector académico, sector empresarial, sector industrial, sector político renovador, sectores cívicos y ciudadanía en general, es a tender ese nuevo puente de unión, solidaridad, prosperidad y convivencia pacífica que, a partir de hoy comenzaremos a cruzar. Sabemos que Dau se descachó al ningunear y pordebajear a nuestros buenos profesionales, y a estigmatizar para su provecho, a nuestros líderes y dirigentes. Creo que llegó la hora de la gente cartagenera. Como dice mi mamá: “fuiste a la calle y te avergonzaste, viniste a tu casa y te remediaste”.

 

Tenía razón Vivian Green al decir que: “La vida no es esperar a que pase la tormenta, la vida es aprender a bailar bajo la lluvia.”


MARZO 14 DE 2021

 

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